La emancipación del hombre por el conocimiento, en el contexto de El incendio de Alejandría

La emancipación del hombre por el conocimiento, en el contexto de El incendio de Alejandría

“Todas las cosas están sujetas a una interpretación,

La interpretación que prevalezca en un momento dado

Se encuentra en función del poder y no de la verdad”.

Friedrich Nietzsche (1844-1900)

En la historia, parece ser que el ejercicio del poder es inagotable, y con ello, el abuso de este se hace una costumbre social que va empeorando de generación en generación. El conocimiento, es principal testigo de las barbaries cometidas por la pretensión de imponer ciertos dogmas o estilos políticos; es aquí donde se desarrolla un ciclo que se repite constantemente con el pasar de los años, el incesable destruir y reconstruir del hombre. Tal y como afirma Hipatia en el escrito de Luminet (2004): “La historia no hace más que repetirse” (p. 203), puesto que la destrucción y censura del conocimiento no es un suceso muy antiguo ni totalmente presente, pero lo más probable es que se manifieste de nuevo en un futuro.

La sumisión, es ya parte natural del vivir  en las sociedades; si bien es cierto que sabios han muerto por defender sus teorías, es también cierto que muchos han vivido por retractarse de ellas, y todo por el temor infundado por fuerzas generalmente político-religiosas.

“Así ocurre en todas las religiones del mundo. Quienes las dirigen detestan todo lo que viene de fuera, sobre todo si es bueno y hermoso, ya que otra verdad debilita su poder temporal, aunque no contradiga la suya”  (Luminet, 2004, p.51). La fe ha sido el principal protagonista de la destrucción del conocimiento, se han eliminado innumerable cantidad de libros en nombre de ella, pero no porque así esta lo estipule, sino por quienes se encuentran en una rango privilegiado de dicho dogma, los cuales ven aquellos documentos como una amenaza que puede hacer desertar a sus fieles, acabando así con el poder que tanto necesitan.

Sin embargo, no en todas las épocas el saber de ciencias como la geometría, matemática, astronomía y filosofía, han sido considerado algo pagano e innecesario para el hombre, puesto que en algunos momentos de la historia, el conocimiento ha sido sinónimo de poder, como puede apreciarse en esta cita del libro “Al contrario que Alejandro, no quería apoderarse de las naciones en su propio beneficio, sino que al adueñarse del universo del pensamiento, quería mostrarse su digno heredero” (Luminet, 2004, p.41). Los conquistadores o altos mandos del poder, han empleado el conocimiento como herramienta para manipular al pueblo, y debido a ello, se ha convertido en un privilegio de pocos, haciéndolo un ejercicio exclusivo de los gobernantes y algunos de sus subalternos, y esto principalmente por los mismos motivos de las religiones: Aquellos textos se pueden convertir en una amenaza para su dominio.

La ignorancia entonces, se convierte en una sumisión a lo que los gobernantes o la sociedad disponga; la mujer, por ejemplo, se ha llegado a caracterizar a sí misma como tal, incluso Hipatia, quien en el texto es reflejada como una mujer sabia y autosuficiente, llega a denigrarse con la siguiente frase: “No tengo otros medios, como simple mujer que soy, que el encanto y la seducción” (Luminet, 2004, p. 126). La mujer desde las diferentes religiones se ha visto subvalorada. “Enseñar a leer a las mujeres es perjudicial para su educación natural” (Luminet, 2004, p.67), esto es una muestra de cómo se le han asignado a la mujer sus labores sin darle la oportunidad de elegir u opinar que desea.

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