Ensayo basado en El hombre unidimensional
Enviado por Alexander Marín • 15 de Febrero de 2016 • Ensayo • 2.737 Palabras (11 Páginas) • 326 Visitas
Alexander Marín Martínez c.c. 1037613074 Psicología.
El propósito del ser humano y su dificultad para alcanzarlo.
Texto basado en el libro El hombre unidimensional.
El ser humano siempre ha buscado dos propósitos esenciales en la vida: ser feliz y hallar su paz interior, uno dependiente y complementario del otro y viceversa. Pero la realización de estos objetivos se dificulta cuando el humano crece y se desarrolla en un entorno que lo frustra y he allí el problema, pues el entorno frustrante siempre va a estar presente, considerado como cultura.
La cultura, como dice Sigmund Freud "sofoca los sentidos primarios del hombre, en especial el sexual¨ y es aceptada en la sociedad como medida preventiva de éste y para éste mismo; cabe entonces preguntarse ¿Hasta qué punto es necesario y beneficioso censurar al ser humano?, ¿Cuánto deseo debe reprimir el hombre para que la cultura “esté haciendo bien su trabajo” y la sociedad pueda funcionar tranquilamente sin la generación de caos?
El hombre desde el principio de los tiempos se ha visto sujeto a pertenecer a un sistema de orden y a seguir la estructura que este plantea, casi siempre regida por normas o leyes, pues de no ser así, la sociedad estaría gobernada por el caos, con cada hombre expresando su deseo ya fuera instintivo, emocional o intelectual en todo momento, y ya lo dijo Santo Tomás de Aquino en algún momento y Martin Luther King con otras palabras pero con la misma intención: “mi libertad llega hasta donde comienza la del otro”, pero si todos los hombres tienen “libertad infinita” entonces cómo se puede saber dónde comienza la del otro?. En este caso, es inevitable que un hombre se inhiba para que otro se desinhiba.
Retomando el planteamiento del sistema de orden que de cierta manera hace que la sociedad funcione, se puede decir que éste se puede ver representado en la película Matrix, donde existe un mundo (la Matrix) en el cual las personas actúan como autómatas pero sin saberlo, creen que tienen control sobre sus emociones y decisiones cuando realmente hay un “ente superior" que ya tomó la decisión por ellos o peor aún, les introdujo la emoción o la idea que tienen en la cabeza; este ente, traído a la realidad, vendría a ser cualquier político y/o persona que plantea las normas de una sociedad y conoce su significado, aprovechándose de ellas (así como las máquinas se aprovechaban de los cuerpos que estaban inmersos en la Matrix), creando así un paradigma que él sabe que se puede romper pero que el resto de personas (autómatas) ven como una verdad absoluta, irrompible, de lo que no se pueden salir; éste paradigma es la columna vertebral de lo que es llamado "el sistema", respaldado por la cultura . Aunque este tipo de paradigmas no son fáciles de establecer, están ayudados y patrocinados por herramientas muy influyentes en los pensamientos del ser humano: el no y el miedo. Continuando con el desarrollo de la metáfora, las personas que se encuentran en Sion (ciudad ajena a la Matrix) son aquellas que se han dado cuenta de lo "usurero" que es “el sistema”, del paradigma que implanta en ellos y de que no son “lo que toda la vida les han dicho que son”, que pueden hacer y alcanzar mucho más de lo que alguna vez pensaron que podían alcanzar, y ahora luchan por derrocarlo, por transformarlo o cuando menos, por "abrirle los ojos" a quienes están dentro de él siendo manipulados y estafados, y así de paso, también debilitarlo.
Hoy en día se vive en una época tecnológica, y no sólo por los avances científicos en cuanto a lo que respecta este tema, sino también por el tipo de persona promedio que se encuentra en la sociedad: parece un robot, incapaz de asombrarse por la inocencia de un niño, el gesto mezquino de un vagabundo que deambula sin rumbo o la fidelidad que guarda un perro hacia su amo, un robot sin conciencia, sin capacidad de imaginar, de ser creativo, de asombrarse.
Hay aspectos que vale la pena resaltar para ilustrar de una manera más práctica cómo se mueve la sociedad actual, aquella marginada por el paradigma de “el sistema”: Las personas salen de sus casas en la mañana, van a sus trabajos o a realizar sus quehaceres diarios, interactúan con otras personas y realizan una serie de acciones la mayoría de veces rutinarias y repetitivas, luego, vuelven a sus hogares en la noche con la misma visión del mundo, las mismas preguntas que tenían al salir de casa, las mismas creencias y la misma información. Las personas van por las calles de la ciudad, tomando siempre el mismo camino para llegar a su destino, caminando de la misma forma, al mismo ritmo e incluso reproduciendo los mismos gestos que usaron el día anterior. Ahora, ¿qué ofrece “el sistema” y más específicamente aún, el paradigma que plantea? En Colombia es así (aunque para muchos otros países también aplica): Ofrece una vida productivista para el ciudadano, donde trabaja mucho y gana poco. Ofrece cansancio y frustración adquirida a través de labores de las que hay que estar pendientes todo el tiempo pero que en realidad no son muy interesantes, ofrece unos pasos a seguir por el ciudadano, que debe llevar a cabo al pie de la letra si quiere alcanzar su felicidad, los cuales son : estudie mucho en el colegio para que pueda asistir a una buena universidad, estudie mucho en la universidad para que pueda conseguir un buen puesto de trabajo, trabaje mucho para que pueda casarse y luego de casarse, en lo posible, con su pareja, tenga dos hijos ” la parejita”, pero ojo, siga trabajando para que tenga dinero para pasear de vez en cuando con su familia, pagar el arriendo de su apartamento, los servicios y mercar; también debe ahorrar para pagar la universidad de sus hijos, pues ellos "cuando sean multimillonarios" le van a retribuir todo lo que usted aportó a su formación. Ofrece, contradictoriamente la fantasía de alcanzar la felicidad sólo al ser multimillonario, haber conocido muchos países o tenido relaciones sexuales con todas las personas de su preferencia., ofrece recriminación por la espontaneidad y estímulo a la insensatez y falsedad.
Aquí cae perfectamente bien la frase que dice Tyler Durden en la película Fight Club:“tenemos empleos que odiamos para comprar mierda que no necesitamos”. Entonces el virus productivista del que está contagiado el ser humano ha permeado no sólo su cuerpo sino también su mente, se vive para producir y cuando no se está produciendo, lo único que queda por hacer es descansar de tanta “productividad”, sin saber qué hacer, el espíritu (aquí tomado como fuerza) ha sido encerrado en una gruesa caja de metal y se ha rendido esperando a que el hombre se dé cuenta de que está allí y quiera liberarlo abriéndole la puerta desde afuera. No es inoportuno hablar pues de el miedo paranoico que “el sistema” usa como herramienta para llevar a cabo con satisfacción sus macabros fines, quien como un sacerdote (El miedo) nos dice en todo momento que no debemos ser espontáneos, que hay que pensar en las consecuencias. Como dice Eduardo Galeano en escrito el miedo manda: “La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir, los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras. Es el tiempo del miedo”. Es el tiempo del miedo y no se está permitido cuestionar los dogmas de la fe, se debe aceptar las cosas tal y como son, ¿por qué? Si como dice Emiliano Zapata “es mejor morir de pie que vivir de rodillas” ¿por qué limitarse a vivir la vida que “el sistema” sugiere que se viva? El hombre se está aferrando al miedo volviéndolo incondicional, dándole más importancia de la que se merece, dejando que se apodere de sus ideales y voluntades y todo lo hace a través del no:
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