EL TRABAJO INTELECTUAL TECNIFICADO DETRÁS DE LA RETÓRICA.
Enviado por IsTrujillo • 22 de Febrero de 2017 • Ensayo • 1.071 Palabras (5 Páginas) • 259 Visitas
La interacción entre los seres humanos, desde sus tiempos remotos, ha sido una constante convergencia de ideas. La predominancia de cierta ideología en una organización, en determinada época es el resultado del trabajo intelectual de uno o más individuos por incidir en la mentalidad y actuar de los demás miembros.
El valor de este trabajo intelectual recae en su tecnificación, que de otra forma no sería posible su aplicación social. Hablo de la integración de diferentes tácticas argumentativas que conformarán la formalidad de un discurso específico, con todas las herramientas necesarias para cumplir su objetivo de convencimiento. El estudio de este proceso ha sido formalmente llamado “retórica”.
Sergio Caruman y Riva Quiroga, profesores de la Universidad de Chile, con base en el texto Historia breve de la Retórica, definen a la retórica como: “(…) a la vez la ciencia (en el sentido de estudio estructurado) y el arte (en el sentido de práctica que reposa sobre un saber demostrado) que se refiere a la acción del discurso sobre los espíritus”. Con esta aseveración refuerzo mi idea de que el trabajo intelectual detrás de la retórica es un proceso que debe ser tecnificado.
La presencia de la retórica, en siglos pasados, se limitaba a los discursos hablados y escritos. Con el paso del tiempo, diferentes disciplinas, en especial del área social, comenzaron a desarrollarse y a tomar lugar en el mundo; tal es el caso de la ciencia política. En palabras de Colomer (2009), “El objeto de la política es la provisión de bienes públicos”. (p.1) Este proceso debe darse bajo acciones coordinadas y colectivas. Llegar a ejercer la función pública es, probablemente, uno de los trabajos que más trabajo retórico requieren. Se trata de incidir en la mentalidad del público para ganar un voto de confianza.
Tenemos de sobra ejemplos de personalidades políticas con astutos equipos de imagen pública. Desde Adolf Hitler con el grandioso Joseph Goebbels, hasta Donald J. Trump con Kellyanne Conway. Estos dos personajes no figuran como las mejores personas dotadas de valores para gobernar Alemania y Estados Unidos respectivamente. Sin embargo, el trabajo intelectual tecnificado detrás de su retórica estuvo tan bien estructurado, que llegaron a convencer a miles de personas y así liderar sus países.
Sin duda alguna, el producto final con el que se presentaron estos individuos ante su público fue un discurso. Hablo de una construcción lingüística que “conmueve e inspira a quienes lo escuchan”. (Harper, 2015, p.7)
El discurso como estructura lingüística, generalmente escrita, se compone de: la inventio, la elocutio y la dispositio. S. Caruman y R. Quiroga, con base en el texto Historia breve de la Retórica, afirman: “(…) inventio, o búsqueda de qué decir; dispositio, u ordenación de los argumentos en la estructura más conveniente a nuestros propósitos y elocutio o adorno del discurso de forma que pueda agradar al auditorio y seducirlo por su forma artística y la armonía, y estilo de su lenguaje”.
Por otro lado, la oralidad del discurso se conforma de: la memoria y el actio. El primer aspecto engloba un conjunto de tácticas que el orador o emisor empleará para exponer cada una de las ideas y argumentos previamente estudiados. El actio es la forma de expresión que el orador usará para dar a conocer el contenido de su discurso; aquí se pondrá especial atención en aspectos como el tono
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