¿Cómo pensar la entrevista vocacional?
Enviado por Gabriela Aramendía • 11 de Agosto de 2015 • Apuntes • 3.784 Palabras (16 Páginas) • 205 Visitas
¿Cómo pensar la entrevista vocacional?
Prof. Aramendía Gabriela
Lic. En Psicopedagogía
LA ENTREVISTA (Según Casullo Maria)
1. Concepto y clasificación
Silva rescata como elemento común de los diferentes conceptos de entrevista a “una relación directa entre dos o más personas, que entraña una vía de comunicación simbólica, objetivos prefijados y conocidos, al menos por el entrevistador, así como una asignación de roles que significa (al menos idealmente) un control de la situación por parte de aquél. Fijación de objetivos y control son los fundamentos para que se hable, en la entrevista, de una “relación interpersonal asimétrica”. Silva postula como rasgo esencial de las entrevistas diagnosticas, la elicitación de información del entrevistado por parte del entrevistador, incluyendo los planos verbales y no verbales de la conducta. Bleger postula que la regla básica de toda buena entrevista consiste en “obtener datos completos de su comportamiento total en el curso de la entrevista, el cual incluye lo que recogeremos, aplicando nuestra función de escuchar, pero también nuestra función de vivenciar y observar”.
Hay tres tipos de entrevistas diagnósticas:
- Libre o abierta: El entrevistador asume un rol no participante, dando al sujeto la consigna de que hable de lo que desee, sin limitarlo en absoluto.
- Semidirigida: Esta se encuentra entre las dos modalidades. Cuenta con un tiempo para que el entrevistado hable acerca del o de los temas que desee, y un tiempo adicional en el que el entrevistador repasa con él los puntos que han quedado confusos o poco claros, e interroga sobre los que son de su interés y no han sido referidos por el entrevistado.
- Dirigida: Se compone de preguntas preestablecidas a través de las cuales el entrevistador, en un rol directivo, busca obtener determinada información de su interés, guiando al entrevistado.
Reconociendo que todas las clases de entrevista son útiles en algún momento del proceso de orientación vocacional, consideramos la entrevista semidirigida, con sus muchas variaciones incluidas, como la opción mas adecuada, dado que permite que el entrevistado se exprese libremente y que el entrevistador lo oriente para que no se aleje del tema principal: la elección vocacional. El entrevistador participa activamente, y puede realizar todas las intervenciones que considere necesarias.
2. Momentos de la entrevista
- Preentrevista:
Es el primer contacto con la persona que pide iniciar un proceso de O. V. este contacto puede ser directo (con la persona interesada) o indirecto (por medio de algún derivante: un profesional, un docente o un familiar del consultante). Este contacto puede ser personal o telefónico, pero en todos los casos hay un rasgo común: la brevedad. Cuando el interesado, el derivante o el familiar llega a nosotros pidiendo una entrevista, ese momento debe ser aprovechado al máximo por el entrevistador, con el fin de recabar la mayor cantidad de información posible con el consultante, sus circunstancias de vida y su conflictiva vocacional. Desde datos simples como su nombre, edad y escolaridad hasta observaciones tan sutiles como su postura corporal, vestimenta, tono de voz, deben ser tomadas en consideración, pues todo esto nos ayudará en nuestro trabajo. Resultan también valiosos los aportes indirectos, comentarios u observaciones realizados por el familiar o derivante.
Desde el primer contacto directo con el paciente podemos pensar en algunas hipótesis que son probadas durante todo el curso de nuestro trabajo para ser confirmadas o desechadas, revisadas o modificadas.
- Apertura:
Una vez que el interesado ha llegado, comienza la fase de apertura de la entrevista, que incluye dos elementos fundamentales: el establecimiento del encuadre y la instalación del rapport.
a) Establecimiento del encuadre:
La noción de encuadre es un aporte importante de la teoría psicoanalítica que consiste en el mantenimiento de ciertas constantes durante el proceso. En el caso de la O. V. hemos adoptado este concepto en la configuración de nuestra técnica de trabajo. El hecho de mantener constantes determinadas coordenadas dentro del mismo proceso, permite que las variables participantes sean la personalidad del entrevistado y su problemática vocacional. Ellas configuran el campo dinámico de la entrevista, imprimiéndole el consultante su sello propio y su estilo personal.
Las variables que deben ser mantenidas constantes y que forman parte del encuadre del proceso son: ámbito físico donde el proceso formal tendrá lugar, tiempo total aproximado (en números de encuentros y sesiones), duración de cada encuentro, fijación de honorarios, rol del profesional y rol del consultante. Estos elementos deben ser definidos en la primera entrevista, y pertenecer constante a lo largo de toda la entrevista.
En el primer encuentro se establecen los lineamientos generales del proceso: se fijan los elementos del encuadre, se conversa sobre los objetivos generales y sobre las diferentes actividades que se realizarán.
Con respecto a los objetivos generales, se pregunta sobre qué espera el consultante como resultado de la O.V. Se le aclara que no necesariamente arribará a una decisión al final del proceso.
Nuestra postura tiende a enfatizar el papel activo que el sujeto debe asumir en este proceso, trabajando, investigando y reflexionando, sin esperar soluciones o respuestas definitivas por parte del profesional. Se le recalca que es el único que puede y debe tomar una decisión, pero que dicha decisión no debe ser tomada sin el tiempo necesario para que llegue a ser una elección madura.
Respecto a las actividades por realizarse a lo largo del proceso de O.V., se advierte al sujeto que “conversaremos mucha acerca de todo esto, trabajaremos con algunas técnicas y, lo más importante, habrá tareas para el hogar”.
b) Establecimiento del rapport:
Utilizamos la entrevista semidirigida como una herramienta básica de recolección de datos y como vía para el establecimiento de un buen rapport con el consultante.
Esto significa el logro de un adecuado clima de trabajo, cálido, amable y ameno, respetando los estilos personales de ambos. Es un paso fundamental en infaltable en un proceso que pretenda ser exitoso.
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