Dieting

Dieting

El dieting y los atracones pueden cerrar un circulo vicioso, ya que las personas que tienen atracones empiezan una dieta para compensar los atracones. Por lo que sabemos entonces que el dieting conduce a una ganancia de peso, lo que puede llevar al sobrepeso; aunque no deja de ser un predictor significativo e independiente de la ganancia de peso.

Cuando la gente hace dieting puede llevar al efecto yoyo, explicado a continuación, por lo que para evitar esa recuperación de peso es bueno mezclar la dieta con el ejercicio.  

Ya que por ejemplo las personas sedentarias tienen una mayor recuperación del peso perdido que las personas que tienen una vida más activa. Esta recuperación de grasa suele localizarse en el abdomen lo que tiende a reducir el índice metabólico en reposo mientras que el incremento de masa muscular a través del ejercicio físico tienen a aumentarlo.

Así pues, sabiendo todo esto podemos concluir que el fracaso del control de la obesidad supone una ineficiencia en el método empleado, y no un fracaso de las personas por su falta de voluntad  incapacidad para perder peso.

Alteraciones emocionales, alimentos hipercalóricos e incremento de peso

Las alteraciones emocionales provocan cambios en la conducta alimentaria y en el peso. Dependiendo de la persona esto afecta de una manera u otra, comiendo menos o incrementando la cantidad de comida. El consumo de alimentos como afrontamiento a las alteraciones emocionales está modulado por el aprendizaje cultural.

Las personas que con el estrés tienden a comer más, buscan que calmen esa sensación y esos alimentos con aquellos que contienen más calorías y son ricos en azúcar y grasa.

Estos alimentos frenan en corto plazo el efecto del cortisol, la hormona que provoca los síntomas del estrés crónico. El cortisol activa los receptores de la grasa del abdomen y el vientre de tal forma que sus depósitos en esa zona aumentan.

Cuanto mayor es la grasa en esa zona mejor se interrrumple el estrés pero existe una mayor probabilidad de padecen diabetes, enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares.

Centrándonos en el estrés se sabe que favorece el tipo de obesidad tipo manzana o abdominal, una de las más perjudiciales para la salud.

El estrés incrementa el peso por dos razones:

• Alimentos hipercalóricos, a los que se recurre en esas situaciones, tienen un numero elevado de calorías.
• Esa sensación provoca situaciones de cansancio y fatiga que disminuyen la actividad física de las personas.

Sobrepeso, obesidad y salud ( + 3 factores a tener en cuenta)

El exceso de peso se ha relacionado con el riesgo de padecen alguna enfermedad, como ya hemos mencionado anteriormente. La obesidad es un factor de primera orden de riesgo a padecer algún de estas tres importantes alteraciones:

• Hipertensión arterial esencial
• La diabetes mellitus
•  La litiasis biliar.

La reducción de peso, favorece la acción de los fármacos antihipertensivos y puede reducir otros factores de riesgo cardiovasculares como la dislipemia, ocurre de forma similar con la diabetes.

La obesidad dificulta la circulación venosa por lo que las hemorroides y las varices son también más frecuentes; acarrea problemas en el aparato locomotor por lo que estas personas sufren más frecuentemente artrosis en la columna y rodilla.

Además estas personas suelen sufrir un malestar emocional que acaba derivando en depresión; se ha hecho un estudio y se ha visto que la relación estadística establecida entre el exceso de peso y la enfermedad es correlacional y no causal.

Respecto al impacto de la obesidad sobre la salud, hay diversos moduladores del impacto de la obesidad sobre la salud, entre ellos destacan:

• El sistema de medida
• El grado de sobrepeso y obesidad
• La distribución corporal de la grasa
• La historia individual de los cambios de peso
• Los recursos a los fármacos y cirugía.

• El índice de masa corporal (IMC) (primer factor a tener en cuenta)

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De acuerdo a estos baremos no se puede hablar de un peso ideal para cada persona sino un rango de peso adecuado. A medida que se incrementa el IMC, también lo hace la morbilidad y mortalidad.

La relación entre el IMC y la morbilidad no es lineal, sino en forma de U. Tanto estar muy en una delgadez extrema (IMC bajo) como estar con sobrepeso es peligroso y se acerca más a la morbilidad.  Aunque también se ha demostrado en uno de los estudio que la tasa de morbilidad es incluso menor en el rango del sobrepeso (25 – 26,9) que en el rango de peso normal.

• La distribución de la grasa en el cuerpo (segundo factor)

No podemos explicar la relación del exceso de pes y la morbi-mortalidad solo con el IMC. El segundo factor que tenemos que tener en cuenta para entender esta relación es la distribución de la grasa por el cuerpo.

Las personas que acumulan la grasa en el abdomen muestran una mayor propensión a determinadas enfermedades (igual que con el estrés) que la gente que suele localizar la grasa en caderas o muslos.

Aunque para la salud la distribución de la grasa del organismo afecta tanto a hombres como ha mujeres, la probabilidad de riesgo no es la misma ya que los hombres suelen acumular la grasa en el abdomen  o mitad superior del cuerpo( obesidad tipo manzana o androide) y las mujeres, en cambio, tienden a acumular la grasa en la zona de las caderas y mitad inferior del cuerpo ( obesidad tipo pero o ginoide), mas esto no quiere decir que haya hombre con cuerpo ginoide y mujeres con cuerpo androide.

En el caso de la mujer, los riesgos para la salud comienzan a aumentar cuando su cintura alcanza los 80cm y el riesgo se eleva significativamente cuando alcanza los 89cm; en el caso de los hombres el riesgo aumenta cuando se alcanza los 94cm y se convierte en factor de riesgo cuando la cintura supera los 102cm.

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