DE DEMOCRACIA A TOTALITARISMO
Enviado por Thalía Rodríguez • 11 de Junio de 2018 • Ensayo • 1.794 Palabras (8 Páginas) • 142 Visitas
DE DEMOCRACIA A TOTALITARISMO
La democracia se define generalmente como el gobierno de todos, en donde priman los derechos y la participación de cada uno de los ciudadanos en la sociedad; así pues, la RAE (2014), la conceptualiza como aquella doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, ejerciendo su poder ya sea de manera directa o indirecta, por medio de representantes. No obstante, algunos gobiernos que se declaran democráticos se encargan de mantenerse en el poder aunque el pueblo los rechace y sean considerados como gobiernos fracasados por la decadencia de sus resultados. A continuación se presenta una breve mención del significado de democracia, para luego abarcar los conceptos de autocracia, autoritarismo y totalitarismo, con el fin de relacionarlos con la crisis actual de Venezuela y ejemplificar el decaimiento de un sistema democrático, y por último lograr un acercamiento a las manifestaciones del totalitarismo en la actualidad.
Etimológicamente el termino democracia significa de manera literal poder (kratos) del pueblo (demos) (Sartori, 2007). Así como el término, la forma de gobierno que designa surgió en la Grecia Clásica, siendo la democracia ateniense la más conocida y considerada como la que exportó tal sistema a otras ciudades; ésta se instauró mediante la evolución de las instituciones políticas de la ciudad pasando de ser una monarquía a la formación de su constitución democrática (Rodríguez & Francés, 2011).
Por otro lado, el origen de la democracia moderna se sitúa entre mediados del XVII y el siglo XIX, con eventos como la Revolución Inglesa, la Revolución Francesa y la independencia de los EEUU, bajo la influencia de ideas, como que, el poder legítimo debía estar incorporado por la voluntad popular, y que dicho poder en ningún caso debía ser absoluto, sino, teniendo como límite los derechos de los ciudadanos. Si bien, la democracia moderna se da en los gobiernos modernos, éstos se caracterizan por estar bajo una estructura institucional y administrativa pública (el estado) en relación al conjunto de individuos privados (sociedad) (Rodríguez & Francés, 2011). Específicamente la democracia representativa es la forma de democracia más extendida en la actualidad, éste tipo de gobierno se define como aquel en la cual el poder político del estado es delegado a las instituciones gubernamentales y pertenece a todos los miembros de la sociedad, sin lugar a exclusiones y/o discriminaciones por cuestiones de sexo, clase social, raza, entre otras características inherentes a la diversidad e identidad personal. Siendo su finalidad que los ciudadanos tengan voz y voto, es decir que controlen, intervengan y definan objetivos en relación con el ejercicio de esa autoridad política, de modo que el gobierno refleje y exprese la voluntad del pueblo.
La palabra democracia desde siempre ha indicado una entidad politica, una forma de estado y de gobierno; y esta sigue siendo la aceptacion primaria del termino. Pero, se habla además de democracia social y de democracia economica. Éstas se relacionan en la manera en que la primera es condicion necesaria de las dos últimas. Las democracias en el sentido social y / o economico amplian y completan la democracia en el sentido politico y se dan cuando existen democracias autenticas (Sartori, 2007). Así pues, si la democracia no se da en un sistema politico, las otras dos pueden ser facilmente pisotedas.
Ciertamente, la titularidad y el ejercicio del poder político, son distintos: la titularidad es del pueblo pero la ejercen sus representantes electos, de hecho como menciona Sartori (2007) la elección y la representación son el instrumento para que se materialice la democracia; sin embargo, considera que a su vez esto resulta un punto de quiebre, ya que en algunos casos las elecciones no son efectivas y la representación no es genuina, llegándose en el peor de los escenarios a generarse un poder autocrático.
Por más que algunos estados estén establecidos como democracias, dada su estructura y organización proclamada en la constitución política, la trasmisión del poder se encuentra en manos de gobernantes con los cuales el pueblo no está conforme, especialmente porque deberían propiciar las condiciones de justicia, solidaridad y bienestar material necesarias para una vida digna, y por el contrario se presentan violaciones a los derechos de participación ciudadana, deterioro del sistema económico, y el sistema social, el cual incluye las políticas de salud, educación, orden y seguridad social, entre otras. Más aun, cuando los cargos políticos no pueden ser sustituidos pacífica y periódicamente, sino que se valen de estrategias para perpetuarse en el poder a pesar de su poca legitimidad y apoyo por parte de la mayoría de los ciudadanos. Dado lo anterior, resulta preciso plantear la siguiente pregunta: ¿Tras el debilitamiento de una democracia cuándo empieza a hablarse de totalitarismo?
Un ejemplo puntual y muy cercano del fenómeno mencionado precedentemente, es la situación que atraviesa Venezuela en la actualidad. Aun cuando son evidentes las inconformidades de los ciudadanos con el sistema de gobierno Chavista, por la falta de cumplimiento de las garantías de un estado democrático, lo que se ha venido reflejando de manera progresiva en la opresión, la persecución a la oposición, el uso de la violencia, la censura de los medios de comunicación, la desestabilidad económica y la crisis social.
Es importante en primer momento señalar que Venezuela es oficialmente denominada como república federal presidencialista, y ya desde hace un par de años ha comenzado a ser vista por el ojo crítico e internacional como una democracia profundamente defectuosa y precaria, que sufre una profunda crisis de representación, así mismo, según Plaza (2010) desde la aparición de Hugo Chávez se empezó a quebrantar, puesto que desde allí ocurrió una transición gradual al autoritarismo. Más aun, la crisis ha aumentado presentando alarmas importantes, que conllevan a la concepción de que el autoritarismo superó la barrera, llegando para muchos a implantarse un régimen totalitario, tal y como plantea Marquez (2017): “Nada es legítimo democráticamente en su actuación, por eso liquidó el referéndum revocatorio que demandaban los ciudadanos, por eso liquidó las elecciones a gobernadores. …si faltaba algo para demostrar que la democracia venezolana ha sido destruida, el golpe del Tribunal Supremo contra la Asamblea Nacional lo ha dejado claro…La trama totalitaria de Venezuela se ha completado dramáticamente”.
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