LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA COMO INSTRUMENTO DE LA GESTIÓN POR RESULTADOS

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

PLANEACIÓN ESTRATÉGICA

ENSAYO:

LA PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICA COMO INSTRUMENTO DE LA GESTIÓN POR RESULTADOS

AUTORES:

DANIEL VÁSQUEZ TORAL

DANIEL DE LA TORRE

JOHNNY CASSANELLO

CRISTHIAN ÁGUILA

TANIA ALVEAR

PROFESOR:

MGS. EDUARDO ESPINOZA

Guayaquil, Ecuador

2019

En este trabajo analizaremos cómo influye la aplicación de planes estratégicos vinculados a la obtención de resultados tanto favorables como perjudiciales para una empresa o negocio en general, su capacidad de mejorar y crear procesos beneficiosos a largo y mediano plazo.

Se define a la Planificación estratégica como una herramienta para proyectarse o anticiparse a eventos futuros, necesidades, cambios, contratiempos y cualquier acción que se produzca. Con el fin de generar una perspectiva más clara para enfrentar los acontecimientos e identificar las prácticas más adecuadas, a través de la toma de decisiones razonables.

“La noción de plan presupone un conjunto de connotaciones, tales como las de previsión, organización, coordinación de esfuerzos y control de acciones y de resultados. La previsión como una visión anticipatoria de lo que “vendrá”; se asemeja, pues, a una guía, “carta de navegación” o mapa en donde se registran los caminos a recorrer, los obstáculos a superar, el destino al que se quiere arribar y los medios necesarios para instrumentar la acción, orientada hacia los propósitos que se pretenden alcanzar”. (Becker, 2015)

La Planificación Estratégica se fundamenta en la creación de objetivos; que a partir de estos se establecen las estrategias para ejecutar y lograr dichas metas. Es una pieza clave de la gestión por resultados para cualquier institución con el objeto de alcanzar un resultado deseado.

Este modelo denominado gestión por resultados, propone la necesidad de un moderno enfoque que conduzca a lograr cambios trascendentales en la manera en que operan las organizaciones, optimizando el desempeño en cuanto a los resultados. Para muchos es esencial contar con un plan, ya que es una forma de ser organizados y plantearse una visión de las alteraciones que pueden ocurrir a lo largo del proceso de una institución, tomando en cuenta que el mercado se halla en constante evolución; siempre innovando y creando distintas tácticas, lo cual influye en el consumidor ya que es quien determina qué bien o servicio adquirir así mismo repercute en las decisiones internas de la empresa ya qué debe reemplazar o modernizar ciertas ideas de su plan de acción.

En el ámbito de las actividades de proyección de las instituciones se presentan la planificación estratégica y la planificación operativa, ambas persiguen la meta de gestionar y diagnosticar los mejores resultados, pero es necesario distinguir la una de la otra, la primera se realiza en base a un largo y mediano plazo mientras que la segunda se toma en cuenta en periodos cortos. La planificación operativa se refiere a poner en práctica y hacer efectivas las estrategias que se plantean, en base a esto se realiza la esquematización de las actividades, este plan operativo se enfoca más en lograr que la cantidad de los productos se den en la cantidad y tiempo requerido para satisfacer las necesidades. Este plan no es considerado por muchas instituciones por tener una perspectiva enfocada hacia lo productivo. Aquí se debe valorar el nivel de producción final o intermedia, su expansión en el mercado, requerimientos para generar nuevos productos y decisiones de invertir, contratar, entre otras.

Para que haya un buen proceso de planificación estratégica nos planteamos varias preguntas que nos permitirán llegar a nuestro objetivo propuesto; entre ellas tenemos ¿Quiénes somos?, y ¿Qué hacemos y para quienes? con el fin de definir nuestra visión, ¿Cómo queremos ser reconocidos? nos ayuda a plantear nuestra misión, ¿Dónde queremos ir? que nos permite determinar los objetivos estratégicos, ¿Cómo podemos llegar? proyecta las estrategias generales que vamos a emplear en nuestra planificación, y por último ¿Cómo sabemos que hemos logrado lo esperado?, que nos permite darnos cuenta si el objetivo planteado ha sido alcanzado para quienes se van a beneficiar de la planificación propuesta.

Además, la planificación estratégica cuenta con seis etapas en las que nos podemos guiar para saber que vamos por el buen camino para alcanzar nuestro objetivo; el Análisis de Entorno es la primera etapa, donde se especifican las debilidades, oportunidades, fortalezas y amenazas que pueden afectar a la empresa o institución, comparar cuestiones internas en relación con el exterior. También se la conoce como fase de diagnóstico ya que el fin es responder a ciertas interrogantes como ¿Cuáles son los obstáculos posibles en el camino?, ¿Quién es la competencia y ¿Con qué se cuenta para llegar donde se quiere?

 La segunda etapa es definir los objetivos, luego de hacer un análisis profundo del entorno empresarial se pueden plantear las metas a seguir a largo plazo, hay que establecer una serie de objetivos, pero se deben guiar hacia uno en particular que contenga a los demás, se formula la estrategia, considerando tácticas, métodos alternos y evaluaciones. Pero no debe quedar solo en un plan, sino que debe ser adoptado por todos los involucrados de la empresa.

La tercera etapa es Establecimiento de tácticas, consiste en desglosar la estrategia, en detallar la planificación, el objetivo se pone en práctica y se toman en cuenta los recursos a disposición. La cuarta etapa es la Ejecución, como su palabra lo indica hay que efectuar los objetivos, se ponen en práctica las decisiones establecidas hasta el momento. Se explotan los recursos estimados en las etapas anteriores, aquí podemos visualizar si lo programado se da en la realidad, es muy común que no todo se efectué como se planeó ya que en el camino surgen desviaciones y cambios de las exigencias externas. Las personas que forman parte de la empresa deben integrarse plenamente en la ejecución de las estrategias. La quinta etapa es el Reporte, se recogen los datos y testimonios obtenidos a partir de la ejecución, de cómo  se desenvolvieron las cosas, por consiguiente, estos datos reflejan cómo podría ser mejor en un futuro.

La última fase, pero no menos importante es la Evaluación, donde se verifica el cumplimiento de los objetivos planteados previamente; es decir que se dará o no el visto bueno. A partir de este paso se descubren los errores posibles y se realizan las correcciones necesarias a tiempo. Es un claro ejemplo de auditoria, con la única finalidad de utilizar los recursos eficientemente y asignar el tiempo justo.

La dirección  estratégica se  convierte actualmente en  una  necesidad de las instituciones, porque poseen procesos conscientes  muy  complejos,  interrelacionados  entre  sí  y  sujetos  a  un  conjunto  de  exigencias  muy dinámicas.  A  esta  disyuntiva,  debe  dar  respuesta  la  dirección estratégica orientada a la calidad. Ello requiere abrir procesos de reflexión sobre la naturaleza de las acciones, así como incluir en la agenda de las mismas orientaciones a mediano y largo plazo. Por tanto, la dirección estratégica  significa  concebir  la  empresa,  mirando  hacia  el  entorno, tomando como base un futuro factible a lograr. (Rivero, 2014).

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