La adolescencia. ENCONTRANDOME

ENCONTRANDOME

La adolescencia se define como el periodo de la vida en donde el niño se convierte en adulto, una etapa de desequilibrios e inestabilidades exageradas, donde su rol no estará claramente establecido sino que se irá cimentando poco a poco; aquí el niño se desprenderá de su cuerpo infantil verá su vida de otra manera, es precisamente en este periodo donde surgen los duelos dolorosos para él, ya que aunado a muchas circunstancias más, el adolescente empieza a experimentar cambios físicos, emocionales, en su entorno social y familiar  

 Se forma en algo inquieto para el mundo adulto, pero necesariamente indispensable para el adolescente, porque en ese proceso va a establecer su identidad, en torno a sus duelos como objetivo fundamental para ese momento importante; el adolescente no solo debe enfrentarse al mundo de los adultos sino que además debe desprenderse de su mundo infantil en el cual ha vivido cómodamente, en relación de renuncia, con necesidades básicas satisfechas y roles evidentemente establecidos.

Según Aberastury (1988), el adolescente realiza tres duelos imprescindibles: el duelo por el cuerpo infantil, el duelo por el rol y la identidad infantil y el duelo por los padres de la infancia, (los cuales tomaré como punto base).

La necesidad de elaborar los duelos a los que nos hemos referido anteriormente, precisan al adolescente a demandar manejos psicopáticos de actuación, el adolescente se expresa a través de la acción, aunque en forma rápida y breve, lo que persiste con energía en ese modo de conducta, nos dice Aberastury que ésta es una anormalidad normal, el adolescente debe y tiene que pasar por tales duelos para llegar a ser un buen adulto, sin embargo para que esto suceda, los duelos tienen que pasar de una manera amplia y correctamente completa, ya que el no hacerlo causaría una fijación en él (psicopatía).

Entrar en el mundo del adulto tan anhelado y aterrador, significa para el adolescente la pérdida final de su posición de niño, es un periodo de respuestas, confusas y de sentimientos encontrados, representado por roces con el medio familiar y social.  

Sin embargo no únicamente el adolescente padece este largo y doloroso proceso, también los padres tienen dificultades para aceptar el crecimiento de su niño. Esta incomprensión y rechazo se encuentra muchas veces disfrazado bajo la otorgación de una enorme libertad que el adolescente vive como abandono y que en realidad lo es.

Por su parte los padres deberán aceptar su envejecimiento y el hecho de que sus hijos ya no son niños, a esto se le agrega la definición sexual y el abandono de una posición bisexual infantil, tema este muy difícil para los padres de aceptar, el cuerpo sexuado de hijo y sus manifestaciones como la masturbación, sus relaciones afectivas, etc.

Así que pasaremos al tema de la identidad del adolescente, en la cual conlleva a diferentes formas de duelo como son: El duelo por el cuerpo, la identidad  y los padres infantiles.

Considero que la parte fundamental del duelo en el adolescente es llevar a cabo éste, en un marco de normalidad y con su tiempo adecuado, todo esto para que no recaiga en patologías, una de ellas suele ser la psicopatía.

Para que el adolescente pueda llegar a ser adulto es básico que pase por él este duelo: La pérdida de su cuerpo infantil, como dice Arminda Aberastury (1988),

La pérdida que debe aceptar el adolescente al hacer el duelo por el cuerpo es doble: la de su cuerpo de niño cuando los caracteres sexuales secundarios lo ponen ante la evidencia de su nuevo status y la aparición de la menstruación en la niña y del semen en el varón, que les impone el testimonio de  la definición sexual y del rol que tendrán que asumir, no solo en la unión de pareja sino en la procreación. Esto exige el abandono de la fantasía de doble sexo implícita en todo ser humano como consecuencia de su bisexualidad básica. (p. 112).

En la práctica realizada sobre “Teorías del adolescente”, al entrevistar a éste me comentaba que su cuerpo ya no es igual que antes, que está cambiando mucho, no sólo le han salido bellos en el cuerpo y la cara sino que alrededor del pene  éste le ha crecido, que en las noches tiene sueños húmedos y también han crecido sus músculos de los brazos y piernas, cosa que a él le gusta porque las chicas lo ven más; pero hay una cosa también que el adolescente comentó, le da pena que lo vea su madre, su hermana porque en este momento está creciendo ya no es un niño, no puede cambiarse delante de ellas comenta que le da vergüenza que lo vean, ya que él verbaliza “mi cuerpo ya no es el mismo, mi madre ya no puede bañarme”. Es aquí donde expresa él que su madre no puede bañarlo, se nota que le duele dejar su cuerpo infantil, le da miedo cambiar, aunque indica le gusta el cuerpo que tiene ahora, el adolescente está sufriendo la pérdida de su cuerpo infantil pero a la vez lo está  gozando, este cuerpo que lo llevará a la procreación. “Al perder su doble sexualidad empieza a experimentar con la masturbación donde suelen fantasear con la pareja de sus padres y la escena primaria toma las características del coito continuo”. (Ibíd., p.113). La masturbación permite que él y la adolescente conozcan la anatomía y funcionamiento de sus genitales, que liberen las tensiones sexuales acumuladas y que se preparen para las relaciones genitales en pareja. Es por ello que considero que esta fase es la segunda castración según Freud (la encontramos en la fase genital de las etapas psicosexuales del niño) cuando elabora la necesidad de pareja, negada a través de la masturbación. La preparación del duelo lleva  la aprobación del rol que la pubertad le marca, en esta preparación surgen defensas como la negación por la pérdida de su cuerpo infantil, sumado a esta el duelo por el rol y la identidad infantil, el dolor por dejar de ser niño y se encuentra entre la espada y la pared, una por ser niño donde lo acobijan en  todo lo que necesita tan solo con levantar la mano y al mismo tiempo ver que se está convirtiendo en adulto poco a poco y rechaza el trato del padre al grado de avergonzarse. Aberastury (1988), “Esta parte del duelo no es más que la despersonalización del adolescente que involucra una proyección en el mundo de una creación indeterminada del pensamiento y explica la relación frágil con objetos que pierde notoria y gradualmente su cuerpo infantil.

El duelo por el rol y la identidad infantiles, que lo obliga a una renuncia de la independencia ya una aceptación de responsabilidades que muchas veces desconoce. Aberastury (1988) nos dice:

En la adolescencia hay una confusión de roles, ya que al no poder mantener la dependencia infantil y al no poder asumir la independencia adulta, el sujeto sufre un fracaso de personificación y así, el adolescente delega en el grupo gran parte de sus atributos, y en los padres la mayoría de las obligaciones y responsabilidades; recurre a este mecanismo de esquizoide quedando su propia personalidad fuera de todo el proceso de pensamiento con un manejo omnipotente, es la irresponsabilidad típica del adolescente, ya que él entonces nada tiene que ver con nada y son otros los que se hacen cargo del principio de la realidad. (p.146).

...