Angeles Y Demonios
Enviado por carolinatrece • 26 de Noviembre de 2012 • 406 Palabras (2 Páginas) • 553 Visitas
Científicos del mayor laboratorio de investigación del mundo —el
Conseil Européen pour la Recherche Nucléaire (CERN), cuya sede
está en Ginebra— lograron en fecha reciente generar las primeras
partículas de antimateria. La antimateria es idéntica a la materia, salvo
por el hecho de que está compuesta de partículas cuya carga eléctrica
es opuesta a las que se encuentran en la materia normal.
La antimateria es la fuente de energía más poderosa conocida
por el hombre. Libera una energía de una eficacia del cien por cien
(la fisión nuclear posee una eficacia del uno y medio por cien). La antimateria
no genera contaminación ni radiación, y una gota podría
proporcionar energía eléctrica a toda Nueva York durante un día.
Sin embargo, hay un problema...
La antimateria es muy inestable. Estalla cuando entra en contacto
con lo que sea, incluido el aire. Un solo gramo de antimateria contiene
la energía de una bomba nuclear de veinte kilotones, la potencia
de la bomba arrojada sobre Hiroshima.
Hasta hace poco, sólo se habían creado cantidades ínfimas de
antimateria (unos cuantos átomos cada vez), pero el CERN acaba
de abrir nuevos horizontes con su Decelerador de Antiprotones, una
avanzada instalación de producción de antimateria en la que se espera
crear antimateria en cantidades mucho mayores.
Se suscita una pregunta: ¿salvará al mundo esta sustancia tan volátil,
o se utilizará para crear el arma más mortífera de la historia?
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Nota del autor
Las referencias a obras de arte, tumbas, túneles y monumentos arquitectónicos
de Roma son reales (al igual que su emplazamiento exacto).
Aún hoy pueden verse.
La hermandad de los Illuminati también es real.
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Prólogo
El físico Leonardo Vetra olió a carne quemada, y comprendió que era
la suya. Miró horrorizado a la figura oscura que le amenazaba.
— ¿Qué quieres?
—La chiave —contestó la voz rasposa—. El santo y seña.
—Pero yo no...
El intruso hundió un poco más el objeto al rojo vivo en el pecho
de Vetra. Se oyó el siseo de la carne al arder.
Vetra lanzó un grito de dolor.
— ¡No hay santo y seña!
Sintió que se sumía en la inconsciencia.
La figura le fulminó con la mirada.
—Ne avevo paura. Me lo temía.
Vetra se esforzó por no perder el conocimiento, pero la oscuridad
se estaba cerrando sobre él. Su único consuelo consistía en saber
que su agresor nunca obtendría lo que
...