Administracion

El capítulo habla acerca de las diferentes formas que el Estado tiene de distribuir la renta, y así mismo definir las implicaciones de cada una de ellas, también deja claro, que el objetivo del gobierno consiste en obtener la máxima cantidad de dinero posible de una clase de ciudadanos para dárselo a otra.

Una de las formas de valorar la distribución de la renta consiste en calcular el número de personas que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, que es el nivel de renta real necesario para garantizar un nivel de vida mínimamente adecuado.

Para plantear políticas que puedan apaciguar la pobreza es ventajoso estar al tanto de la distancia que separa a la población pobre del principio de pobreza. La brecha de la pobreza es la cantidad de recursos que debieran transferirse a la población pobre para que la renta de todos los hogares se elevara hasta la línea de pobreza.

Algunos expertos sustentan que la rentabilidad económica de la educación es el principal elemento explicativo del aumento de la desigualdad producido en los últimos años. Pero aseguran, que ningún factor puede explicar por si solo todas las situaciones de pobreza.

Al hablar de la interpretación de los datos distributivos, queda claro que la renta de una persona durante un determinado periodo de tiempo es la suma de su consumo y su ahorro a lo largo del mismo y que todos los datos se refieren a la renta antes de impuestos. Debido a esto, las cifras no reflejan el hecho de que la imposición sobre la renta descuente un porcentaje mayor de renta a las familias que cuentan con ingresos elevados que a aquellas que poseen pocos ingresos.

De acuerdo a esto la renta indica que solo tiene sentido medirla sobre una base temporal larga, puesto que Tiene mucho sentido medir el flujo de rentas que se obtienen anualmente, como hacen las cifras oficiales. Sin embargo, incluso la medición anual puede no reflejar la verdadera posición económica de una persona.

Por otro lado según el criterio maximin, la mejor distribución de la renta es la que hace máxima la utilidad de la persona que posee menos utilidad, en este análisis Las funciones de bienestar social ya vistas se ratifica que la redistribución de la renta mejora la situación de algunas personas y empeora las de otras.

Según Pareto este es un problema de externalidades, debido a que el consumo de los pobres afecta el bienestar de los ricos de manera externa al mercado. De esta manera es claro que las personas se sentirán mas conformes en una distribución más equitativa, pues nadie estará de acuerdo en transferir más recursos que otros sin pensar en que los sistemas de redistribución de renta generan una óptima estabilidad a nivel económico y social.

En los análisis anteriores se determinó que el bienestar social se concibe como alguna función de las utilidades individuales y las políticas planteadas se hacen referentes a este

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