Abuso de los videojuegos

El abuso de los videojuegos

Cuando pensamos en adicciones muchas veces se nos viene a la mente el tabaco, alcohol y drogas. Aunque no son las únicas adicciones que se pueden desenvolver en nuestro entorno, también existe la adicción a los videojuegos conocida como “La videohipertesia” que consiste en el abuso de pasar más de 56 horas frente a una pantalla a la semana.

No obstante, los videojuegos son un estilo de vida que hoy en día lleva la mayor parte de la población. Es tanta su influencia, que en la actualidad se han convertido en un recurso didáctico usado por muchos docentes para fomentar y motivar la participación activa de los alumnos en las diferentes áreas. Sin embargo, han ejercido una influencia negativa en las personas y las nuevas generaciones son las que se han visto más afectadas.

Los problemas familiares, la falta de comunicación, incomprensión, divorcio de los padres, el rechazo social y el poco tiempo que le dedican los padres a sus hijos por cuestiones de trabajo u otros, son solo algunas de las causas que han llevado a los jóvenes a optar por el juego como método de evasión cuando se tiene que enfrentar situaciones o sentimientos.

Como consecuencia directa de los factores anteriores, surge una afición desmedida a los videojuegos, las personas tienden a encontrar un estímulo de bienestar en los mismos, pues estos les generan una dependencia emocional y física, los lleva a una zona de confort dentro de la cual se alejan de la realidad.

Es importante destacar que los videojuegos en sí mismos no suponen una amenaza, puesto que todo dependerá del uso y control que se ejerza sobre ellos.  Por eso, las adicciones no se centran en el propio videojuego, ya que puede considerarse un pasatiempo saludable siempre y cuando se establezcan límites a las horas de distracción. Cuando se pierde la noción de tiempo frente a la cantidad de horas de juego, podemos hablar de una “adicción”, la persona no es consciente de las largas jornadas que le dedica, llegando incluso a descuidar otros ámbitos de su vida, como son las necesidades básicas.

Esta adicción ha llevado a la mayoría de las personas, a cambiar las prioridades de su vida. Lo que antes tenía mayor relevancia, como la familia, el trabajo, el estudio o su vida social pasan a un segundo y tercer plano.  Lo importante para estas personas es estar al día con las nuevas tendencias en los videojuegos y pueden hacer mal uso de su dinero gastándolo de manera desproporcionada para actualizar su equipo o adquirir nuevos accesorios.

La práctica de los videojuegos es una actividad costosa y el hecho de que los jugadores sean con frecuencia niños y adolescentes, que no disponen de los suficientes recursos económicos propios, puede orillar a que dada la circunstancia los lleve a cometer algún tipo de conducta delictiva o antisocial con el objetivo de financiar las partidas o adquirir más juegos.

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