El amor es la emoción que constituye el dominio de las acciones en que nuestras interacciones recurrentes con otro hacen al otro un legítimo otro en la convivencia

“El amor es la emoción que constituye el dominio de las acciones en que nuestras interacciones recurrentes con otro hacen al otro un legítimo otro en la convivencia. Las interacciones recurrentes en el amor amplían y estabilizan la convivencia; las interacciones recurrentes en la agresión interfieren y rompen la convivencia”

Humberto Maturana.

        El fenómeno de la violencia escolar ha sido un problema poco estudiado en nuestro país, razón por la cual no se ha dado hasta ahora soluciones concretas y viables para enfrentarlas. Sin embargo, en el último tiempo, el gobierno de Chile parece estar dando luces de lo que puede ser una solución factible para atacar el problema de raíz.

Un programa piloto de “Educación Emocional” (Mineduc) impulsado por el Ministerio de Educación en el año 2005, pretendía prevenir el problema de la violencia escolar abordándolo como objetivo transversal dentro de la reforma a la educación escolar establecida en aquel tiempo. Esta iniciativa, que estaba a cargo del biólogo Humberto Maturana, la Fundación SEPEC-Vicaría y el experto de la UNESCO Juan Cassasus, intentaba  mejorar la convivencia en las escuelas así como prevenir situaciones de violencia, a través de talleres para alumnos, profesores y apoderados. En el programa piloto, que duraba 14 meses, participaban un total de 43 colegios municipales y subvencionados de las Regiones Quinta, Sexta y Metropolitana.

Dentro de este marco es que se  quiere plantear la importancia de la educación emocional en los establecimientos a lo largo del país, para generar espacios de convivencia escolar sanas y democráticas, en las que los alumnos tengan experiencias enriquecedoras que sirvan de base para resolver posibles conflictos. Es fundamental entonces inculcar ciertos principios  básicos, para dicha convivencia, como: el amor, el respeto hacia uno mismo, el respeto y la aceptación del otro, la valoración de nuestro entorno, entre otros. La idea es crear una permanente atmósfera de afectividad y empatía entre los alumnos. Sobre estas bases se pretende elaborar tácticas eficaces para prevenir un problema de criterio prioritario como es la violencia escolar.

Para delimitar el problema es necesario a su vez determinar que entendemos por el término violencia. Consideraremos entonces, como violencia escolar a: cualquier tipo de agresión, ya sea física o psicológica, concreta o en modo de amenaza, de parte de uno(a) o varios(as) alumnos(as) o un miembro de la comunidad escolar, y que es dirigida hacia otro(s) o incluso hacia sí mismo.

Es pertinente agregar que, según el pensamiento de Maturana las situaciones de violencia escolar se dan porque el agresor presenta “una emoción a través de la cual el otro es negado directa o indirectamente como un legítimo otro en coexistencia con uno.”

Las estrategias que se presentan en este escrito aspiran a reflexionar y proponer una solución ante la violencia escolar, basadas fundamentalmente en la afectividad que emerge con reales de posibilidad de consensos, a través de numerosos mecanismos que buscan principalmente hacer que los alumnos se sientan relevantes al interior de la comunidad escolar, ya que de este, modo las ganas de participar, al ser escuchados, aumenta de manera considerable. Sin duda que el sentirse respetado es prenda de confianza para un escolar cuestionado de ser reconocido ante sus pares.

Cualquier iniciativa que pretenda solucionar el problema de agresiones entre alumnos dentro de la escuela  debe implementarse desde el primer año y al nivel de toda la comunidad escolar. Esto quiere decir que resulta primordial generar integración colectiva y participativa activa de parte de los profesores, directores, funcionarios, estudiantes, padres y apoderados.

Se propone que las estrategias respondan a una unificación de criterios y posiciones tanto en las cúpulas directivas como en el cuerpo docente. Una  forma de lograr esta premisa, por ejemplo es construir y aplicar una escala de valores que sea común a toda la comunidad escolar.

La jerarquización de los valores a aplicar según la teoría de la Educación Emocional sería:

1. Amor (hacia uno mismo y hacia el otro)
2. Saber expresar correctamente sentimientos y emociones
3. Respeto (por uno mismo y por el otro)
4. Tolerancia (ante la diversidad de toda índole)
5. Empatía
6. Sentido de justicia
7. Solidaridad
8. Cuidado y protección al medio ambiente
9. Proactividad en el aprendizaje.

Como fue planteado anteriormente, cualquier tipo de propuesta que pretenda solucionar el fenómeno de la violencia en las escuelas, debe involucrar obligatoriamente a toda la comunidad escolar, ya que la educación es tarea de todos. Es preciso facilitar e incrementar la comunicación entre apoderados, profesores y alumnos, así como la participación de los mismos en todo el relacionado a la convivencia de cada curso, de tal forma que cualquier problema se resuelva escuchando y dialogando con todas las partes implicadas. La comunidad escolar debe actuar de la siguiente manera:

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