“EMPRESAS, INSTITUCIONES Y ASOCIACIONES. Un estudio tipológico de las organizaciones según su objeto de actividad.”

Autor: Mariano Fernández Enguita

“EMPRESAS, INSTITUCIONES Y ASOCIACIONES. Un estudio tipológico de las organizaciones según su objeto de actividad.” (2000)

En el desarrollo de su trabajo explica que las organizaciones pueden clasificarse por lo que procesan (bienes, personas o intereses). Si procesan bienes (productos o servicios) estaremos hablando de Empresas, que a su vez, las subclasifica en Capitalistas, Burocráticas y Cooperativas. Si procesan personas estaremos refiriéndonos a Instituciones cuyos subtipos expresa son las instituciones Totales, Tutelares y Administrativas.

Blau y Scott que las clasifican según a quién benefician en mutuo benéficas, mercantiles, de servicio y públicas.

A partir de los tipos de las organizaciones expuesta por Fernández Enguita (2000) entendemos que la escuela procesa personas, formaliza la vida social, en ella se socializan funciones educativas (obligatoriedad de la acción). Está estructurada jerárquicamente por profesiones y cargos que comprenden representante legal, directivos, docentes. La intervención del Estado puede visualizarse en tanto el Ministerio de Educación no sólo legitima su existencia y regula los saberes (curriculum).

Autoras: Silvia Grinberg y Mariana Rossi.

PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL. Acuerdos para hacer escuela. (1999)

En él, las autoras proponen que existen dos tipos de planificaciones: un tipo de planificación cerrada en la que el equipo de conducción es quien define lo que se debe hacer, y otro tipo de planificación, desde un proceso complejo, en el que los diferentes actores se encuentran implicados y comprometidos en la elaboración y reelaboración del mismo, lo que conlleva la construcción de acuerdos en los diferentes ámbitos de la vida institucional.

“Proyectos, gestión e instituciones educativas” las autoras comienzan desarrollando la problemática de la diversidad de definiciones que tiene la noción de proyecto, y cómo esto produce preocupación en la comunidad docente en cuanto a la elaboración y los alcances del mismo. También, realizan un recorrido histórico en el que se evidencia la influencia del contexto en la definición de la función del proyecto.

Citando a Popkewitz (1988), desde los tipos de racionalidad que propone Habermas, las autoras, mediante un cuadro de doble entrada, nombran los diferentes enfoques que puede tener un proyecto (técnico-racional, interpretativo-simbólico, socio-critico) y caracterizan cada uno de ellos desde aspectos como: ideas básicas sobre la organización, consecuencias para la práctica, y consecuencias para la definición de proyecto. Aquí, citando a Schulman (1989), las autoras explican que la idea no es oponer las diferentes perspectivas, sino que éstas puedan ayudar a

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