Libro “La hipótesis de la felicidad”- Capítulos 1-2

Nombres: Ana Tenesaca, Ángel Navarrete y Daniela Baño

NRC: 1530

Fecha: 04-02-2020

Título: Libro “La hipótesis de la felicidad”- Capítulos 1-2                                                                  

El yo dividido - Capítulo 1

Introducción

Entendemos cosas complejas en los términos que ya conocemos por ejemplo es difícil pensar sobre la vida en general, pero cuando aplicamos una metáfora que nos permita asociarla con algo conocido, pues entendemos mejor de lo que se trata la vida, “La vida es un camino”

Buda, Sigmund Freud y otros personajes de la historia aplicaban la metáfora para explicar como la mente está dividida en partes, que a veces están en conflicto como un jinete y su elefante.

Las divisiones que tenemos son:

Primera División:  La mente frente al cuerpo

La primera división es la mente frente al cuerpo ya que hay cosas que podemos controlar en nuestro cuerpo y otras no, lo que no controlamos son los instintos involuntarios como por ejemplo cuando se ponen los pelos de punta al sentir frío, el cuerpo reacciona ante estímulos mayormente involuntariamente.

Segunda División: Izquierda frente a la derecha

Descubierta por accidente en la década de los sesenta por el cirujano Joe Bogen.

Tenemos 2 hemisferios unidos por el cuerpo calloso

Bogen quería controlar el cuerpo calloso para prevenir la expansión de ataques epilépticos en personas que padecían de este problema

Tercera División: Lo nuevo frente a lo viejo

Con el paso del tiempo se ha ido formando todo lo complejo de nuestro cerebro hasta llegar a la forma actual, pasando a nuevos conocimientos y razonamientos haciendo así que esta división esté entre lo nuevo y viejo  

La razón y la emoción deben trabajar juntas para crear una conducta inteligente pero la emoción hace la mayor parte del trabajo.

Cuando el neocórtex aparece, hace que el jinete actúe plausiblemente, pero también que el elefante séa mucho más inteligente.

Cuarta División: Lo controlado frente a lo automático

Los psicólogos empezaron a darse cuenta de que hay dos procesos realmente diferentes que trabajan en la mente sin parar; procesos controlados y procesos automáticos.

Los procesos controlados son muy limitados, es decir, solo podemos pensar conscientemente sobre una cosa a la vez. A diferencia los procesos automáticos, se caracterizan por funcionar paralelamente y pueden manejar varias tareas a la vez.

Obviamente hay que comprender todo lo que abarcan estos conceptos, no solo es cuestión de conformarnos con el significado básico de cada uno. Para ello, este libro nos ha dado apertura a ciertos ejemplos que nos han permitido tener una mejor visión de la idea planteada.

El lenguaje ha sido sin duda influyente para los procesos controlados. Sabemos que estos procesos, necesitan de previa planificación; por ende, todos estos pensamientos que realizamos necesitan palabras. Por otro lado, los procesos automáticos son casi perfectos, esto se debe a que nuestras acciones están subsumidas al control de estímulos, tal como lo plantearon conductistas como B.F. Skin.

Ahora bien, también se habla de autocontrol y lo débil que una persona puede ser al momento de cometer algo malo o bien sentirse atraído por algo que desea con muchas ansias. La mente es tan poderosa, que incluso cuando nos dicen que no pensemos en “un oso blanco”, lo vamos a hacer y entre más nos esforcemos en no pensar en el oso blanco más lo imaginaremos. Esto se debe a que, los procesos controlados se cansan rápidamente y es ahí donde los procesos automáticos funcionan sin oposición, invocando una manada de osos.

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