A Todo Vapor

Todos tenemos sueños y metas por cumplir, gracias a esta interesante historia se puede enfocar claramente en cómo poder llegar a cumplir los sueños ya sean personales o profesionales y para esto hay que tener claro quiénes somos, para donde vamos y como queremos que se eso se haga realidad.

Los seres humanos somos creadores por excelencia y respondiendo a este impulso construimos y transformamos nuestro propio entorno, buscando continuamente identificar y lograr nuestra visión.

El establecimiento de la visión es uno de los temas más complejos en una empresa y a nivel personal. Ken Blanchard en su libro titulado ¡A todo Vapor! presenta otra parábola, esta vez para resaltar la importancia de la visión y el papel que ésta juega en el éxito de una empresa e indica de qué se compone y los pasos a seguir para definirla. Se utiliza la historia personal de los protagonistas, para extender también las recomendaciones de la obra en el ámbito personal.

Ellie y Jim que al narrar de sus vidas muestra claramente lo que puede suceder en la trascendencia de ésta y a la realidad que nos enfrentemos; los altibajos que recorremos y diariamente superamos, como se vive la tristeza cuando nos aferramos a ciertas personas que creemos que sin ellas no somos nada y que se van sin decir a dios porque así está escrito, solo nos queda lo que aprendimos de ellas y sus recuerdos.

Ellie y Jim construyeron juntos la visión de la empresa de seguros para la cual trabajaban, para bien de la compañía y también personal recuperando así la confianza en cada uno de ellos y a su vez de los trabajadores, para ir juntos de la mano encaminados hacia un mismo objetivo, canalizando la energía de cada persona, reconociéndola como única e importante.

Tenían claro que para tener una visión primero tenían que tener propósitos y proyectos claros, encaminados a donde querían avanzar y para lograrlo era necesario tener metas, ideales y una potencialidad de triunfar en grande con la ayuda y sabiduría de otros, pero lo más importante es el impulso que se tenga para exaltar y adquirir paso a paso los conocimientos necesarios, donde no se tiene de una vez lo que se quiere, ya que es un proceso que requiere de conocimientos, habilidades, integridad y capacidades y un alto nivel de empoderamiento para lograr lo anhelado, emprender acciones decisivas pese a los obstáculos que se presenten en el camino para lograrlo.

Con lo anterior se hace referencia a la forma como se debe establecer metas futuras, teniendo en cuenta la situación presente. El énfasis que hace el autor es en la formulación de la visión de una empresa, la cual se puede tomar como patrón a manera personal, cita a su vez que se debe tener un propósito bien establecido y enfocarse en alcanzarlo, sin importar los obstáculos que se presenten en ese camino a conseguirlo. Se debe estar bien comprometido con la empresa para sentir los logros como nuestros y así mismo tener en nuestro entorno personas capaces de darnos direccionamiento en los proyectos a realizar.

Plantea que para tener una visión seductora, se necesitan de tres elementos fundamentales; un propósito trascendente, valores claros y una imagen del futuro, los que se logran con el coraje suficiente para sea trascendente.

En los marcos de las observaciones anteriores es importante sentar que una visón es un elemento clave para cualquier tipo de empresa e incluso personal; para crear una visión se debe tener definido el propósito, que es el que guía a encontrar aspectos concretos que tengan significado para las personas a la cual se le está prestando el servicio, a materializarlos para que infunda entusiasmo y compromiso en cada uno de los agentes que intervienen tanto internos como externos.

Es evidente entonces que la persona a cargo de la gerencia de una empresa independiente de la actividad, debe dar a conocer cuál es el propósito de ésta, explicarlo e indicar los pasos que hay que seguir para poder llegar a él, al mismo tiempo infundir un sentido de pertenencia y confiabilidad para que

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