Reseña - La ciudad de los tisicos

Abraham Valdelomar. La Ciudad de los Tísicos, La Correspondencia de Abel Rossel, Revista Variedades 1911.

Pedro Abraham Valdelomar Pinto distinguido por seudónimo, el Conde de Lemos. Siendo considerado como uno de los principales Cuentistas del Perú y fundadores de la literatura peruana contemporánea, distinguido por ser un poeta, ensayista y un dramaturgo peruano.

La novela está dividida en tres capítulos de extensión desigual y cada capítulo contiene apartados o subcapítulos, igualmente titulados. La primera es “El Perfume”, donde el narrador conoce a una mujer misteriosa en una tienda de perfumes a la cual nombra como la dama desconocida, ella pedía el perfume “flor de lys” pero el único que tenía ese perfume era el narrador, decidiendo buscarla y finalmente enviar el perfume como regalo. En la segunda parte “La Quinta del Virrey Amat” trata de los paseos por los museos de lima que hace protagonista, admirando los imponentes jardines que eran inspiradas en la Perricholi, luego de ello visita museos donde admira obras artísticas de la época colonial e incaica, describiendo los huacos a la vez hace la diferencia en lo que concierne a la muerte en estas 2 épocas. Finalmente la tercera parte “La Correspondencia de Abel Rosell” trata del narrador que decide tomar un tren a la ciudad B, la ciudad de los Tísicos para visitar la tumba de su amigo Abel Rosell quien le había escrito cosas maravillosas de esa ciudad y por ello él quería ir conocer las historias que su amigo le contó hasta el día de su muerte. En las cartas de su amigo cuenta como transcurre la vida en esta ciudad en la que todos sus residentes sufren de esta enfermedad y que aceptan a la muerte. Entre estos personajes resalta la figura de la mujer misteriosa que visita a su esposo enfermo y que suscita la curiosidad de Abel. Cuando el protagonista termina de leer las cartas de su amigo recibe una invitación de la dama del perfume a quién le cuenta de su viaje, ésta se devela cómo aquella mujer misteriosa y le pide que no viaje a B para que no rompa el encanto y la magia transmitida por las cartas de su amigo con una cruda y difícil realidad.

Esta novela es bastante original y diferente, donde se entrelazan la poesía y reflexiones filosóficas, utilizando un lenguaje modernista diferente a otros escritores de finales de siglo XIX. Esta novela la cual está escrita de manera epistolar; en prosa poética, intercala disertaciones entre lo artístico, filosófico y poemas en verso. En “La ciudad de los tísicos” se pueden apreciar el espíritu libre e innovador de Valdelomar, utilizando técnicas modernistas como el ambiente de misterio y la fantasía decadente, pero la enriquece con aportes como las descripciones profundas del paisaje, la psicología de sus personajes sumándoles un análisis filosófico, como en el caso de los huacos manifestado así representaciones artísticas prehispánicas y coloniales, el estilo directo y nada convencional de las epístolas (cartas), y sobre todo creando un estilo que consiste en crear un contraste entre lo extraordinario y lo cotidiano que captura la atención y mantiene el clima enigmático durante toda la novela. “La ciudad de los tísicos”, es una novela que se debe leer con la mente y el corazón abiertos a las innovaciones ya que solo al final se comprenden algunos capítulos y su sentido dentro de la obra; siendo así, una novela corta pero que cuenta mucho.  

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