Reseña: La División del Trabajo Social (Emile Durkheim)

Reseña: La División del Trabajo Social (Emile Durkheim)

El autor primero afirma que no pretende extraer la moral de la ciencia, sino construir la ciencia de la moral. Los hechos morales son hechos como cualquier otro, debe ser posible entonces observarlos, estudiarlos y buscar leyes que los expliquen. No pretende buscar algún fin trascendente a la moral pues esto no es tarea de la ciencia sino de la filosofía. Por eso, en la sociología los hechos sociales deben ser estudiados de forma empírica. También sostiene que la moral esta determinada por su contexto histórico y tiene su función solamente en el contexto que la genero. Los cambios del orden social son los que generan los cambios en la moral, que se adapta a las nuevas necesidades. Al estudiar la realidad no se renuncia a cambiarla, sino que se afirma que la ciencia no merece la pena si no busca resolver los problemas que se plantea. Los ideales deben basarse en la realidad imperante, pues sino serán inaplicables. Todo hecho de orden vital, como son los hechos morales, no pueden durar si no responden a una necesidad. Por eso la intervención del sociólogo es de orden limitada: tiene por objetivo no construir una moral paralela a la que reina sino corregir esta o mejorarla parcialmente. La ciencia de la moral reconcilia a la ciencia y a la moral, pues al mismo tiempo que nos enseña a respetar la realidad moral también nos da los medios de mejorarla. Sostiene también el autor que es necesario, para el estudio adecuado de la realidad, combatir nuestros juicios consagrados mediante la duda metodológica sobre los mismos, aclara que este instrumento se debe usar solo contra nuestros juicios y no contra la realidad moral que no se discute.

Volviendo al tema del titulo, Durkheim afirma que el individuo a medida que se hace más autónomo depende más estrechamente de la sociedad. Esto se explica en la transformación de la solidaridad social debido al desarrollo de la división del trabajo.

La división del trabajo elimina el ideal del hombre antiguo, completo, extenso en conocimientos de todo tipo especializado en nada y lo reemplaza por aquel hombre especializado en un área de su dominio. En las sociedades del hombre antiguo predomina la solidaridad mecánica, que consiste en la solidaridad entre miembros de una sociedad debido a sus similitudes, en estas sociedades las diferencias personales son severamente reprimidas al haber escasa división del trabajo, el hombre antiguo parecerá más autónomo que el moderno, pues abarca mayor variedad de ocupaciones sin especializarse en ninguna, pero en realidad esta actividad que manifiesta no es la suya, es la sociedad, es estricto ideal moral que actuá a través de él, quien solo lo encarna. En las sociedades modernas el individuo se especializa en una actividad que puede llamar propia, esta especialización lo hace requerido por otros miembros de su sociedad al mismo tiempo que él los requiere a los otros para completarse, en esta sociedad prima la solidaridad orgánica donde la unidad social se garantiza por las diferencias entre tareas y conocimientos entre individuos, lo que genera redes de interdependencia entre ellos al mismo tiempo al especializarse le da un atributo personal con el que desenvolver su personalidad. Por eso el hombre se vuelve más autónomo y a la vez más dependiente. La división del trabajo no es solamente un fenómeno de la producción, se ve en todos los ámbitos de la sociedad como la política o el judicial.

...