Reseña ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

ALICIA EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

Había una vez... una niña llamada Alicia que se encontraba en un parque leyendo a la sombra de un gran árbol:

Alicia: ¡Mi hermana es una idiota! ¿Cómo es posible que este libro no tenga dibujos? ¡Es un crimen hacer que una niña lea un libro sin dibujos, es aburrido!

Mientras leía se encontró con pequeño conejo saltando a las afueras del jardín. Alicia tuvo la idea de perseguir al conejo ya que le llamo la atención de como el pequeño amigo hablaba… si, efectivamente el conejo estaba hablando

Conejo Blanco: ¡Es terriblemente tarde!, Es tarde, es tarde, es terriblemente tarde

Alicia: ¡Espera conejito! Exclama Alicia al ver aquel extraño conejo que no paraba de repetir una y otra vez "¡Es terriblemente tarde!” mientras que veía su reloj y corría hacia la nada. Alicia se interesa por él y decide seguirlo e incluso entrar a su madriguera. La madriguera resulta ser un túnel horizontal más profundo que lo esperado, el cual súbitamente se convierte en un pozo vertical sin asidero alguno, por donde Alicia cae durante mucho tiempo. Al finalizar la caída, sin hacerse daño, Alicia logra levantarse y al mirar a su alrededor pudo observar lo diferente que era ese lugar, todo era realmente extraño: Los hongos eran enormes, habían grandes flores con caras, y... una dulce melodía de las aves al cantar, las cuales tenían un aspecto más raro aun, tenían las plumas de diferentes colores extravagantes, y animales que nunca había visto. Entre tanta extravagancia, pudo observar a lo lejos una gran mesa llena de tazas de té. Por mera curiosidad, se acerca y se encuentra con un misterioso y alocado hombre al final de la mesa. El conejo llega a la mesa del sombrerero y se sienta con él. Y luego el sombrerero sonríe al ver a Alicia y se levanta, caminando gracioso, diciendo: Sombrerero: ¡Alicia, mi querida niña! Llegas terriblemente tarde... ¡Pero no te preocupes, aun queda mucho té, vamos, ven a celebrar con nosotros! Alicia: ¿Celebrar que exactamente? Sombrerero: ¡Nuestro No-cumpleaños, por supuesto! Alicia: ¿Y qué es eso del no cumpleaños? Sombrerero: ¡Es el motivo para celebrar los 364 días del año restantes! La fiesta del té duró varios minutos. Minutos llenos de risas y alegrías. Pero todo esto acabó cuando el pequeño conejo blanco se levantó repentinamente de su silla. Conejo Blanco: ¡Es tarde, es tarde, es terriblemente tarde, es la hora de adular a la reina! El conejo sale corriendo mientras que atrás de él, estaba el sombrerero igual de desesperado. Sombrerero: ¡Orejudo amigo, no me dejes atrás! Alicia no encuentra otra opción que seguir apresurada a sus extraños nuevos amigos. Llegaron a un gran palacio, donde la figura principal eran los corazones. Todos alababan a la reina, pero esta se veía furiosa. Reina: ¡Esto es inaceptable! ¡Han pintado las flores blancas de mi hermoso jardín en rojas! La Reina pudo ver a los últimos en llegar y los mira, expectante, a que la adulen: Conejo Blanco: Muy buenas tardes su majestad, se ve hermosa hoy. Reina: ¿Insinúas que los demás días no me veía hermosa? Conejo Blanco: ¡por supuesto que no su majestad! Sombrerero: ¿Que tal un hermoso sombrero para su gran cabeza, su majestad? Pero la reina no le prestó atención, puesto que observaba a Alicia preguntándose de donde había salido. Reina: ¿De dónde ha salido esta horrible criatura? Alicia: ¿Me ha llamado horrible? Conejo Blanco: Esta niña nos la hemos encontrado en el bosque, yo me pondría alerta su majestad, no vaya a ser que se adueñe de su reino. La reina al pensar todas las posibilidades de acabar con su reino mando a decapitar a la pobre e inocente Alicia, diciendo, o mejor dicho, gritando: Reina: ¡Córtenle la cabeza! ¡Córtenle la cabeza! ¡¿Me están escuchando, tontos?! ¡Quiero que la maten! Alicia: ¡Esto es injusto! ¡Yo no quiero quedarme con su reino, majestad! Reina: ¡Es lo que alguien que quiere robarse mi puesto diría! ¡Mentirosa! Alicia, asustada empieza a retroceder, pensando en alguna idea para poder escapar de la furiosa Reina, cuando de pronto, estaba cayendo en el agujero de nuevo. Y como por arte de magia, Alicia estaba de nuevo debajo del árbol, al lado de su libro. Alicia: que sueño tan extraño…

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