El Perfume. Este libro relata la historia de un hombre llamado Jean-Baptiste Grenouille
Enviado por Gabriela García Victoria • 24 de Septiembre de 2018 • Resumen • 1.853 Palabras (8 Páginas) • 242 Visitas
Este libro relata la historia de un hombre llamado Jean-Baptiste Grenouille, nacido el 17 de julio de 1938. En el siglo XVIII en París el Cimetière des Innocents se hundió por lo cual fue cerrado, ya que desprendía muy malos olores; por consiguiente de esto se creó un mercado de víveres, donde el 17 de julio la madre de Jean-Baptiste, comenzó a tener unos dolores de parto, para esto la señora atendía un puesto, por lo cual se metió debajo del mostrador donde cuatro veces anteriores había hecho lo mismo. Del dolor y el calor que hacía cayó desvanecida rodando hasta el arroyo donde quedo quieta con el cuchillo en la mano, las personas que la vieron preocupadas llamaron a la policía y cuando ésta recobró el conocimiento le preguntaron el que pasaba, por qué llevaba con ella un cuchillo y también por qué tenía sangre en los refajos. Ella se quedó callada ante esto pero repentinamente el bebé entre las tripas de pescado comenzó a gritar y todos los presentes se dieron cuenta.
Fue acusada de asesina y fue decapitada; el niño por otro lado lo cambiaban a cada rato de nodrizas, por ser un niño que tomaba dos porciones de leche dejando a algunos otros sin comer. Se deshicieron de él en el convento Saint-Merri de la Rue Saint-Martin, y se lo entregaron a una nodriza llamada Jeanne Bussie. Después de dos semanas Jeanne Bussie, llevó a Jean-Baptiste a un convento y el padre Terrier la recibió. La charla se basó en una discusión ya que la nodriza no quería darle mas pecho al niño, poniendo pretextos como que ya había perdido 5 kilos por amamantarlo y que además él no era como los demás, que no tenía olor. Tras la discusión el padre trató de convencerla que se quedará con el bebé, pero lo único que consiguió es que al final él se lo quedará.
El padre Terrier era un hombre muy culto que había estudiado teología y leído a varios filósofos; tomó al niño de la canasta en la cual la nodriza lo había llevado y lo acuno en sus brazos, por un momento se sintió como el padre de ese bebé y se puso a pensar si en realidad los niños que no tenían olor estaban sanos, el niño despertó y comenzó a oler al padre, por lo cual el padre de inmediato olvido absolutamente todo lo que había pasado por su pensamientos momentos antes de que despertara, por esa razón trato de deshacerse de él, pero no lo quería regresar con Jeanne Bussie por lo discutido anteriormente, entonces optó por llevarlo a otro convento el de la Madeleine de Trenelle, de una tal madame Gaillard, donde ésta aceptaba a niños de todas las edades y condiciones, el padre puesto a esto, pagó un año por adelantado y no volvió a saber nada de él. Madame Gaillard recibió un golpe en la nariz por parte de su padres, por lo cual perdió el sentido del olfato y por esta razón acepto a Jean-Baptiste, ya que en otro lugar lo hubiesen rechazado. Los demás niños no querían juntarse con él, lo veían raro y varias veces intentaron matarlo poniendo en su cara trapos, paja y dos ladrillos; a la mañana siguiente madame lo encontró azul pero no muerto, los niños intentaron muchas veces mal pero fallaron así que solo decidieron no juntarse más con él ya que le tenían miedo. Su primera palabra fue pescado y solo podía decir palabras que relacionaba con olores que recibía su olfato, las demás palabras le resultaban difíciles de pronunciar.
Tenía recordados en su mente más de cien mil aromas, y no se le olvidaban nunca, si guiaba por el olor, no se tropezaba con nada, no tenía miedo a nada. Pasaron los años Jean-Baptiste comenzó a trabajar con un curtidor llamado Grimal; cogió una enfermedad llamada ántrax maligno pero pudo recuperarse. El 1 de septiembre de 1753 fue el aniversario de la ascensión al trono de un Rey, en París, debido a esto Jean-Baptiste decidió asistir para ver que nuevo aroma podía percibir; pero lo que le llamó la atención una nueva fragancia que jamás había olido. La siguió y le llevó a una casa, que conducía a un patio dentro. La fragancia provenía de una muchacha de cabello rojizo que portaba un vestido gris sin mangas, se acercó para poder oler esa fragancia con detenimiento le rodeo el cuello con las manos hasta tal punto de asfixiarla, la empiezo a olfatear pegando su cara contra el cuerpo tendido de esta, ya que nunca había olido algo así. En ese momento tuvo la idea de que a lo que él había venido a este mundo era para ser perfumista. En París habían 12 perfumistas, uno de ellos llamado Giuseppe Baldini, que en sus inicios había sido uno de los mejores, ahora había perdido el olfato. Baldini no estaba en su mejor momento, pero entró en su tienda y subió directo a su despacho para crear un nuevo perfume que le encargó un conde. Chénier era su ayudante, y supuso que su jefe no podría crear un nuevo perfume que superara el que estaba de moda. Él ya lo había comprado antes de mandar a su sirviente, pero de tanto oler y querer descifrar las sustancias que contenía, se congestionó y se enfado porque ese perfume era muy bueno y provenía de alguien que simplemente había tenido inteligencia