El caníbal de Rotemburgo
Enviado por diljem • 20 de Febrero de 2023 • Ensayo • 999 Palabras (4 Páginas) • 73 Visitas
El caníbal de Rotemburgo.
Armin Meiwes nació en el pueblo de Kassia, en Alemania. Durante su infancia fue un muchacho normal en la escuela, aunque no tanto retraído y apartado de sus compañeros. Tenía unos medios hermanos con los que convivía, pero los dejó de ver y creció muy solitario.
Su padre lo abandonó junto a su madre cuando tenía ocho años. Su madre era una mujer manipuladora y controladora que lo regañaba frecuentemente en público y esto lo avergonzaba mucho.
Armin creó un hermano imaginario llamado Franky, a quien le contaba sus secretos y le confiaba sus primeras ideas sobre el canibalismo. A la edad de doce años comenzó a fantasear con la posibilidad de comerse a sus amigos para que siempre fueran parte de él.
A los dieciocho años se mudó con su mamá a la enorme casa que la familia poseía a las afueras de Rotemburgo, la cual solo visitaban en el verano.
Tiempo después Armin ingresó al ejército, donde destacó por su gran disciplina y alcanzó el grado de sargento; se sentía respetado y mientras estaba en milicia nunca pensó en sus fantasías de otros tiempos.
Entre sus pasatiempos estaba la lectura de libros de caníbales, muertes y asesinos en serie. Además, coleccionaba partes del cuerpo de muñecas en un cofre para ocultarlas de su madre, las despedazaba y formaba con ellas horribles figuras. En 1999 su madre falleció de un ataque al corazón, heredándole la vieja mansión de Rotemburgo. Tras la muerte de su madre desarrolló un vivo interés por la pornografía en internet y se aficionó a la nota roja de los diarios para ver destripados y muertes por violencia. Le gustaban, en particular, aquellas que presentaban actos de tortura y dolor. Fue a través de esos sitios que se interesó por el canibalismo.
Columnas periodísticas como “Gourmet” o “Café caníbal” le proporcionaron la plataforma ideal para compartir sus oscuras fantasías. Armin era buen trabajador, buen vecino y buen ciudadano, nadie podía imaginarse que detrás de su amigable sonrisa se ocultaba un hombre hambriento de carne humana.
En las páginas que acostumbraba a leer puso a un anuncio, buscando a una persona que deseara ser comida por él. Se hacía llamar Franky, como su amigo imaginario de la infancia. Increíblemente, su mensaje fue respondido por 237 personas. Además, por correo electrónico hizo contacto con 42 personas.
Después de tener varios acercamientos con distintas personas, por fin conoció a Bern Jürgen Brandes, un ingeniero berlinés que había tenido una vida atormentada. Era bisexual y gustaba de la violencia y la tortura, era un hombre exitoso. Le confió a Armin que siempre había deseado que alguien le arrancara el pene de una mordida; lo había pedido en varias ocasiones a todos sus amantes, e incluso les había ofrecido dinero por hacerlo, pero ninguno había accedido.
Compartieron información, y finalmente se citaron y en un primer encuentro Brandes le extendió la mano y le dijo: “yo soy tu carne” y Meiwes respondió: “yo soy Armin”.
Después de unos minutos, Brandes se arrepintió de haber ido y se despidieron, pero terminó por acceder y le llamó a Armin para que regresara por él a la estación. Estuvieron conversando por varias horas, mientras Meiwes preparaba su cámara de video para grabarlo todo con el consentimiento de Brandes.
Después de ingerir muchas pastillas para dormir, dos botellas de jarabe para la tos y media botella de whisky, Brandes quiso que Meiwes le amputase el pene. Se lo pidió mientras seguía consiente. Meiwes lo mordió y trató de arrancarlo con la boca, pero no pudo; el pene quedó colgado y desgarrado, mientras Brandes con dolor gritaba “córtalo de una vez”, así que Meiwes tomó el cuchillo y lo cortó en dos pedazos, lo puso en el sartén y lo salpimentó.
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