Desarrollo Psicofísico en la Edad Escolar y sus Implicaciones Pedagógica

Nombre de la Actividad: La caja de los sentimientos

Nivel: Alumnos de primero y segundo de primaria.

Material y recursos: Una caja, trozos de papel, lápiz.

Temporalización: Los últimos 10 minutos del día

Espacio: En el aula

Objetivos: Identificación de las propias emociones y sentimientos

Descripción: Después de cada actividad o, si le ha pasado algo al niño de clase, el profesor les da un trozo de papel y allí deberán escribir cómo se han sentido durante la actividad y cómo se han sentido durante el día. También deberán escribir una cosa, bien sea actividad o acción que les ha alegrado el día y otra que no les ha sentado muy bien.

Una vez hayan escrito todos, al final del día, el maestro sacará los papelitos y, sin decir el nombre del alumno, los leerá. Cuando lea en voz alta las acciones que les han sentado bien, entre todos dirán el posible por qué, y en el caso de la acción que no, el por qué no y lo que podrían cambiar para cambiar la emoción del compañero.

Por ejemplo, un niño puede escribir: “Lo que me ha gustado es que Pepe me ha dejado jugar a fútbol y lo que no me ha gustado es que Susana me ha empujado en el comedor”.  Allí pueden felicitar a Pepe y el maestro puede explicar que está muy bien que todos los compañeros jueguen todos juntos. Y a Susana preguntarle por qué empujó a un compañero y explicarle diferentes maneras de comportamiento (ir a hablar con un maestro, decir las cosas sin violencia física,…).

Nombre de la Actividad: Técnica de la Tortuga

Nivel: Alumnos de segundo ciclo de Educación Infantil

Espacio: En el aula

Objetivos: Regulación de las emociones negativas, como la frustración o la impulsividad

Descripción:Se enseña al niño que cuando tiene emociones negativas muy fuertes y piensa que no puede controlarse de encogerse dentro de su caparazón imaginario en un rincón de la clase, y respirar muy hondo contando hasta 20. Cuando se haya calmado y se haya tranquilizado puede salir de su caparazón imaginario y seguir jugando con sus compañeros, o si el niño cree conveniente venir a hablar con su maestro sobre lo sucedido.

Para enseñar esto primero el maestro lo enseñara a todos los niños cómo replegarse dentro del caparazón imaginario, y una vez sepan hacerlo lo presentará como un juego diciendo de repente “¡Tortuga!” y los niños tienen que replegarse rápidamente.

De esta manera cuando el niño que se sienta frustrado lo haga los demás niños no lo verán como una acción extraña y objeto de burla, lo verán como algo normal ya que lo habrán hecho ellos antes.