Tipologías de Emprendimiento

TENDENCIAS RELEVANTES

Para emprender en un futuro cercano

Sebastián Valenzuela

Tipologías de Emprendimiento

Profesora Eloisa Silva

Domingo 28 de mayo de 2017

Si a lo que hablar de tendencias se refiere, creo que no es arriesgado, entonces, hacer mención del “pet care” y de las llamadas “economías colaborativas” como dos grandes “nortes” emergentes dentro de las minas de oportunidades actuales en el contexto chileno.

El “pet care” hace alusión a todas aquellas prácticas, productos y servicios cuyos focos comunes convergen en el cuidado de mascotas, una buena crianza, y su tenencia responsable bajo las normas y estándares que el mundo, los medios, la ciencia y la sociedad han ido fijando como parámetros “mínimamente aceptables” en un mundo cada vez más globalizado e informado.

En países europeos, la “cuestión animal” surgió y se estableció hace ya casi 15 años. Ahora bien, en Chile, recién en estos tiempos se comienza a consolidar como un tema de interés, teniendo como consecuencia, por ejemplo, marchas en las calles pidiendo justicia por un perro llamado “Cholito” o, también, la pronta promulgación de la Ley de Tenencia Responsable, ya aprobada por el Congreso y que aguarda la firma del Ejecutivo y posterior publicación en el Diario Oficial.

        Independientemente de las bondades y vicios o errores que esta tiene, es una manifestación más que clara – y tangible – del rol que han pasado a tener los animales de compañía en la vida de las personas: son integrantes del hogar, de la familia.

Ello trae como consecuencia, por ejemplo, un aumento sostenido de más de dos dígitos en el crecimiento de la industria en los últimos años aunque, en sencillo, sin grandes cambios en las “formas” de hacer las cosas por parte de los proveedores de servicios para mascotas.

Las economías colaborativas, en cambio, son aquellas que convierten, en pocas palabras, ineficiencias en los productos/servicios tradicionales y que son capaces de transformarlas en “eficiencias para otros”. Un ejemplo de ello es Uber, donde se aprovechó la “ineficiencia” de los medios de transporte públicos tradicionales para dar lugar a una forma de transportarse en vehículos particulares, donde la satisfacción aumenta y, el otro, puede percibir ingresos extra por “ofrecerse” como solución a la problemática ajena. De más estaría explayarse sobre el asunto, aunque mayor importancia tiene el hacer hincapié en que esta “forma” de construir negocios responde a una digitalización extrema por parte de los individuos de la sociedad, así como también son capaces de funcionar como válvulas de despiche de frustraciones derivadas de la “forma” de hacer negocios tradicionales, donde el “cliente” pudiese sentir más abuso que beneficios como valor entregado por sus productos o servicios.

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