¿Te acuerdas de Elvis cuando movió la pelvis y el mundo hizo plop y entonces nadie podía entender que era esa furia?
Enviado por sbanche31 • 6 de Agosto de 2015 • Trabajo • 2.942 Palabras (12 Páginas) • 319 Visitas
1-Las nuevas olas
“¿Te acuerdas de Elvis cuando movió la pelvis y el mundo hizo plop y entonces nadie podía entender que era esa furia?” Seru Giran – Mientras miro las nuevas olas.
A fines de la década del 50 comienzan a surgir las nuevas olas. Grupos de cineastas, que en distintas partes del mundo comienzan a revolucionar la historia del cine. Desde Brasil con Glauber Rocha y en Cinema Novo hasta Godard en París. También en Alemania e Italia hay una movida importante, que más adelante continuará expandiéndose y reproduciéndose en varios rincones del mundo como Argentina y también Uruguay.
La Nouvelle Vague, nace en Francia, a fines de los años 50. Los directores de esta época principalmente venían de la crítica cinematográfica, estaban agrupados unos cuantos en la revista Cahiers do Cinema. Uno de sus fundadores, André Bazin apadrino por así decirlo a varios de estos nuevos y jóvenes cineastas que comenzaron escribiendo para la revista y más tarde comenzaron a hacer cine.
Era algo nuevo que críticos de cine, comenzaran a filmar películas. Lo interesante de esto es que eran conocidos como “ratas de cinemateca” y por lo tanto eran cinéfilos y conocían muchísimo acerca de la técnica cinematográfica y lo que estaba sucediendo en el mundo.
Cuando comenzaron a escribir sus guiones y salir a rodar, tenían objetivos muy claros y quizás un poco extremistas (algunos autores más que otros). Cansados del cine clásico y sus historias narradas de una forma ya establecidas y muy repetitivas, poco realistas, filmadas en grandes estudios, totalmente institucionalizadas e institucionalizantes, defensoras de una moral que estos nuevos autores cuestionaban, buscaban cuestionar y derrocar este orden, para establecer algo nuevo y diferente.
Así fue que comenzaron a hacer cine, cuestionador y revolucionario. Rompiendo todos los esquemas establecidos por el cine de Hollywood. Salieron de los grandes estudios y fueron a la calle, esto quizás también influenciado por el Neorrealismo italiano. Las cámaras podían ahora grabar sonido y eran más chicas, por lo tanto se hacían más accesibles las producciones que muchas veces eran en 16mm. La belleza que tenían los planos de Hollywood con la iluminación artificial quedó de lado, se aprovechaba mucho la luz del sol y generalmente los equipos de producción eran mucho más chicos que los del cine clásico. Esto no era solamente tema de presupuesto, era un tema de elección de cómo trabajar, varios directores luego se hicieron muy reconocidos y algunos siguieron rodando siempre con un equipo mínimo. Reivindicaron viejos cineastas algo olvidados, películas Serie B que llegaban de estados unidos. Volvieron a dar una importancia principal al director, el autor de la película era el director. Esto volvió algunas filmografías muy personales, creían que una obra cinematográfica era algo personal, y los autores se implicaban en esta, muchas veces siendo en parte autobiográficas, como es el caso de “Los 400 golpes” de Truffaut de la cual enseguida escribiré.
Las nuevas olas cuestionan el cine clásico en todos los sentidos, rompen con toda la parafernalia y con todo el lenguaje que manejaban. Si bien hay cineastas que lo hacen de una forma más leve, otros son extremistas. El cuestionamiento se hace desde el eje, cuestionan lo más básico y establecido del cine clásico hollywoodense, la narrativa y la forma en que se inscribe con relación al espacio y tiempo. En el cine clásico la narrativa lo es todo, todos los elementos giran en torno a la narración de una historia, que generalmente tiene personajes principales, aquí entraría el tema del star sistem) que atraviesan una historia que es en su esqueleto siempre la misma, con diferentes tonos y matices. La estructura narrativa clásica viene desde grécia, básicamente es presentación, desarrollo, nudo, conflicto y desenlace. El montaje debe ser invisible, la cámara no se debe de sentir, los ejes no se pueden saltar, el espectador se debe identificar rápido con el personajes y con el lugar, entender fácilmente la historia que seguramente sea de amor y principalmente, en ningún momento tiene el espectador que sentir que se encuentra viendo una película, tiene que sumergirse en la narración. Estos nuevos cineastas rompen todas estas ideas por donde se los mire. Recuerdo la escena de “Vivre sa vie” donde Ana Karina, que era esposa de Godard, charla con un filósofo en un bar. Un filósofo que además no es actor, sino que es sí mismo, una especie de cameo. Esa escena vista desde el cine clásico es incomprensible que esté en una película, hay saltos en el eje (que ya eran parte del lenguaje de Godard), hay miradas a cámara, no hay un plano máster que nos ubique donde estamos, el filosofo no es un actor, y no hay un hilo conductor en la conversación, no se avanza a ningún lado, la cámara se hace presente constantemente, hay encuadres incómodos, el sonido ambiente está muy alto y en un momento hay un salto en el eje donde Karina mira la cámara y hasta parece que habla con Godard que se encuentra fuera de cuadro y la escena sigue, rompe con la magia de la película, acabamos de notar que hay una cámara y que estamos viendo una película.
Este caso lo quería destacar como un caso extremo de esta nueva ola. Creo que Truffaut fue un autor revolucionario, pero que en las formas de narrativa tomó mucho del cine clásico, en mi opinión no estaba tan obsecionado como Godard por romper con el cine clásico. Los 400 golpes, es su primer largo, lo hace ganador del premio a mejor director en Cannes, y personalmente es una de las obras de esta corriente que más me gusta. Es bastante autobiográfica, los cineastas veían el cine como una forma de questionarse, explorarse, y esa cuota de cine personal se ve claramente en la película. Filma mucho en exteriores, sin luz artificial, y los interiores son locaciones reales y con poca luz artificial. Tiene varios travellings, la cámara se mueve bastante y genera una sensación de realismo en mi opinión muy interesante. Creo que busca ser totalmente realista, y veo en ella mucho del neorrealismo italiano. El movimiento de cámara final es muy reconocido, Jean-Pierre Mocky comenta que es inspirado en Rashomon, que era una película y Kurosawa un director que había influido fuertemente a Truffaut. Por útlimo hay en el último plano de la película una mirada a cámara. Sin dudas esta mirada a cámara es revolucionaria, una ley fundamental del cine clásico era que la cámara no existía, y por lo tanto no se mira. Si bien en “Un verano con Mónica” Bergman ya ponía una mirada a cámara y que tenía una fuerza cuestionadora impresionante, esta mirada del joven actor al final, me parece también muy fuerte y que comienza a establecer un nuevo lenguaje.
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