Andrés Rivera El farmer
Enviado por Jehanne • 26 de Mayo de 2018 • Reseña • 597 Palabras (3 Páginas) • 325 Visitas
Andrés Rivera
El farmer
La novela El farmer es una obra controversial de Andrés Rivera, publicada en Buenos Aires en 1996 por la editorial Alfaguara consta de 125 páginas y en ella plasma el “lado B” de un polémico personaje de la historia argentina como lo fue Juan Manuel de Rosas.
Andrés Rivera nacido en Buenos Aires en 1928, hijo de obreros inmigrantes europeos que llegaron a la Argentina huyendo de la guerra, fue trabajador textil, periodista y escritor. Militante del Partido Comunista (como su padre), fue dentro del marco de sus días como militante que comenzó su carrera literaria publicando obras como: El precio (1957), Los que no mueren (1959), Sol de sábado (1962) y Cita (1965). Luego de ser expulsado del Partido Comunista (1964), Rivera publica en 1972 una colección de cuentos y posteriormente se mantiene alejado de su trabajo como escritor durante diez años, tiempo en el que se renueva y reaparece en 1982 con Una lectura de la historia, obra que marca una segunda etapa en su carrera. Por sus trabajos obtuvo numerosos reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura en 1992 por La revolución es un sueño eterno y un Diploma al Mérito del Premio Konex 2004, entre otros. Vivió en Córdoba con su esposa, y finalmente murió allí el 23 de diciembre de 2016 a la edad de 88 años.
En El farmer (1996), un derrotado Rosas se encuentra en el exilio en una granja en Southampton (Inglaterra), de allí el título farmer que en ingles significa granjero. Solo y olvidado aquel hombre quien fue en su juventud nada más y nada menos que el gobernador de la provincia de Buenos Aires, se dispone a repasar su historia, frente al abrigo de un brasero y con la mera compañía de una perra.
La obra está narrada en primera persona, es el viejo Rosas el protagonista principal que narra su propia historia recordando y soñando sus momentos de fulgor y miseria.
En esta novela Rivera expone la decadencia del “restaurador”, en donde solo le queda el poder de su memoria a la cual evoca haciendo una retrospección que explica el aislamiento de su presente en función de lo ocurrido en el pasado. Cerca de su muerte Rosas recuerda sus años de poder con nostalgia; “…Aquí estoy yo, letra de coplas y de nostalgias y de impotencia en boca del pobrerío, al que mis hermanos y mis generales, hombres de cuna, .y sonrientes alcahuetes, saquearon sin pudor y sin remordimiento…” (p.31), incluso se esfuerza porque su poder sea reconocido: “¡viva Rosas! Ese grito durará más que el pecado...." (p. 38); “Los argentinos darán mi nombre a su destino" (p. 43).
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