ANALISIS DE LA PELICULA BIG FISH Y EL TRASTORNO DE ESQUIZOIDE DE PERSONALIDAD, TRASTORNO DE EZQUIZOTIPICO DE PERSONALIDAD Y TRASTORNO DE PARANOIDE DE PERSONALIDAD
Enviado por Diana Paola Suárez • 3 de Abril de 2020 • Ensayo • 1.746 Palabras (7 Páginas) • 2.425 Visitas
ANALISIS DE LA PELICULA BIG FISH Y EL TRASTORNO DE ESQUIZOIDE DE PERSONALIDAD, TRASTORNO DE EZQUIZOTIPICO DE PERSONALIDAD Y TRASTORNO DE PARANOIDE DE PERSONALIDAD
AUTORES
WENDY VANESSA ACEVEDO LANDINEZ
TIBISAY NÚÑEZ SIERRA
ESP. OLGA AHUMADA CABRERA
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA DE LA PAZ
TRABAJO SOCIAL
V SEMESTRE
BARRANCABERMEJA 2019
SINOPSIS
Edward Bloom es un extraordinario narrador de historias. Todos los que le escuchan quedan encandilados por las fábulas que se inventa acerca de su vida. Todos menos uno, su hijo Will, quien está harto de escuchar siempre los mismos relatos.[1]
"Big Fish" cuenta la historia entre un padre moribundo, Edward Bloom (Albert Finney), y su hijo Will (Ewan McGregor), quien trata de aprender más acerca de su progenitor, reuniendo las distintas historias que este le ha contado. Así, Will recrea su vida en una serie de leyendas y mitos inspirados por los pocos hechos que conoce. Pero a partir del deseo de su madre Sandy, por reunir al padre con su hijo, este comienza a comprender la debacle de su padre. En sus relatos hay viajes alrededor del mundo, y delirios que incluyen gigantes, tornados y brujas.[2]
Además, WILL, cree que todo lo que cuenta su padre, solamente sirve para disfrazar una vida oscura, así que antes de que muera, pretende desenmascararlo.
Will regresa a casa y descubre que su padre está en el hospital. Edward le pide a su hijo que le cuente una historia, él narra cómo ambos escapan del hospital y se dirigen al río, donde se encuentra con toda la gente que conoció durante su vida. En el río, Edward se convierte en un pez. Tras esto, Edward dice «la historia de mi vida» y muere.
En el funeral, Will ve a varios amigos de su padre, los cuales estaban presentes en sus historias. Allí, se da cuenta de que su padre no había mentido, sino que en realidad había exagerado: Karl, el gigante, era en realidad un hombre muy alto; y las siamesas eran gemelas idénticas. Will explica que su padre se convirtió en sus historias tras años de narrarlas, y que vivirá por siempre en ellas.[3]
TEORIAS DE ESTUDIO
La teoría psicoanalítica clásica tiene una tendencia paranoide. Existe, en efecto, un “otro malvado” –el ello- dentro de cada individuo que debe ser domesticado en el desarrollo y que hay que confrontar y elaborar como resistencia en el tratamiento. Esto último ha generado históricamente una relación de antagonismo entre paciente y analista. Esta tendencia paranoide provenía de un elemento paranoide en la personalidad de Freud que afectaba a su visión del mundo, a sus relaciones y a su teoría. La psicología del self ofrece una visión diferente del desarrollo y del conflicto. Acentúa la necesidad que el niño tiene de responsabilidad por parte de sus cuidadores y de admirarlos para desarrollar un self que funcione bien. Aunque los problemas severos de conducta y de carácter pueden ser el resultado de fallas en el proceso de la construcción del self, la necesidad esencial no es la descarga instintiva, sino la conexión.[4]
La personalidad esquizoide se suele asociar a gravedad, por posible riesgo de ruptura psicótica, y a percepción de rareza y excentricidad, que se tiende a patologizar. La realidad clínica que encontramos los especialistas es que, en muchos casos, es funcional y con áreas yoicas fuertes y sanas.
Pese a lo señalado en estudios clásicos (E.Bleuler, 1991; M.Bleuler, 1997; Nannarello, 1953; Peralta, Cuesta & de Leon, 1991) y más actuales de las neurociencias y de la genética (Weinberger, 2004), no existe evidencia empírica de que todos los esquizoides estén en riesgo de patología psicótica. Parte de su rareza deriva de ser una población minoritaria.[5]
La personalidad esquizoide, como venimos señalando, tiende a sentir incomodidad en la vida relacional y muestra una significativa indiferencia por las expectativas sociales convencionales, por el efecto que causa en otros, y por las respuestas evaluadoras externas. Podría decirse que resultan algo irónicos y despectivos, como denotando una superioridad defensiva contra el control y el intrusismo (Bleuler, 1911; Sullivan, 1973).[6]
Según criterios DSM-IV:
A. Un patrón general de déficit sociales e interpersonales asociados a malestar agudo y una capacidad reducida para las relaciones personales, así como distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento, que comienzan al principio de la edad adulta y se dan en diversos contextos, como lo indican cinco (o más) de los siguientes puntos:
Ideas de referencia[7] (excluidas las ideas delirantes de referencia).
- Creencias raras o pensamiento mágico que influye en el comportamiento y no es consistente con las normas subculturales (p. ej., superstición, creer en la clarividencia, telepatía o "sexto sentido"; en niños y adolescentes, fantasías o preocupaciones extrañas).
- Experiencias perceptivas inhabituales, incluidas las ilusiones corporales.
- Pensamiento y lenguaje raros (p. ej., vago, circunstancial, metafórico, sobre elaborado o estereotipado).
- Suspicacia o ideación paranoide.
- Afectividad inapropiada o restringida.
- Comportamiento o apariencia raros, excéntricos o peculiares.[8]
Según el CIE-10, el trastorno Esquizotípico, o personalidad esquizotípica, "es un trastorno caracterizado por una conducta excéntrica y anomalías en el pensamiento y del afecto, que se parecen a los que se ven en la esquizofrenia, aunque en ningún momento han ocurrido anomalías esquizofrénicas definidas y características" (CIE-10, 1992). Sin embargo, a pesar de la similitud que tiene con la esquizofrenia, su evolución y curso son usualmente los de un trastorno de la personalidad.
...