Análisis de 'La tregua' Mario Benedetti

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La tregua de Mario Benedetti es más que una historia de amor.[pic 2]

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Mario Benedetti, escritor, poeta y periodista, nació en 1920. A los dos años de edad se trasladó a Tacuarembó (ciudad) y Montevideo (Capital de Uruguay) En donde está ambientada esta novela, publicada en 1960. Novela de ficción que, a grandes rasgos, el protagonista, un señor de la tercera edad, se enamora de una compañera de trabajo que es bastantes años menor que él, el lector va pasando por el proceso que hay detrás de sus vidas e inquietudes, pero siempre hay algo más., veamos por qué.

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Esta novela está ambientada en 1958-1960, es normal que casi siempre se aborde desde un punto de vista romántico debido a la historia de amor entre Martín Santomé y Avellaneda, pero el otro punto que más destaca es de la cotidianidad, una vida abrumadoramente aburrida en la que lo más relevante es el proceso antes y a lo largo de la relación. Algo que ha llamado mi atención son los tintes de política, sexismo, segregación por preferencias sexuales, clasismo, miedo al paso del tiempo, creencias religiosas y adulterio.

“Así, el texto de La tregua se genera a partir de hechos reales, situaciones vividas por sujetos dentro de un sistema en crisis. La manera en que trastoca esa génesis es, al menos, en una de sus formas, excluyendo el hecho de casarse al incluir la muerte de la muchacha. La veracidad de La tregua, que no su verdad, se debe, según parece desprenderse del documento atribuido a Quirós (sin fecha: 3), a la experiencia de Benedetti en el mundo oficinesco donde se desempeñara como funcionario público, tenedor de libros y taquígrafo, entre otros. Compromiso con el tratamiento de una realidad histórica concreta, conocimiento del terreno donde tal realidad se muestra en crisis y la convicción de que, como sujeto-escritor, es parte de esa realidad desembocan en la conformación de un texto que se sigue leyendo y escribiendo, esto es, sigue formulando una realidad que ahora no se la ve más como exclusiva del Uruguay” (Censura y auto censura. 9)

Santomé nos cuenta (Más bien, le escribe a su diario) que es una persona mayor, específicamente de 49 años, le faltan aproximadamente seis meses para jubilarse, está cansado de su trayectoria en esa oficina en donde se forma una montaña de trabajo y ocio en donde se puede quedar hasta tarde realizando formatos que el jefe le exige o bien, puede darle tiempo hasta para escribir un diario”

Algunos comentarios sexistas que representan a la época en la que está ambientada la obra: Nos cuenta sobre los nuevos empleados en su oficina y lo que le parecen cada uno de ellos, aquí es cuando comienza a crearse una especie de incomodidad al hablar de Avellaneda, sin dejar de mencionar un comentario que dice lo siguiente: “Por primera vez, una mujer. Siempre les tuve desconfianza para los números. Además, otro inconveniente: Durante los días del período menstrual y hasta en sus vísperas, si normalmente son despiertas, se vuelven un poco tontas, si normalmente son un poco tonta se vuelven imbéciles del todo” (18)

 A partir de esta frase es como se detectan las primeras pinceladas de sexismo antes mencionadas. Posteriormente nos encontramos con una serie de comentarios sobre los cuerpos de las mujeres, lo que le gusta o no a Santomé de estas cuando las ve, si no se fija en las piernas, en los senos, en las caderas, hasta catalogarlas por la parte del cuerpo que le parece mejor. Otro indicador del tema es en la escena en donde se baja del bus, tras la señorita que iba en el mismo asiento que él y decide seguirla para hablarle, en esa ocasión el personaje tuvo ‘suerte’ pues la mujer terminó accediendo a un encuentro íntimo, que no queda bien claro si era lo que el personaje quería o si era su última fase. También nos encontramos con la generalización que hace Laura Avellaneda con las actitudes es intereses de los hombres hacia las mujeres.

La realidad de Santomé previa al romance:  Santomé tiene tres hijos, Jaime, Esteban y Blanca. No tienen la relación más maravillosa de padre e hijos, tampoco es que sea caótica, más bien cada uno de los integrantes es reservado. Jaime es “su favorita” aunque tienen diferencias que hacen que mantengan una distancia considerable. Blanca es introvertida hasta cierto punto, pero es capaz de compartir algunas inquietudes con su padre. Santomé se vio prácticamente obligado a continuar con su vida por sus hijos, con el mero sentido de sobrevivir y ya está, sin ningún propósito ahora que su amor se había ido, Isabel falleció cuando Santomé tenía veintiocho años, su matrimonio duró sólo cinco años. A lo largo de la historia va proporcionando datos de ella y se enfrenta con esa molesta situación de no recordar muchas cosas sobre su difunta esposa, menciona que tiene más memoria en las manos que en su cerebro, lo cual le genera una incertidumbre de no saber exactamente qué extraña, hasta que en ciertos momentos le toca hablar de ella con Avellaneda y podemos enterarnos más de cómo era Isabel y su forma de amarle cuando estaban casados. También nos presenta algunos momentos que refleja la relación que lleva con Laura Avellaneda. Ella me daba la mano y no hacía falta más. Me alcanzaba para sentir que era bien acogido. “Más que besarla, más que acostarnos juntos, más que ninguna otra cosa, ella me daba la mano y eso era amor” (156)

La representación de algunos casos de política como vitrina o escaparate de la democracia continental. Su hijo Esteban es burócrata, lo cual no es ninguna coincidencia, ya que el principio de la historia, Santomé comenta el tema de su jubilación y el trato que ha hecho su hijo con una persona para acelerar el proceso a cambio de un “módico” pago. Recordemos que estos no tienen una buena relación padre e hijo. Tienen una gran tensión. Esto refleja la corrupción que hay en el sistema y nuevamente nos encontramos con algunos puntos importantes, el rechazo o inquietud por estas ideas que representa Esteban para conseguir todo sin importarle nada más. De quitar a todo aquel que obstruya su camino y obtener el mayor beneficio de ello. Por ejemplo, un empleado de la misma oficina que Santomé logró su ascenso debido a que este era el novio de la hija del jefe.

Para Mario Benedetti, la política jugó un papel importante a lo largo de su carrera ya que se desarrolló en la intensa actividad intelectual, trabajando como crítico y codirector de la página literaria La mañana y diferentes participaciones en revistas y otros diarios latinoamericanos. Cabe resaltar que en diferentes obras posteriores a esta se puede encontrar aún más presente el tema político, como en Poemas de la oficina, El país de la cola de paja, y El desexilio y otras conjeturas. 

El paso del tiempo y la pérdida de este: El diario de Martín Santomé es toda la estructura de su obra, vamos cronológicamente, aunque en algunas ocasiones, el tiempo dividido por el pasado. Ese diario implica la salvación del tiempo. Comienza a escribir en él desde el 11 de febrero de 1957 al 28 de febrero de 1958. Toda la novela es una apreciación del tiempo.

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