Los Jesuitas. Una compañía casual con visión y propósito.

Capítulo 3. Los Jesuitas. Una compañía casual con visión y propósito.

Surgieron en el siglo XVI formado como un grupo heterogéneo de intelectuales españoles, franceses y portugueses que se consolidó en la Universidad de Paris. Su líder pionero es Ignacio de Loyola, de origen vasco y quien literalmente  transitó por tres episodios que marcaron su vida: la carrera militar, su intento de pasar la vida en Jerusalén imitando el heroísmo de los santos, estudiar la esencia de la gramática latina, lo cual lo llevó a Paris.

El líder jesuita se ganó el adepto de sus compañeros por la capacidad de identificar y hacer valer el potencial de liderazgo latente que otras personas  poseen. Se congregaron en una asociación con el único objetivo de ayudar a las almas y revivieron el sueño de Loyola de ir a trabajar a Tierra Santa pasando por Italia para pedir la aprobación del papa. No obstante las dificultades de tránsito hacia su destino los dejó varados en el mediterráneo donde continuaron con su objetivo de ayudar a las almas.

Su empuje, creatividad y flexibilidad los llevó a que el papa los escogiera para realizar de manera individual diversas misiones doctrinarias a lo largo de Italia y posteriormente por toda Europa, multiplicando su número de adeptos. A pesar de la dispersión del grupo su heroísmo y afecto mutuo los llevó a constituirse como una nueva orden religiosa que denominó Compañía de Jesús.

Los jesuitas, al igual que otras ordenes hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, sin embargo a diferencia de otras ordenes hacen un cuarto voto de inmediata movilización para cualquier misión que el papa pida. Otra distinción es que se trata de una orden constituida exclusivamente por hombres.

Actualmente los Jesuitas es la orden más grande del mundo con 21,000 miembros. Pero no siempre fue así, a mediados del siglo XVIII, la dureza con la que hacían críticas al estilo de vida de la monarquía y el hecho de ser vistos como el único grupo capaz de rebatir intelectualmente la arremetida contra la iglesia católica, hizo que fueran el blanco de los políticos de toda Europa, por lo que fueron desterrados de un país tras otro hasta que en 1773 fueron suprimidos por el papa y durante cuarenta años la Compañía de Jesús desapareció.

Paradójicamente un pequeño grupo de 200 jesuitas se mantuvo unido bajo la protección de Catalina la Grande de Rusia, quien estimaba las escuelas jesuitas establecidas en sus dominios y no permitió que se promulgara en su país la bula pontificia de supresión de la Compañía, por lo que este grupo aislado, pero unido y tenaz, eligió a un nuevo general y continuó su trabajo hasta que el papa la restauró en 1814.

La Compañía de Jesús es denominada como Compañía debido a que la anima una rica corriente de amistoso compañerismo y atrae a novicios de talento que anhelan seguir una vida no interrumpida de metas y virtudes heroicas.

...