El éxito no llega por casualidad - Lair Ribeiro - Ensayo
Enviado por moisesaraizag • 27 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.301 Palabras (6 Páginas) • 339 Visitas
EL ÉXITO NO LLEGA POR CASUALIDAD
Autor: Dr. Lair Ribeiro
Ensayo escrito por: Moisés Araiza
El Doctor Lair Ribeiro hace llegar a nuestras manos una obra bastante interesante en la que plasma de una manera muy clara la fórmula para ser personas de éxito. “Éxito es conseguir lo que se desea”, cita el autor en diversas ocasiones para introducirnos en la ciencia del éxito. Así es, el éxito es una ciencia y, como en todas las ciencias, se pueden lograr objetivos siguiendo una serie de meticulosos pasos. Concretamente, la ciencia del éxito se sustenta en seis pilares: actitud, ambición, metas, trabajo, autoestima y comunicación; de los cuales hablaremos más adelante.
Las personas de éxito no son muy diferentes a las personas que no son exitosas. Si ponemos como ejemplo una carrera de caballos, el caballo que llegue en primer lugar ganará un premio tres veces mayor que el que haya llegado en segundo, a pesar de que la diferencia hayan sido unos escasos centímetros. El primer caballo no necesitó correr tres veces más rápido que el segundo, sólo necesitó un pequeño esfuerzo adicional. Si a todo lo que hacemos en nuestra vida imprimimos ese mismo pequeño esfuerzo, el éxito no será algo difícil de alcanzar. Aquellas personas que no han conseguido el éxito con frecuencia se encuentran encerradas en la ilusión de que “todo lo que es, siempre es”. Es decir, se cierran a la idea de cambiar, de mejorar, de hacer las cosas de diferente manera, y de esta forma se estancan en un agujero del que es difícil salir. Cuando una persona comprende que siempre puede hacer más de lo que está haciendo y que siempre puede cambiar su manera de actuar para mejorar, el éxito llegará por sí solo a su vida.
Se piensa que el cerebro humano es el aparato más sofisticado que existe y, probablemente, existirá en toda la historia. Es posible programarlo y reprogramarlo de distintas formas para que actúe de manera automática. Se ha comprobado que desde que somos niños el cerebro se programa de una manera negativa pues, desde que una persona nace, hasta que cumple los 8 años, escucha en promedio cien mil veces la palabra “¡no!”. “¡No hagas esto!, ¡no hagas aquello!”, es lo que todos escuchamos los primeros años de nuestra vida, y con esto se crean limitaciones en la parte inconsciente de nuestro cerebro, es decir, se ha programado para que automáticamente llevemos a cabo aquellas acciones con las que busquemos la aceptación de los padres o las demás personas, haciendo aquello que, se supone, está “bien”, y no haciendo lo que realmente queremos y sentimos. Por fortuna, como ya se mencionó, podemos cambiar esta programación y convertirla en una programación positiva para lograr aquellos objetivos que nos propongamos. Otra manera de sacar todo el potencial de nuestro cerebro es aprendiendo a desarrollar sus dos hemisferios. El hemisferio izquierdo es el sistemático, mientras que el derecho se dedica a la parte creativa. Desde niños siempre se nos estimula para utilizar en mayor medida el hemisferio izquierdo, que incluye aspectos como lo lógico, lo precavido, lo mecánico o lo analítico; pero para ser una persona de éxito no basta con estas cualidades, sino que también debemos potenciar aquellas que corresponden al hemisferio izquierdo, como lo detallista, lo artístico, lo aventurero o lo innovador. Una vez que nuestro cerebro trabaje de manera integral, aumentará drásticamente su potencial y alcanzar el éxito no será tarea difícil.
Ahora bien, comenzando con la autoestima, hablaremos de los pilares del éxito mencionados previamente. La autoestima es el amor por nosotros mismos. Es creer en nosotros y tener plena confianza de que cualquier propósito establecido lo vamos a lograr. Para alcanzar una buena autoestima es necesario reprogramar nuestro cerebro de manera positiva; “¡sí puedo!, ¡sí quiero!” son los pensamientos que deben dominar en nuestra mente para alcanzar nuestros objetivos.
La ambición debe ser aplicada en lo personal y no en lo material. Cuando la ambición busca siempre tener más bienes materiales o dinero, se vuelve una ambición enferma. En cambio, debemos ser ambiciosos en los logros personales, como una familia, conocimiento, o valores; de éstos nunca hay que conformarnos con los ya obtenidos, siempre hay que estar buscando más.
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