CONTEXTUALIZACIÓN- Billy elliot

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Para una comprensión más profunda de la práctica realizaremos una contextualización del momento histórico en el que está escenificada la película de Billy Elliot.

La película se desarrolla en la década de los 80, durante el conflicto minero que dio lugar a la huelga de 1984-85. En marzo de 1984 el Consejo Nacional para el Carbón (NCB, en sus siglas en inglés), el organismo público encargado de la gestión de las minas británicas, nacionalizadas desde 1947, anuncia el cierre de 20 de ellas, con la subsecuente pérdida de 20.000 puestos de trabajo. La maquinaria sindicalista se pone en marcha y la Unión Nacional de Mineros (NUM) llama a la huelga el 12 de marzo de 1984. Liderados por su presidente Arthur Scargill, una especie de némesis de Margaret Thatcher en esta historia, la unión minera volvía a convocar un paro general tras más de diez años.

Desde el comienzo de la huelga, la NUM arrastró un peso que la lastró día tras día: el no haber organizado una votación nacional que llamase al paro indefinido, el cual había sido convocado por la ejecutiva nacional. Además, patronal y gobierno pusieron en marcha todas sus fichas. Mientras los primeros regalaban cestas de Navidad a las familias de los mineros que regresaran al trabajo, el gobierno, haciendo valer una ley de 1980, negaba las ayudas del estado a los huelguistas y a todos aquellos que dependieran de ellos (hijos o mujeres sin trabajo).

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En una disputa que cada vez se ponía más cuesta arriba para los mineros, el 30 de noviembre de 1984 un trágico hecho sacude a todo el país. Un taxista de Cardiff, que transportaba hacia su trabajo a un minero que no secundaba la huelga, fallece tras ser aplastado por una piedra. Ese bloque de cemento de medio metro, lanzado por dos trabajadores en huelga, fue un peso que la NUM nunca pudo levantar. El partido laborista y la TUC, la mayor unión sindical condenaron enérgicamente el incidente y, en una vasta generalización, los métodos de la NUM. La disputa quedó sentenciada y los cuatro meses restantes solo vieron un descenso del número de huelguistas y de apoyos entre la sociedad. El 5 de marzo Arthur Scargill anuncia una vuelta al trabajo sin condiciones. Las 52 semanas de la gran huelga habían terminado.

Una nueva Gran Bretaña

La huelga minera del 84 ejemplifica el cambio sufrido por todo el Reino Unido a comienzos de esa década. Los poderosos sindicatos languidecieron en un país que emprendía su camino del industrialismo a la economía financiera. Las comarcas del norte de Inglaterra y del sur de Gales, el motor de aquel país, sufrieron durante años la conversión industrial que dejó tras de sí un reguero de pueblos olvidados y ciudades grises, de comunidades que habían perdido para siempre su fuente de vida. 1984 acabó por trazar esa raya entre el norte pobre y el boyante sur, representado por la City, el centro financiero de Londres.

 Los conservadores siguen aún a día de hoy pagando su particular factura de sus políticas de esos años. En las antiguas ciudades industriales del norte y del centro de Inglaterra el partido de David Cameron consigue tan sólo un 16% de los escaños  y en el ayuntamiento de Liverpool son los séptimos más votados. Y qué decir de las celebraciones con champán que, paralelamente al funeral de estado, se llevaban a cabo en las antiguas regiones mineras el día de la muerte de Margaret Thatcher, la enemiga por excelencia de la clase obrera.

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Durante la película podemos observar el contraste que se produce entre la familia de Billy y la de su profesora de ballet la Sr. Wikinson. Nos encontramos en los años 80, en el condado de Durham, al norte de Inglaterra. La familia de Billy es residente del barrio obrero, el cual se encuentra totalmente ocupado por cuerpos policiales como medida preventiva ante la huelga de los mineros, en la que participan activamente tanto su padre como su hermano. Desde el comienzo de la película puede percibirse la tensión a la que está sometida la familia ante la difícil situación en la que se encuentran. En primer lugar aún están tratando de superar la muerte de la madre de Billy, atraviesan una situación económica bastante precaria debido a la huelga y las fuertes medidas del gobierno y añadimos la presión de la presencia policial constante, lo que genera un ambiente bastante cargado dentro de casa. Cuando el padre de Billy descubre su afición por el ballet solo puede verlo como un problema más. Su mentalidad machista no le deja romper con los prejuicios de la época y sobre todo de su clase social, pues al pertenecer a la clase media-baja el acceso a la cultura y el arte es mucho más restringido. La película nos muestra una interesante reflexión sobre el acceso de la clase obrera a la cultura y el arte. Tras la incomprensión y oposición inicial, las imágenes del padre de Billy anonadado ante el talento de su hijo o deslumbrado al llegar a Londres y descubrir un mundo que desconocía donde se respira el arte, vienen a reflejar la dificultad que existe en la realidad para que ambos mundos dejen de ser caminos paralelos, pues esta ignorancia produce una respuesta de rechazo. De este modo, la afición que siente su hijo por el ballet rompe por completo sus esquemas sobre el comportamiento adecuado que debe tener un varón y por lo tanto solo puede verla como un síntoma de su homosexualidad, rechazándola por completo. Sin embargo tras comprender la verdadera pasión de Billy, podemos observar una familia realmente unida capaz de sacrificar cualquier cosa por cada uno de los miembros que la integran (podemos ver la tensión con la que todos esperan la respuesta a la solicitud de Billy). Por contraste la familia de la Sr. Wikinson pertenece a la burguesía de la ciudad, esto les proporciona una estilo de vida bastante cómodo alejado de los problemas de la huelga, observándola de lejos y sin llegar a comprender que mueve a esas personas a montar semejante revolución, pues sus ideales políticos nada tienen que ver con los de ellos. También podemos observar que se trata de un núcleo familiar menos unido, en el que cada miembro tiene una vida y rutina propia que nada tiene que ver con la de los otros, quitando quizás el momento de compartir comidas en la mesa. En cuanto a la aceptación del ballet masculino no tienen una respuesta negativa pues carecen de esa ausencia de familiarización con él, no están sujetos a esa presión social tan estricta que es generada por los prejuicios. Mencionar que personalmente también creo que influye en todo esto la privacidad que te aporta tu vivienda y tu estilo de vida (contraste entre las casas adosadas de los mineros con una privacidad nula y el barrio residencial).

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