Anacleto Morones

La lectura nos habla de ocho mujeres con alrededor de 50 años de edad que venían por “Lucas Lucatero” para poder canonizar a Anacleto Morones, porque según ella era un hombre que hizo muchos milagros y era una persona muy buena, y a parte de todo, él le dio todas sus riquezas y a su hija. Lucas sabía toda la verdad sobre él, que inventaba muchas cosas y una de las peores personas de Amula.

A Lucas le disgustaba la idea de lidiar con éstas mujeres y se empezó a deshacer de cada una de ella. Primero lo hizo con Nieves, que le recordó lo que había sufrido con él y hasta se deshizo del hijo que iban a tener hasta que la hizo llorar y se fue. Después empezó a decir cosas terribles de la hija de Anacleto, que la corrió de su casa porque era una sinvergüenza, al escuchar esto las mujeres se empezaron a disgustar, pero después contó el inicio de su gran mentira de Anacleto, él les dijo que una vez se puso en un hormiguero y que si te mordías la lengua no te picaban entonces pasaron unos peregrinos y se sorprendieron de lo que estaba haciendo, y aquí empieza, él dijo que tenía un mensaje divino y que tenía una astilla de la santa cruz, los peregrinos lo llevaron a Amula, y todos le empezaron a pedir Milagros.

Las señoras se enojaron aún más y en un instante sólo quedaban cinco mujeres, de pronto una de ellas dijo que no quería nada de Lucas, vomito su agua de arrayán y se fue. Lucas mencionó que el hijo que esperaba su esposa era de su propio padre y que acabó con las vírgenes del pueblo. Ahora sólo dos de las mujeres quedaban.

Una de ellas empezó a decir que el Niño Anacleto curo a su esposo de una enfermedad, pero Lucas le dijo que a lo mejor era sólo sarampión, lo que causo que dejará sola a la última mujer.

Pancha empezó a acomodar las piedras que anteriormente Lucas había desacomodado, pero lo que no sabía nadie es que ahí estaba enterrado Anacleto, que murió después de haberle reclamado todo lo que le había dado a Lucas para poderse esconder y no volver a la cárcel.

Al final Pancha le dice que Lucas no era amoroso y Anacleto sí lo era.

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