Mozart es música

Mozart es música

El mundo se sorprende ante el gran legado que Wolfgang Amadeus Mozart dejó durante sus tan cortos años de vida, ya que en tan solo 36 años compuso más de 600 obras, a comparación de otros grandes compositores del clasicismo como Haydn, quien murió a los 77 años con un total de 106. El mismo Mozart señaló que: «La música es el único camino hacia lo trascendente». Es por ello que,  para entender cómo logró su éxito en tan poco tiempo, es necesario reconocer que no solo fue un niño prodigio que se inició en la música desde los 3 años; sino que, además, por medio de esta expresó sus vivencias, hasta el punto en el que me atrevo a decir que entregó su vida entera a ella. Como podremos evidenciar en la creación de su ópera “Don Giovanni” y su póstumo “Réquiem”.

Para empezar, Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo (Alemania) y fue a los 3 años que tuvo su primer contacto con un piano y a los 4 años ya tocaba minuets. En 1763 tuvo continuos viajes alrededor de toda Europa como Alemania, París, Londres, entre otros, acompañado de su padre Leopoldo, haciéndose conocido por la rapidez con la que componía, llegando a componer toda una sinfonía en tan solo 4 días.

En la película Amadeus, se presenció el papel fundamental que tuvo Leopoldo en la vida de su hijo Mozart. No obstante, para construir su propio rumbo, se supuso la desobediencia y separación al progenitor. De pronto, en 1787, el fallecimiento de su padre y la angustia de no poder asistir a su funeral se vio reflejado en su ópera buffa con características dramáticas “Don Giovanni” (1787), la cual consta de dos actos y con el libreto a cargo de Lorenzo da Ponte. A todo esto, coincido con Ortega al afirmar que Mozart se identifica con el personaje vividor de Giovanni (Tenor), quien desobediente e irrespetuoso se bate a duelo con el Comendador (Bajo), el cual representaría a Leopoldo, y termina asesinándolo. Esta escena va acompañada de una orquesta que marca la tragedia con acordes oscuros y pesados de música lúgubre, que se volverán a escuchar en el recitativo (habla cantada) entre el Comendador, quien regresa como fantasma, y Giovanni, quien recibirá su castigo final. De esta forma, Mozart manifestó su sentimiento de culpabilidad por desafiar las órdenes de su padre, pero ciertamente esto demostró su madurez.

Desde luego Mozart trabajó incesantemente durante toda su vida por la necesidad de dinero. Es así como, a cambio de un excelente pago, se le encargó a través de un sujeto misterioso mandado por el conde Franz von Walsseg la creación de un Réquiem. Esta misa de difuntos compuesta para orquesta sinfónica, coro y voces solistas como soprano, contralto, tenor y bajo, lo llevó a obsesionarse con el objetivo de entregarla a tiempo (Ortega, 1988). Sin embargo, su personalidad supersticiosa y trabajo sin descanso, empeoraba cada vez más su delicada salud. Es por ello, que muchos autores llegaron a la conclusión de que esta obsesión estuvo relacionada al querer terminar el Réquiem para ser presentada en su propio lecho de muerte. No obstante, esta misa dividida en 7 bloques, no llegó a concluirse, puesto que Mozart falleció en diciembre de 1791 (ABC, 2019).

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