Reseña del libro de “El Zarco” de Ignacio
Enviado por Ivonne Dominguez • 6 de Abril de 2016 • Reseña • 2.465 Palabras (10 Páginas) • 2.108 Visitas
Universidad Nacional Autónoma de México[pic 1]
[pic 2]Colegio de Ciencias y Humanidades
Plantel Azcapotzalco
Taller de Lectura, Redacción
e Iniciación a la Investigación Documental 1.
Trabajo final:
Reseña del libro de “El Zarco” de Ignacio
Manuel Altamirano
“Los tiempos de 1861”
Ivonne Palma Domínguez.
Grupo: 116.
Profesor: José Miguel Góngora Izquierdo.
Lunes 19 de Enero de 2015.
Tercer borrador.
Los tiempos de 1861.
Primeramente me permito informar que este trabajo tiene como fin recomendar la obra El Zarco la cual es muy interesante en todo momento, ya que hay partes de la novela en la que se hacen descripciones bien detalladas de distintos lugares, costumbres y hechos que sucedían en el tiempo que se plantea la historia, y todo esto es lo que permite al lector darse un amplio panorama de cómo era la realidad en aquel entonces. Es una obra de amor, delincuencia, muerte y en especial vandalismo, ya que es lo que hace hincapié durante el transcurso de toda la novela y lo principal de la trama siendo que te hace preguntarte que es lo que podría continuar y así seguir leyendo.
Manuela, varias veces ha rechazado las proposiciones matrimoniales de Nicolás, el herrero del pueblo, quien le ofrece cierta mejora económica; pero ella estaba enamorada del Zarco, famoso bandido, que por aquel entonces aterrorizaba al país con sus crímenes. Y por consiguiente huye con él.
En el amor de Manuela hay una rara mezcla de deslumbramiento, codicia y vanidad. Pero el Zarco es un criminal amoral, un "plateado", como se les decía entonces, que roba, mata y se distingue por su intrepidez, crueldad e insaciable sed de riquezas. Manuela se desilusiona de él y se arrepiente de haberlo seguido. Por otra parte, Nicolás, desengañado de Manuela, se da cuenta de que Pilar es quien lo ama realmente y le da todo su amor, la hermana adoptiva de aquélla, y proyectan casarse. El desenlace de la obra, encontrado en los dos últimos capítulos, resulta un tanto precipitado y confuso. En un enfrentamiento, el Zarco y su temible banda se enfrentan con un grupo de hombres capitaneados por Nicolás; éste, de un balazo a la cabeza, deja casi muerto al bandido. El herrero lleva la noticia del suceso a las autoridades. Mientras, Manuela permanece llorando junto al cuerpo del Zarco, que aún respira. Ya en poder de la justicia, el Zarco y Manuela son llevados a prisión. El bandido se restablece por completo y cuando, junto con otros plateados, es conducido a una nueva cárcel, sus hombres emboscan a la tropa, la exterminan y liberan a los presos. Mientras tanto, llega el día de la boda religiosa de Pilar y Nicolás. Tras la ceremonia de la iglesia, la pareja parte rumbo al pueblo donde residirá. Por el camino se encuentran con Manuela, desencajada y temblorosa, quien se acerca desesperada al carruaje para pedirles perdón y les da la noticia de que en ese momento, y en su presencia, van a fusilar al Zarco, que ya está amarrado y con los ojos cubiertos con una venda. Ejecutan al Zarco de cinco balazos y luego cuelgan su cadáver. Manuela, se había vuelto loca por la muerte del Zarco, así que Martin Sánchez le ordena a dos de sus soldados que la levanten pero al verla arrojar sangre por la boca, estar rígida e irse enfriando le dijeron a Martin que ya estaba muerta y este ordenó que la enterraran.
La joven que escapa con el Zarco, llamada Manuela era una mujer interesada y codiciosa, ya que estaba cegada por sus ambiciones y no se percató de lo que sus acciones podían traer como consecuencia a largo plazo, además era aventurera, aunque a la vez ingenua, por creer que con aquel bandido su vida sería más fácil. Sin embargo era solidaria y positiva, porque trató de buscar el lado bueno de la situación y al final se resignó al darse cuenta de lo que realmente estaba pasando y por esta situación reflexionó sobre la vida que había estado llevando desde que se fue con el bandido.
Nicolás era un joven honesto y honrado, porque no le debía nada a nadie y siempre actuaba justamente en cada situación que se le presentaba, e igualmente era muy perseverante, como lo había hecho con Manuelita para mostrarle que era ella a quien amaba, aunque este también era un defecto, ya que nunca se dio cuenta de que no valoraba lo que hacía por ella, incluso ponía su vida en riesgo al ir a visitarla, ya que los plateados podían atacarlo mientras recorría el camino de su casa a la de Manuela, aunque ella no lo pensaba así.
Nicolás a su vez era amado en secreto por Pilar, una joven tímida y sumisa, que era muy amable al igual que él. Pilar era muy respetuosa, pero esto algunas veces la llevaba a ser muy dejada y no exponer lo que ella pensaba, sobre todo las groserías que le hacía Manuela la hija de Doña Antonia, a la que consideraba su hermana porque fue huérfana desde pequeña. Ella además era muy cariñosa con la señora, a quien quería como a una madre ya que desde que llego y formo parte de su familia siempre le tuvo los cuidados necesarios y le tomo cariño y empatía.
Doña Antonia, la madre de Manuela, era una señora un tanto impaciente e intranquila, además era autoritaria, al insistirle tanto a su hija de casarse con Nicolás, cosa que nunca sucedió, frustrada e insegura debido a la falta de decisión para las situaciones que se le presentaban porque siempre se desesperaba demasiado, después de un tiempo y de comprender que esto no le traía nada bueno se dio cuenta de que no le ayudaría en nada. Pasado algún tiempo tomo la decisión de ir en busca de su hija cuando no la encontraba, a pesar de que como consecuencia esto le trajera la muerte.
El Zarco, era un hombre cobarde a pesar de lo que muchos decían, siempre dependió de la situación en que estuviera para creerse el valiente o lo contrario, también era muy celoso debido a su inseguridad aunque este lo negara, esto pudo verse más cuando ya tenía a Manuelita en la hacienda de Xochimancas originaria del mismo lugar. El Zarco también tenía su lado bueno, en menor notoriedad, ya que era un enamorado, y era solidario a su manera, creyendo que hacia feliz a su mujer llenándola de alhajas aunque este no le pusiera la atención necesaria.
Martin Sánchez, quien se presenta en los últimos capítulos de la obra, se convierte en el defensor de la gente honrada y desamparada por el gobierno. Por su sed de venganza hacia las personas que habían matado los plateados y el propio Zarco, incluyendo a sus hijos y a su padre, pide al gobierno que le proporcionen armas, y estos ceden a dárselas por lo tanto logra exterminar a los bandidos del Sur del Estado de México y entre ellos a los más peligrosos.
Por lo que se refiere al tiempo, esta obra transcurre a través de tres años, de 1861 a 1863, una época social y políticamente turbulenta en México, como es claramente mostrado gracias a toda la persecución que se encuentra, ya que es muy propicio el surgimiento de bandidos como El Zarco y su posesión sobre los pueblos al aterrorizar a los habitantes consiguiendo manipularlos fácilmente.
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