y suerte para crear perfumes y no lo había estudiado. Al rendirse decidió salir del despacho, ya era noche, pero escucho como sonaban una campanillas y al abrir la puerta se encontró con Jean-Baptiste quien llevaba algo bajo el brazo, eran las pieles que tenía que perfumar con amor y psique. Jean comenzó a distinguir olores y le dijo a Baldini que los distinguía y podría volver a hacer ese perfume; después de que el chico le rogó varias veces, el perfumista acepto y lo dejó experimentar con sus esencias. Jean comenzó a replicar el perfume pero lo hacía de manera apresurada que Baldini se enfadó y le quitó el frasco, seguido de esto lo corrió, la tentación le ganó y olió dicho perfume, quedó sorprendido y maravillado ya que olía idéntico al original. Balini compró a Jean por 20 libras. Gracias a Jean empieza a llegar gente importante a la perfumería y por otro lado Baldini comienza a enseñarle utilidades de los objetos y fórmulas, fue adquiriendo conocimientos en la destilación y él quiso destilar el vidrio, sus cabellos y el latón, gracias a su olfato podía distinguir sus fragancias pero quería que el mundo también lo hiciera, cuando no obtuvo resultado cayó gravemente enfermo, le habían anunciado solamente dos días de vida; al despertar a la mañana siguiente lo primero que preguntó fue qué si existía otra forma de extraer perfumes a lo que el maitre le responde que sí hay otras. Le cedió su libertad después de tres años bajo tres condiciones: que nunca creará perfumes iguales a los que había hecho para él, que nunca pisará París y que las anteriores fueran secreto. Baldini sintió remordimiento por haber explotado a Jean pensando en que Dios lo había puesto en su camino, se fue a dormir con la idea de crear un nuevo perfume, lo que él no sabía era que ya no despertará nunca más puesto a que su casa se derrumbó esa noche. Jean pasó siete años encerrado en una cueva, ya que ahí encontró tranquilidad y aire limpio; un día soñó con que se ahogaba con una niebla que era de su propio olor así que decidió salir y decidió explorar cuál era su olor pero no capto nada, ese día siguió con su camino hacía el sur. Ahí se encontró con un científica y se hizo el que se desmayó para librarse de él; decidió crear un perfume que hiciera que él olierá como un hombre normal así que fue en busca de florales ingredientes con los más putrefactos y así fue que todos supieron de la existencia de este hombre y pensó fabricar un nuevo perfume con aroma a Dios y a los ángeles. Un día cansado de todo se fue de ese lugar pero no se puso el perfume para que nadie fuera tras de él y así fue, pasó desapercibido. En siete días ya había recorrido casi toda Francia; llegó a Gresse y se instalo pero para su sorpresa llegó a él, el perfume de la misma niña que había asesinado hace unos años, y provenía de una casa fina. Llegó a un talle del cual la dueña era una viuda llamada Madame Arnulfo con su ayudante de nombre Druot. Su función era verter flores a una caldera con grasa animal para así sacar su perfume, con el tiempo fue perfeccionando la técnica y quiso probar con gatos y perros, fue tanta su obsesión que decidió empezar con seres humanos, en este caso con mujeres; pagó a una mendiga para que llevara una mezcla de grasa y aceite en el cuerpo todo el día. De pronto numerosos cuerpos comienzan a aparecer en el campo, todos de jóvenes mujeres, todas vírgenes; por esa razón había toque de queda pero aún así los asesinatos seguían. Antoine Richis era el que tenía a la hija más guapa de la comarca de nombre Laure y 15 años de edad, el padre de esta comenzó a tener miedo del asesino así que la llevó a un monasterio en una isla por diez días y sacándola de ahí la iba a casar. Por otro lado Jean sintió el deseo de cumplir su obsesión de conseguir la última fragancia. Cuando todos estaban dormidos entró a la habitación de Laure y la mató de un golpe en la nuca y empezó a extraer la fragancia, Richis se levanto de buen humor yendo a la habitación de su hijo tapándose con su misma pesadilla, ella ya estaba muerta, sin cabello y desnuda. Jean-Baptiste Grenouille fue encarcelado y llamado asesino de 25 mujeres vírgenes; fue torturado hasta el momento de su muerte. Llegó el día pero todo el pueblo en vez de sentir odio hacía el chico, lo comenzaron alabar creyendo que era un ángel, o hasta el mismo Dios, todo esto fue gracias a su perfume que le costó dos años poder elaborarlo. Después de todas las alabanzas para él, se desmayó y cuando despertó estaba acostado en la cama de Laure. Richis le suplicó que fuera su hijo, que aceptara tomar el lugar de Laure. A la mañana siguiente Jean se marchó de aquella casa porque ya no quería seguir viviendo, traía consigo el perfume con el que podía hacer cualquier cosa en el mundo pero lo único que él quería era morir. Camino hacía un cementerio donde habían ladrones, prostitutas y más, primero no se dieron cuenta que él estaba ahí hasta que él mismo se vertió el perfume que tenía y todos se le acercaron arrancándole el pelo y la ropa, en poco tiempo ya estaba partido en muchos pedazos y una media hora después Jean-Baptiste Grenouille había desaparecido de la tierra.
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