Obra de teatro ¿Bailamos? José Zamorano

¿BAILAMOS?

JOSÉ ZAMORANO 

PERSONAJES

CARLOS

JOVEN

HOMBRE

DANIELA

MARIO

SOMBRAS

ESCENA I

En un cuarto oscuro, hombres sin rostro bailan eróticamente una canción sexual. En el centro de todo CARLOS, que poco a poco es desvestido hasta dejarlo con camisa abierta y bóxer. Todos se entrelazan en el juego donde se tocan los unos a los otros. Se escuchan gemidos de placer, se retuercen fundiendo sus cuerpos en ese calor pasional que desprenden de cada caricia, mientras siguen danzando orgiásticamente, sin pudor, sin tabúes, solo saciando sus más bajos instintos sexuales, que terminan en una cama donde al final, solo queda un JOVEN y CARLOS.

ESCENA II

JOVEN: ¡Qué rico cojes!

CARLOS encendiendo un cigarro. 

CARLOS: Lo sé, me lo dicen seguido.

JOVEN: ¡Qué humilde salió el muchacho!

CARLOS: Realista únicamente... Soy guapo, sexy y además… cojo bien rico. ¿Qué más puedes pedir?

JOVEN: (Ríe.) ¿Qué edad tienes?

CARLOS: ¿Importa?  

JOVEN: No quisiera que me metan a la cárcel.

CARLOS: Tengo 18 años… Un centímetro de pito por cada año de vida.

JOVEN: Ya decía yo que estaba muy grande para alguien que se veía más chico… ¿Repetimos?

CARLOS: ¡No creo! (Ve la hora, apaga el cigarro y se empieza a arreglar.) Es tardísimo, tengo que ir a clases.  

ESCENA III

CARLOS frente a un HOMBRE, que está sentado desnudo en un banco, semicubierto por una sábana roja que nos permite ver su cuerpo atlético, inmovil, no se le ve el rostro, trae una máscara en sus manos.

CARLOS: No siempre fui tan egocéntrico. Recuerdo la primera vez que… bailé. Estaba en tercer semestre de preparatoria, iba saliendo del closet y empezaba a tener amigos gays. Una vez salimos de antro… “Mouling Rouge”, se llamaba el lugar. Cincuenta pesos el cover con barra incluida y te ponían una pulserita, te daban tu vaso para consumir, yo no tomaba, menos drogarme. Todo ese mundo era nuevo, había una pista grandísima en el centro del lugar y todos los chicos con los que fui estaban en ella, yo quería estar ahí, así que subí, pero estaba pasmado, helado del miedo. ¡Un joven de 16 años que apenas exploraba su sexualidad en medio de la pista de baile!, entonces se acercó el chico que me gustó desde que llegué al lugar. Me vio temblando y me preguntó que si bailaba; le contesté que no sabía, se empezó a mover hacia mí tanto, que pegó su cuerpo al mío y bailaba mientras su respiración la sentía en mi oído, su voz se tornó extraña, como liberadora… ¡Solo tienes que moverte y bailar como puta! me dijo… Desde entonces no he dejado de bailar así.

El HOMBRE le entrega una máscara y CARLOS baila fuerte, obsesivamente. El HOMBRE lo observa sin moverse de su sitio. CARLOS sudoroso, agotado, cae al piso. El HOMBRE le entrega una máscara, CARLOS se la pone lentamente.

ESCENA IV

CARLOS y DANIELA sentados en una banca de la universidad.  

DANIELA: Entonces me puse a ver el Instagram de la chava y está muy bonita, ¿Por qué tiene que darle me gusta?

CARLOS: No seas ridícula, solo es un like y ya. No es que se la estuviera echando. DANIELA: Pero si le da me encanta es porque le gusta ¿no?

CARLOS: Daniela… Siempre es lo mismo contigo, Mario hace algo y a ti se te cae el mundo. ¡Hay más pitos que estrellas!

DANIELA: Pero yo lo quiero a él, y quiero que él me quiera a mí.

CARLOS: Qué tonterías dices, los hombres solo buscamos una cosa, y esa cosa es ¡Coger!

y ya… Mario y tú llevan desde la secundaria y aun ni le aflojas, ¡que hueva!

DANIELA: Quiero que lo de nosotros sea especial, bonito y aun no estoy lista.

CARLOS: Pareces monja, lo único que harás es que te deje.

DANIELA: ¿Por qué eres así? Tú y yo nos conocemos desde primaria y estos dos últimos años te comportas diferente.

CARLOS: Sólo aprendí a no llorarle a nadie. Y no ser el pendejo de nadie. DANIELA: Darle ánimos a tu amiga cuando está mal no es ser pendejo.

CARLOS: Solo estoy abriéndote los ojos al mundo, este mundo está lleno de mierda… A mi me hubiera gustado que mi yo de antes, supiera lo que sé ahora…

DANIELA: El de antes me hubiera abrazado y me hubiera llevado a comer un cono de helado. El de antes, me estaría diciendo lo hermosa que soy y que Mario, sería un tonto si me pierde.

CARLOS: ¡No mames Daniela! Ya lo estás diciendo tú, ¿porque tendría que decir algo que en el fondo tú ya sabes?

DANIELA: Porque eres mi amigo. Los amigos hacen eso.

CARLOS: Pendejadas.

DANIELA: Para mí hay cosas más importantes que estar haciendo el amor todo el día.

CARLOS: Por favor, solo es sexo y ya. Y es muy rico.

DANIELA: Pues lo haré cuando esté preparada.

CARLOS: No vengas a llorar cuando Mario se vaya y se coja a otra vieja.

DANIELA: El nuevo tú, es una perra mamona sin sentimientos.

CARLOS: ¿Perra? ¿De verdad quieres que sea una perra? ¡Pues la más perra seré!

DANIELA toma su mochila y se va. CARLOS se queda solo y se quita arrepentido la máscara, intenta ir tras su amiga, pero corre hacia el extremo contrario..

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