Lo fácil y práctico atrae, pero lo bueno cuesta
Enviado por AlejandrGG • 20 de Julio de 2017 • Reseña • 1.091 Palabras (5 Páginas) • 220 Visitas
Lo fácil y práctico atrae, pero lo bueno cuesta.
Por Cesar Lozano:
No nos gusta batallar, buscamos de una u otra forma la manera de lograr lo que deseamos con el mínimo esfuerzo. Claro que lo bueno cuesta, pero no es recomendable estar constantemente transmitiendo ese mensaje a nuestros hijos porque infundimos en ellos –sin querer- lo mucho que tendrán que luchar o sacrificarse para logar algo bueno y olvidamos agregar que la constancia, disciplina y el trabajo siempre dignifican y fortalecen y, de manera balanceada, nos dan felicidad.
Hay hábitos o costumbres que te destruyen poco a poco y de forma tan sutil que, para cuando haces consciencia, ya hizo estragos en ti de una forma a veces irremediable. Por nombrar algunos, me permito recordarte el hábito de comer sin medida en cantidad ni en calidad, olvidando fomentar la saciedad antes de que el cuerpo te diga de una u otra forma que fue suficiente lo que comiste y, para colmo de males, le damos lo que sea sin pensar en si verdaderamente es algo que nos beneficie.
El cuerpo es sabio para reaccionar, cuando algo no fue de su agrado o no lo tolera inmediatamente te da señales, pero no las vemos o, mejor dicho, no las queremos ver. Malestar después de comer, agruras, exceso de eructos o gases, distención abdominal, náuseas o diarrea o notas debilidad general después de comer.
Hace unos días estaba viendo el bombardeo de comerciales que, de un tiempo a acá, nos han atacado en todos los canales de televisión mexicanos con un sinfín de productos que te ayudarán a mejorar tu salud. De entre tantos, conté más de diez que tienen que ver con reacciones del cuerpo ante lo que le damos o hacemos. “Si tomas X medicamento, olvídate de la gastritis y la acidez que te producen los tacos, el pozole o el menudo”. Y termina el mensaje con algo así: “Disfruta el placer de comer, ¡toma X!” ¿de comer qué? Obvio, es mercadotecnia y es un negocio –muy redituable por cierto- y la prueba son los miles de millones de pesos que invierten en anunciarse a todas horas y en los horarios estelares, ya que quienes lo producen saben que gran porcentaje de los mexicanos no sabemos ni queremos medirnos en lo que comemos y mucho menos analizamos el daño que produce consumir comida alta en grasas y sal. Simplemente nos invitan a comer lo que quieras y, al final, para evitar todas las señales del cuerpo que literalmente te grita que no le vuelvas a dar esa comida que tanto aborrece, te tomas algo que lo neutralice y se acabó, y te conviertes en uno más de los millones de mexicanos con problemas crónicos de salud o sobrepeso, apoyando a ser muy pronto el primer lugar mundial general en obesidad.
Lo práctico, lo fácil, lo que menos esfuerzo nos cause es lo que más vende, lo vemos en el hábito de sedentarismo y/o ausencia de ejercicio que cada día es mayor, y buscamos la forma más cómoda y sin esfuerzo de vernos mejor con un sinfín de artículos que prometen darte un cuerpo que siempre has deseado, sin esfuerzo, con cinco minutos al día y por una “módica cantidad” que puedes pagarla a seis meses sin intereses. Las y los modelos que te presentan con cuerpos y músculos que solamente el ejercicio y disciplina constante pueden darte o como consecuencia del bisturí de un excelente cirujano plástico al cual obviamente puedas pagarle.
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