“En la salud y bienestar del adulto emergente, ¿qué factores limitan más su desarrollo, los biológicos o los conductuales?”

INTRODUCCIÓN

La salud física y mental en la población en general es un eslabón importante a considerar para poder hablar sobre bienestar. A partir de los 18 años, cobra cierta importancia para los individuos ya que entran en el período de la adultez emergente, en la que convergen la madurez, salud, sexualidad, moralidad, desarrollan sus potenciales, forjan su autonomía y concretan sus aspiraciones en busca de un bienestar subjetivo.

La juventud se caracteriza por ser una etapa especialmente favorable para la salud y bienestar físico, ya que los individuos poseen vigor y entereza física en la mayoría de los casos. Empero, paradójicamente también es una etapa en la que se está expuesto a riesgos causados por la curiosidad, ávida de experimentación y afirmación entre sus iguales, pero que también son reflejo de un estilo de vida, época y sociedad en la que se encuentra inmerso el individuo. (Consejo Nacional de Población, 2016)

Por ejemplo, un dato alarmante de los jóvenes en México es que según el Informe de la salud de los mexicanos, publicado por la Subsecretaría de Integración y Desarrollo del Sector Salud (SIDSS) en 2015, hay una prevalencia en cuanto al sedentarismo, sobrepeso, obesidad e inactividad física derivadas de factores como el tiempo que invierten en televisión, videojuegos, películas y computadora, provocando un balance energético positivo, es decir, que ingieren más energía de la que gastan. Por otra parte, están ejemplos como los medallistas de los juegos paralímpicos de Río 2016 como Eduardo ávila, Amalia Pérez, Lenia Ruvalcava, Ángeles Ortiz, entre otros, que pese a sufrir alguna discapacidad han logrado conseguir un bienestar y sobresalir de personas que están íntegros física o mentalmente.

Entonces, ¿de qué manera limitan estos factores el desarrollo del adulto emergente? ¿Tienen mayor peso los aspectos conductuales como no hacer ejercicio, mala nutrición o el ingerir sustancias nocivas, ante los aspectos biológicos que derivarían de los genes? El siguiente texto tiene como propósito explicar de qué manera los factores conductuales y biológicos irán forjando la salud y bienestar de los adultos emergentes en la etapa de transición hacia la madurez.

DESARROLLO

Se sabe que en esta etapa algunas personas se encuentran en la cima de la salud, de sus energías, de su resistencia donde se sienten capaces de realizar cualquier cosa, llevar al límite sus capacidades físicas para realizar algún trabajo o por el mero placer que la actividad brinda en sí. Y por otro lado, igual hay personas ya en esta etapa padecen algún trastorno o enfermedad que le limita físicamente, y por lo tanto se podría pensar que pasa lo mismo con su desarrollo y no gozan de un bienestar.

Ahora bien, antes de avanzar cabe retomar dos conceptos clave: salud dado por la OMS (Organización Mundial de la Salud) en 1948, quien la define como “un estado de completo bienestar físico, mental y social que tiene una persona y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia”; y bienestar que según la RAE (Real Academia Española) se define como “conjunto de cosas necesarias para vivir bien” o “vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo bien y con tranquilidad”, lo cual vuelve a ambos conceptos algo subjetivo y propio de cada individuo.

Empero, en un intento de considerar a la salud algo más objetivo, el doctor Floreal Ferrara (1975) tomó la definición de la OMS e intentó complementarla, circunscribiendo la salud a tres áreas distintas:

• La salud física, que corresponde a la capacidad de una persona de mantener el intercambio y resolver las propuestas que se plantea. Esto se explica por la historia de adaptación al medio que tiene el hombre, por lo que sus estados de salud o enfermedad no pueden estar al margen de esa interacción.

• La salud mental, el rendimiento óptimo dentro de las capacidades que posee, relacionadas con el ámbito que la rodea. La salud radica en el equilibrio de la persona con su entorno de ese modo, lo que le implica una posibilidad de resolución de los conflictos que le aparecen.

• La salud social, que representa una combinación de las dos anteriores: en la medida que el hombre pueda convivir con un equilibrio psicodinámico, con satisfacción de sus necesidades y también con sus aspiraciones, goza de salud social.

En este sentido, se da cabida a la cuestión de si los factores biológicos, que ya podrían estar determinados

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