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Antifamilia


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2020  •  Trabajo  •  2.694 Palabras (11 Páginas)  •  107 Visitas

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Antifamilia.

La familia debe lograr inculcar los valores y las normas de conducta, ya que es la socialización primaria del niño, y el proceso de estabilización de la personalidad adolescente y adulta.

El poder de la familia reside en su función social mediadora, refuerza el poder real de la clase dominante, proporciona un esquema paradigmático fácilmente controlable para todas las instituciones sociales, a través de esta se desarrolla una falsa conciencia, convirtiendo en anónimas a las personas que viven o trabajan juntas. Cada uno de nosotros transfiere fragmentos de la experiencia vivida en su familia originaria a cada uno de los miembros de su «familia de procreación» y a los demás, cualquiera que sea nuestra situación en el trabajo.

La familia no acepta ninguna duda acerca de su existencia, es por eso que en ocasiones se le atribuye enfermedades a algún miembro de la familia.

El contexto social es importante para la familia ya que se va a ver implicado en la percepción del niño, puesto que la información que le llega a la familia, es filtrada por los padres para que llegue a los hijos.

El valor otorgado a la familia en ocasiones llega a ser una carga que la forma de ser liberada es desviándolo a un miembro de la misma, es por ello que en ocasiones vuelve en victimas por igual a padres y a hijos en consecuencia durante la terapia el psicoterapeuta debe ver de primera instancia el pasado familiar recapitulando las rupturas o separaciones por violentas o complicadas que estas sean.

Existen diversas formas de condicionamiento las cuales no permiten la duda sobre la familia ya que como se sabe el ser humano es un ser social por lo cual no le es posible ir por el mundo de forma individual.

En ocasiones se nos obliga a renegar de nuestro propio ser y vivir de forma social llegando a ignorar las diferencias entre la alteridad de nuestro propio yo y el yo social.

En la actualidad la familia es un factor que nos vuelve conformistas y es por ese motivo que no se muestra un interés por los problemas sociales simplemente estos son aceptados y secundados.

La familia no es sólo una abstracción, una falsa existencia, una esencia, sino que también existe como un desafío a superar todos los condicionamientos que uno ha sufrido a través de ella.

Así mismo la familia se opone a el crecimiento individual de algunos de los miembros pero no por el hecho de pensar que este no podrá lograrlo si no por el hecho de que los miembros buscan un beneficio propio, es decir no tener sentimientos negativos (tristeza, enojo, dolor, frustración, temor, desagrado, abandono, etc.) hacia ellos mismos.

La autonomía que se desarrolla durante los primeros años de la niñez se ve afectada por la institución (familia), que provoca una lucha interna de autonomía que se va notando en la adolescencia con mayor intensidad, gracias a las relaciones que se tienen posteriormente.

Todo ello está relacionado con la comunicación y la falla en la recepción del mensaje comunicado, propia del sistema familiar.

 

En ocasiones un miembro de la familia (miembro problema) descuida su ser para ver de primera instancia a los miembros que conforman su círculo más cercano.

Es fundamental que las personas que participan comprendan que al menos esta única persona ve la interacción de la realidad con su desrealización y su posterior re-realización. Primordialmente no se trata de saber con exactitud qué es lo que está pasando en el grupo, sino de saber que alguien lo sabe, y al saber qué

se sabe, uno sabe que también él puede saberlo. El punto final ideal, por supuesto, es que cada cual sepa.

factores que operan dentro de la familia, a menudo con efectos letales y siempre con consecuencias entontecedoras en lo humano:

  • Primero nos encontramos con la estrecha imbricación entre las personas, que se basa en el sentimiento de lo incompleto del ser de cada cual.

La ironía del asunto consiste en que el amor sólo toma la temperatura adecuada para efectuar ese despliegue, una vez atravesada esa región —habitualmente considerada como ártica— del respeto total por la propia autonomía y del de cada una de las personas conocidas. Así, en el sistema coloidal conjunto de la familia, absorbe a su hijo para que se convierta en ese pedazo de sí misma que le falta y el pedazo que realmente le falta (el factor objetivo de su insuficiencia social).

  • En segundo lugar, la familia se especializa en la formación de papeles para sus miembros más que en preparar las condiciones para la libre asunción de su identidad (en sentido de ser uno quien es.)

Característicamente la familia adoctrina a los hijos en el deseado deseo de convertirse en determinado tipo de hijo o hija (luego marido, esposa, madre, padre) donándoles una «libertad», minuciosamente establecida, para desplazarse por los estrechos intersticios de una rígida trama de relaciones.

Esta estructura obligacional es trasladada posteriormente a los restantes sistemas institucionales, donde después ingresa la persona criada en la familia

  • En tercer lugar, la familia, como socializador primario del niño, le pone controles sociales que exceden claramente a los que el niño necesita para hacer su camino en la carrera de obstáculos que le plantean los agentes extrafamiliares del estado burgués. En realidad, lo que se enseña principalmente al niño no es cómo sobrevivir en la sociedad, sino cómo someterse a ella, sustituyendo a las profundas experiencias de creatividad espontánea, juego verdaderamente libre y despliegue en libertad de la fantasía y de los sueños. Esas formas de vida son obligatoriamente suprimidas, olvidadas de modo sistemático, para poner en su lugar superfluos rituales.

  • En cuarto lugar, la familia deposita en el niño un elaborado sistema de tabúes, ello se lleva a cabo, como la enseñanza de los controles sociales, mediante la implantación de la culpa. El «complejo de castración», en vez de ser algo enfermizo, es una necesidad social para la sociedad burguesa y es precisamente cuando se sienten en peligro de perderlo en el momento en que muchas personas perplejas recurren a la terapia, o a una nueva forma de revolución.

El sistema de tabúes que la familia enseña se extiende más allá que los presumibles tabúes del incesto. En las modalidades sensoriales de comunicación interpersonal se reduce a lo audiovisual, con tabúes muy duros en contra de que los miembros de la familia se toquen, se huelan y se gusten mutuamente.

Las comunidades son lugares para ser, y no para ser tratado; y ser es desplegar actividad y vida, renegar de la falsa pasividad de ser tratado o, cualquiera que sea su sentido, ser, manipulado por los otros.

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