El teatro de las histericas

El teatro de las histéricas

El libro trata dos temas: La concepción de la histeria a lo largo de la historia y principalmente (a mi parecer) la vida y carrera profesional de Jean-Martín Charcot, quien fue un precursor (o mejor dicho fundador) de la neurología. La histeria era considerada una enfermedad de la que no se sabía mucho y mucho menos se tenía una cura, fue hasta que se abordó desde el punto de la vista de la psiquiatría que se comenzaron a ver avances para su tratamiento.

        Lo que llama la atención de los pacientes histéricos, era su sintomatología, los pacientes tenían conductas muy peculiares, incluso parecía que imitaban las conductas de otros pacientes con una enfermedad orgánica comprobada (como el caso de las epilépticas). Charcot se encargó de explicar que se trata de un trastorno somático que se manifiesta como un desorden físico, síntomas físicos que se originan por problemas emocionales, y con esto causando una revolución en varios campos como la neurología y el psicoanálisis (y por lo tanto en la psicología clínica).

        El autor de la obra es Héctor Pérez-Rincón quien a lo largo de la obra logra que nosotros como lectores logremos sentirnos parte de la obra, tiene muy buenas descripciones de todos los sitios y escenas (aunque esto puede resultar un poco confuso en algunas partes porque nos habla de varios personajes y lugares).

        A lo largo de la narración, se van aclarando los roles neurológicos, psicóticos y neuróticos y logrará llegar hasta uno de los puntos más importantes del libro: la histeria masculina, la cual causó revuelo en su época. Además de tratar patologías físicas, psicológicas, neurológicas (por ejemplo la psicosis, la depresión, o como aquí la llega a mencionar melancolía,

        A lo largo del libro vemos cómo va evolucionando el concepto desde la antigua Grecia (donde tuvo su origen el término: histeros=útero), posteriormente en la edad media las personas que padecían esta “enfermedad” fueron perseguidas y tratadas como brujas y perseguidas por herejía, hasta que Edward Jorden propuso la idea de que las ideas se pueden expresar no solo por medio de palabras sino con los gestos (un elemento utilizado ampliamente en el teatro).

        Fue Charcot quien propuso que estos síntomas sin causa orgánica tenían origen en el subconsciente y que hasta no resolver estos problemas, los síntomas no desaparecerían, para llegar a estas emociones se valió de la hipnosis, el magnetismo, la electroterapia entre otros métodos, curiosamente, sus pacientes eran bellas mujeres, pero él no intentó curarlas, solo las hacía recordar y las analizó. Eso sí, buscó darle el carácter de enfermedad a la histeria, creando incluso un mapa de las zonas histerógenas.

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