“La dialéctica del amo y el esclavo en Hegel”

“La dialéctica del amo y el esclavo en Hegel” KOJEVE

Kojeve nos introduce sus ideas como un comentario sobre el texto “La Fenomenología del espíritu” de Hegel. Para ello comienza teniendo en cuenta la esclavización del “siervo por su amo”, como primer acto verdaderamente humano. La lectura que Kojeve hace de Hegel sobre el deseo antropógeno (humano) haciendo énfasis en la figura amo y esclavo. Se cuestiona cómo surge el hombre y para ello se pregunta: ¿Cómo surge la autoconciencia? Kojeve dice que el animal tiene sentimiento de sí pero el hombre tiene conciencia de sí: el hombre es autoconsciente porque es consciente de su realidad y de su dignidad humana.

El hombre toma conciencia de sí mismo en el momento en que “por primera vez” dice: “Yo” (conciencia del “yo” revelado por la palabra) “soy yo el que está hablando ante ustedes” (“yo” a diferencia de otros”).

Comprender al hombre y su origen es comprender el Yo revelado por la palabra. Pero ser autoconsciente no da la plenitud de lo humano. Lo humano se termina de revelar cuando el hombre logra hacer valer el reconocimiento de si ante otro.  

Es el deseo de un sujeto el que lo en tanto Yo, y lo revela en tanto que tal  y ante los otros y lo impulsa a decir: “Yo…”.  El Yo humano es el Yo de un deseo, es por eso que el hombre es un sujeto deseante: el hombre se constituye y revela a sí mismo y a los otros en tanto que su Deseo.

La realidad humana se constituye y mantiene dentro de una realidad biológica, o sea de una vida animal. Pero para que el hombre sea verdaderamente humano, hace falta que su deseo humano prevalezca en el sobre su deseo animal.

El hombre no se considera humano si no arriesga su vida en función de su deseo.  Es en y por ese riesgo que la realidad humana se crea y se revela en tanto realidad. Es en y por ese riesgo que la realidad humana se “reconoce” es decir, se muestra, se reconoce, se verifica y que se puede diferenciar de la realidad animal. El hombre se reconoce humano al arriesgar su vida para satisfacer su Deseo humano, es decir, su deseo que se dirige a otro deseo.

El deseo torna inquieto al hombre y lo empuja a la acción. La acción, que nace del deseo, tiende a satisfacer al hombre, y solo puede hacerlo mediante la destrucción o transformación del objeto deseado. Por ejemplo para satisfacer el deseo de comer es necesario destruir el alimento, es por ello que toda acción es negatriz: acción que destruye y satisface por un momento a un deseo hasta entonces vacio. Es por ello que la autoconciencia establece una acción negativa con el otro (negación negatriz)  ya que hay una actividad negadora y transformadora para satisfacer un deseo. Se debe suprimir una realidad para crear otra.

Idea de buscar el reconocimiento en el Otro: lograr que el Otro acepte mi deseo como más importante.

El deseo tomado en tanto que Deseo, es decir, antes de su satisfacción, solo es una nada revelada, un vacío, es por ello que el deseo humano debe dirigirse sobre los deseos de otros sujetos.  Es necesario que los deseos de uno se trasladen a los deseos de otros: la realidad humana es realidad social, es por ello que la sociedad solo es humana en tanto que conjunto de deseos que se desean mutuamente como deseos.

Por ejemplo en la relación entre el hombre y la mujer, el deseo es humano si uno desea no el cuerpo, sino el deseo del otro, que puede ser por ejemplo ser amado y por lo tanto ser reconocido en su valor humano.

Para que la autoconciencia se afirme la relación tiene que ser por el reconocimiento del otro. La autoconciencia establece una relación negativa con el otro, es decir, una negación negatriz, la cual implica una acción negadora y transformadora para poder darle contenido al yo y poder satisfacer el deseo

DESEO DE RECONOCIMIENTO

El deseo de reconocimiento es el deseo dirigido sobre otro deseo. El deseo de reconocimiento es encontrar un lugar en el universo del discurso. Sino que es querer que el otro reconozca mi valor (deseo) como más importante, y que se transforme en su valor, que reconozca mi valor como autónomo.

El ser humano, entonces, se constituye en un deseo de reconocimiento, en buscar el reconocimiento del otro. Es por ello que se desarrolla una “lucha a muerte” y es solo por tal lucha que se engendra la realidad humana. El ser humano no puede constituirse si por lo menos dos deseos no se enfrentan (vivimos en un mundo lleno de jerarquías para lograr el reconocimiento, es por ello que vivimos en un mundo de conflictos).

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