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Factores determinantes para la conducta agresiva


Enviado por   •  10 de Junio de 2019  •  Documentos de Investigación  •  1.413 Palabras (6 Páginas)  •  101 Visitas

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

ESTUDIOS GENERALES LETRAS

TRABAJO INDIVIDUAL

Título: ¿Cuáles son los factores determinantes para la formación de una conducta agresiva durante la infancia y adolescencia?

Nombre: Milagros Bustamante Tejada

Tipo de evaluación: Avance 3

Curso: Taller de Escritura e Interpretación de Textos (LIN126)

Horario: 0146

Profesor: Mariana Suarez

SEMESTRE 2019-1


Tema y esquema

FACTORES DE LA CONDUCTA AGRESIVA

¿Cuáles son los factores determinantes para la formación de una conducta agresiva durante

la infancia y adolescencia?

Introducción        

1. Influencia del medio familiar

     1.1    Modos y prácticas de la crianza parental

     1.2    Violencia familiar, trastornos de conducta y personalidad

 2. Influencia de la escuela

     2.1    Convivencia escolar

     2.2    Clima escolar

Cierre


Escriba acá el primer subtema desarrollado. No debe incluir ni la introducción ni el cierre. 

Diversos estudios en las disciplinas de psicología, sociología y pedagogía coinciden en que la familia es el contexto de crianza más importante en los primeros años de existencia, pues es el primer grupo socializador donde los niños adquieren las primeras habilidades, hábitos y conductas necesarias para la vida. Los padres son un elemento significativo porque acompañan el proceso de crecimiento y desarrollo de sus hijos. Por ello, el cómo los padres o adultos afrontan sus conflictos y establecen normas de crianza serán determinantes en la imagen que el niño irá formando de sí mismo y de su accionar a lo largo de su vida. Según diversos estudios realizados sobre el comportamiento agresivo, se afirma que: “muchas veces este comportamiento proviene de hogares problemáticos y disfuncionales” (Álvarez 2010:259). Por lo tanto, las prácticas de crianza tienen incidencia en los comportamientos agresivos de los niños al resolver un determinado problema por medio de la imitación.

Uno de los aspectos que más genera controversia alrededor de la dinámica familiar es la autoridad que ejercen los padres sobre sus hijos. La psicóloga Diana Baumrind realizó una investigación en la cual mostró “el efecto de ciertos modos de ejercer la autoridad por parte de los padres hacia los hijos, de diferentes edades y clases sociales, llegando a concluir tres estilos de control parental: autoritario, permisivo y democrático”. En los últimos años se ha puesto en evidencia que los modelos de autoridad o muy permisivos o extremadamente autoritarios no son los más adecuados durante la formación de un niño.

Por un lado, actualmente muchas familias optan por un sistema de tolerancia excesiva, el cual, “puede tener efectos negativos porque genera conductas inmaduras en los hijos, escaso autocontrol, falta de independencia e incapacidad para la toma de decisiones y la asunción de responsabilidades, lo que a la larga origina indefensión, frustración y consecuentemente agresividad” (Castro y García 2013:23). Esta permisividad es frecuentemente por falta de compromiso hacia la crianza de un menor. Sin embargo, sobre el estilo educativo autoritario se obtienen resultados igualmente negativos. El abuso del poder desemboca en efectos perjudiciales a corto y a largo plazo. Al ejercer mayor poder sobre un niño, este tiende a absorber con dificultad las normas impuestas, es decir, “menos interiorizarán los niños normas duraderas relativas al comportamiento prosocial” (Álvarez, 2010:258). Por ello, es necesario tomar en cuenta que “un grado menor de afirmación de poder forma parte de la mayoría de las técnicas disciplinarias de los padres y no parece tener un impacto negativo.” (Álvarez, 2010:258).

La falta de diálogo entre padres e hijos crea en ellos actitudes hostiles que luego se promueve con el entorno social, es decir, la prematura falta de diálogo en el hogar provocará la dificultad del niño de dialogar también en otros espacios. Además, es posible que este problema de una figura informal de la autoridad en el hogar “influya en el desarrollo de una actitud negativa hacia otras figuras de autoridad formal como la policía y los profesores, y que esta actitud incida a su vez en la conducta violenta” (Álvarez 2010:260).

Durante la adolescencia la comunicación se torna más complicada, esto se debe a la aparición de una serie de obstáculos por parte de padres e hijos. Sobre ello, Baldón y Jiménez expresan que: “En primer lugar, esto se debe a que en la adolescencia los jóvenes desean mantener sus asuntos personales en privacidad; además, de mantener unas relaciones familiares más simétricas e igualitarias lleva a no estar de acuerdo con ellos. Por otro lado, los padres querrán seguir manteniendo con sus hijos la misma relación que tuvieron durante la infancia; es decir, una comunicación basada en dar órdenes” (2016:19). Estas nuevas circunstancias generan un conflicto, pues las normas antes puestas en la infancia deben ser modificadas sin que se pierda la noción de autoridad.

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