El problema de la psicopatología infantil y las intervenciones de analistas

Evaluación y diagnostico con niños y adolescentes

El problema de la psicopatología infantil y las intervenciones de analistas

Gabriel Donzino

El niño es un humano en procesos de humanización y la madre sirve de apoyo mental para la estructuración del pensamiento del niño, pero es importante identificar los momentos que constituyen la “conducta estructurante de la madre”, empezamos con los momentos: la vida no uterina, la vida intrauterina y la vida extrauterina. Seguimos con los espacios: espacio de la psiquis materna, espacio del cuerpo de la madre y el espacio de mundo compartido, por ultimo tenemos los niveles de representación: pictográfico, fantasmático e idéico o pensamiento. Se entiende que un bebé tiene existencia desde que la niña juega con sus muñecas, les da el cuido y atención necesarios tal y como si estuviera entrenando para un futuro y aquellos niños o niñas que no son parte de este juego con muñecos alguna vez fueron bebes, entonces saben lo que necesitan o lo que les falto en su desarrollo. Al momento de procrear, se materializa la fantasía y en esta etapa se puede detectar la actualización de los fantasmas al momento del embarazo, lo que genera un campo amplio de intervención con la madre, por ejemplo, si esta tiene el constante miedo de perder al hijo o que este termine con su vida, ella llevará consigo una gran angustia lo que influirá en la representación del bebé. Al momento intrauterino surgen dos conceptos a tomar en cuenta: cuerpo imaginado y cuerpo fantasmado, el primero de estos hace alusión al primer momento donde la madre le habla al feto, el cual ya posee un cuerpo, mas no una imagen clara pero la madre imagina lo que será ese bebé cuando salga. Una constante que se encuentra al momento de estudiar patologías graves en la infancia es la ausencia de datos por parte de los padres, esa dificultad por recordar algo sobre el niño. El cuerpo imaginado nos introduce al deseo de hijo, el cual se entiende como esta dimensión simbólica del padre, donde la madre reconoce la participación del hombre en la fecundación y lo acepta como padre de su hijo, pero no siempre es el caso donde hay este enlazamiento, a veces la madre entiende el proceso de parto como una teoría parto genética, la cual sostiene que el hijo es una parte de su propio cuerpo, negando así la participación del tercero lo que ocasión que al momento de nacer este sea reconocido como una mutilación del cuerpo de la madre. Una vez fuera el bebé comienza el proceso más enriquecedor para el niño ya que abandona ese cuerpo intrauterino y se debe valer por el mismo para respirar, de ahí comienza el intercambio más importante en el proceso humanizante, la nutrición. De la vida placentaria se pasa a lo que la madre deberá reemplazar de aquellos procesos fetales por unos unificadores sostenidos en lo escópico, olfatorio, táctil y cenestésico. Las madres se adaptan a los hijos y con eso se consigue que la libidinizacion continúe. A través del juego y el dibujo, los niños nos expresaran sus malestares, se toma como una vía hacia el inconsciente infantil. Pensar en una intervención no significa realizar un inventario de reglas técnicas, las intervenciones varian según la teoría que tengamos sobre la formación del psiquismo y la causación de la enfermedad.

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