Daens es una película belga

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Daens

Daens es una película belga dirigida por Stijn Coninx. Estrenada en 1992, se trata de un drama histórico que relata la vida de Adolf Daens, sacerdote católico en Aalst (Bélgica) que luchó por los derechos de los trabajadores y obreros en plena segunda revolución industrial.

Daens es un clérigo que es destinado a Bélgica, allí es donde averiguará cómo los trabajadores, conscientes de que son manipulados, de esta pequeña ciudad están siendo explotados por un sistema capitalista, vigilados por unos cuantos ricos que tan solo desean ser cada vez más ricos.

Sin embargo, a estos ricos no les importa aún estando al corriente de lo que esto trae consigo: el hambre, la indigencia y la desdicha de estos asalariados, que ganan un sueldo injusto por sus prolongadas jornadas de cometido donde no existen medidas de seguridad ni precauciones y el mínimo descuido puede provocar la muerte, y que en ciertas situaciones son despedidos tan solo por su edad o por sus pensamientos políticos. Daens tendrá aquí una tarea elemental, adentrándose en el trayecto de alcanzar la igualdad entre todos los habitantes, en todos los aspectos.

La prensa era uno de los escasos medios de comunicación existentes en aquella época, y los distintos diarios comunicaban las alteraciones que se iban originando en el país, según su diferente punto de vista e ideologías políticas.

En una sociedad como la que nos enseña la película, son insuficientes las personas que dominan la lectura y que tienen una base sobre la cultura. Tan solo la clase alta, como el clero y otras clases acomodadas de la sociedad, satisfacían de conocimientos.

Los jornaleros sabían lo que deseaban los propietarios, los que inspeccionaban sus fábricas: conseguir grandes cuantías de dinero a costa del acuerdo de mano de obra barata para obtener los grandiosos ganancias con los mínimos costes de producción posibles, sin interesarles el desconsuelo de los demás.

Los patronos escasamente proporcionaban explicaciones coherentes a sus explotaciones. Para ellos les convenía tener un conjunto de pobres que les fueran rentables en sus industrias. Además, pretendían mantenerlos callados, aumentándoles mínimamente el sueldo o dándoles provisiones para impedir la extensión de los socialistas.

Los sacerdotes manifiestan una conducta muy conservadora y no favorecen las solicitudes de los trabajadores, pero eso no quita que Daens lo hiciese. Sin embargo, dentro de la Iglesia, alguien con buena colocación social se vuelve sensato con respecto a la situación y se une al partido obrero.

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