El desarrollo de la personalidad

El desarrollo de la personalidad.

La personalidad representa una de las principales columnas que conforman la estructura del ser humano, más allá de un ser vivo que debe realizar determinadas acciones para su subsistencia y conservación de su especie.

Cuando se establece una capacidad de razonamiento superior a las necesidades básicas, la humanidad cambia su valor de solamente ser raza humana a ser un conjunto de personas y con cabida para formar una familia y una sociedad. Dicha transformación para llegar a ser personas, otorga el don de la personalidad; el cual genera un sentido de individualidad único e irrepetible.

La personalidad puede enmarcarse como los motivos y las razones que cada persona tiene para actuar, sentir y pensar. En la misma se forma las bases y directrices de carácter y comportamiento determinadas a partir de las cuales se conforman los rasgos, valores y formas de funcionamiento organizados y estables en el tiempo de dicha persona.

Estos mecanismos devienen como referencia para la persona en sus interacciones con el contexto (ambiental o físico e interpersonal o social) en el que se desenvuelve habitualmente.

Respecto a las teorías del desarrollo de la personalidad, los educadores deben tener un conocimiento y una base sólida de las mismas, ya que es a partir de la educación donde se crean vínculos importantes que cimenten personas con una integralidad mayor. Es necesario que cada profesor sea sensible en que cada alumno presenta un proceso de aprendizaje único, se desarrolla a su propio ritmo; un estudiante puede estar dispuesto a leer mientras otro no; y no significa que uno sea superior. Es aquí donde el educador debe desarrollar estrategias de aprendizaje que contemplen los aspectos físicos, biológicos y psicológicos en cada uno de los alumnos.

El desarrollo de la personalidad depende fundamentalmente de la interacción con los demás, siendo la primera influencia en el hogar, expectativas familiares basadas en las condiciones socioeconómicas y cultural.

Cuando un maestro sabe que esperar de sus alumnos a determinada edad y en cada etapa de desarrollo, puede equiparar efectivamente su enseñanza con las necesidades del estudiante.

Los jóvenes se convierten en adultos mediante un proceso gradual de crecimiento físico, social, emocional, moral y mental, para enseñar al alumno con éxito es necesario comprender como se desarrollan, como piensan y como reaccionan.

El docente debe tener conocimiento general acerca de como se lleva a cabo el desarrollo personal, social y moral ya que cada alumno no actua como un ente cognositivo, tren consigo fuerzas y debilidades en conjunto con el ambiente afectan o potencian su rendimiento académico.

Cada maestro debe considerar el impacto que genera sus expresiones, sus indicaciones y la forma en que se relaciona con sus estudiantes, ya que los mismos tienen sensaciones fuertes y fluctuantes, que determinan ambientes de disciplina que deben ser lo más potable posible. Para eso el docente debe fomentar un autoconcepto positivo y de seguridad para aprender y socializar entre todos los participantes del proceso educativo, brindando oportunidades de éxito, elogiándolos y motivándolos a seguir adelante.

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