La psicología del trabajo y la formación en la empresa
Enviado por Luisa Fernanda Fonseca Leal • 3 de Agosto de 2022 • Ensayo • 8.508 Palabras (35 Páginas) • 77 Visitas
La psicología del trabajo y la formación en la empresa
Francisca Berrocal Berrocal y Santiago Pereda Marín
Departamento de Psicología Diferencial y Psicología del Trabajo Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid
RESUMEN
En la primera parte de este artículo se contextualiza la Psicología del Trabajo. Por una parte, en su doble vertiente: como disciplina o conjunto de disciplinas académicas y como profesión, y; por otra, con relación a la unidad que presenta con respecto a las áreas de actividad que la integran, y que se han ido configurando a lo largo de su historia. En este marco se expone el concepto y objeto de estudio de la disciplina que nos ocupa, así como su posible desarrollo futuro. En la segunda parte se analizan las principales características que presenta en la actualidad la formación del personal en el ámbito empresarial. Características que implica el desarrollo de una amplia gama de funciones y la adopción de distintos roles por parte del profesional de la formación.
AB5TRACT
In 0w first part of tUs paper Work Psychoiogy is contextualized. On one haud, in its double perspective: as a discipline or group of academic disciplines and as a profession, and; on the other, in its unity relation within the activity areas in it that havebeen developing through its history. In this frame it is exposed its concept and object of study, as well as possible future development. In the second part the actual main features of personnel training within companies are analyzed. Features that imply the development of an ample range of duties, and the adoption of different roles for the training professional.
1. La Psicología del Trabajo
Para comprender completamente el concepto y objeto de estudio de la Psicología del Trabajo, es preciso previamente contextualizar la disciplina, aunque sea brevemente, refiriéndonos a su doble vertiente. Por un lado, la Psicología del Trabajo es una disciplina o conjunto de disciplinas académicas. Por ello, tiene un corpus de conocimientos que comprende teorías, modelos, métodos, técnicas e instrumentos (Forteza, 1988); estos conocimientos o “saberes” proceden fundamentalmente de la Psicología y de disciplinas afines, adquiriéndose a través de los correspondientes estudios académicos de la Licenciatura de Psicología y más en concreto de la Especialidad de Psicología del Trabajo (anteriormente denominada Psicología Industrial), en el caso de la Universidad Complutense de Madrid.
Ahora bien, estos conocimientos no se pueden quedar, simplemente, en el saber; así, es preciso llegar al saber hacer; esto es, saber llegar a aplicarlos en la práctica, dominando los procedimientos de aplicación e intervención; por ello, la Psicología del Trabajo es también y sobre todo una profesión, y como tal, tiene por objeto, a través de la actuación de sus profesionales, responder a las demandas y necesidades que plantea una sociedad cada vez más dinámica y exigente, ya que es la sociedad la que realmente consolida y valida la verdadera utilidad e importancia de una disciplina y de sus profesionales, en función de la competencia que demuestren para solventar los problemas que se les planteen y que estén dentro de su ámbito de actuación.
Esta necesidad de adaptación continua a las nuevas exigencias que plantea la sociedad, en general, y el mundo del trabajo, en particular, y, teniendo en cuenta los cambios tan virulentos en los que nos hallamos inmersos hoy en día, es lo que ha hecho que la Psicología del Trabajo a lo largo de sus casi cien años de existencia haya ido modificando su centro de atención y ampliando su objeto de estudio y, por tanto, sus áreas de intervención. Además, la Psicología del Trabajo interactúa en numerosas áreas con otras disciplinas que abordan el estudio del trabajo humano desde distintos enfoques, como son: la Sociología del Trabajo, Pedagogía Laboral, Medicina del Trabajo, Derecho, Ingeniería, etc., tal y como comentaremos posteriormente.
Por tanto, en la disciplina que nos ocupa, se encuentran íntimamente unidas la ciencia y la tecnología del comportamiento (Prieto, 1991), siendo dos aspectos que no pueden ser separados, ya que el profesional de la Psicología del Trabajo no puede dar la espalda a la teoría, al mundo académico que le proporcionará los conocimientos, las bases conceptuales que le permitirán resolver los problemas profesionales que se encuentre en su quehacer diario, lo que va a permitir el avance constante de la disciplina. Sin embargo, en ocasiones, la necesidad continua de adaptarse a las nuevas exigencias que plantea la sociedad puede llevar a la proliferación de teorías poco contrastadas e incluso irrelevantes, momento en que el psicólogo del trabajo debe ser sumamente prudente y poner en tela de juicio dichas teorías, hasta que su validez y utilidad se hayan probado de forma rigurosa. Hemos comentado que la Psicología del Trabajo es una profesión, y hemos señalado que la sociedad plantea problemas prácticos a sus profesionales.
¿Por qué hemos empleado el término sociedad, en lugar de empresa?
Porque sus ámbitos de actuación no se restringen únicamente a las empresas ya sean estas públicas, semiprivadas o privadas, sino que se extiende a las administraciones públicas, organizaciones de consumidores y usuarios, sindicatos, organizaciones empresariales, hospitales, prisiones, ejército, organizaciones no gubernamentales, etc.; si bien, su posicionamiento en la actualidad no es el mismo en todas ellas. Por lo expuesto hasta estos momentos, y por lo que comentaremos posteriormente, podría parecer que la Psicología del Trabajo es una disciplina dispersa o que sufre una gran indefinición de su objeto de estudio.
Sin embargo, esto no es así, ya que la Psicología del Trabajo presenta una fuerte unidad que es preciso entender en un doble sentido (Forteza, 1988): Unidad con respecto a las distintas áreas de actividad que la integran que, como analizaremos más adelante, no son independientes unas de otras y, como consecuencia, no pueden ser tratadas y consideradas por separado; sino que forman un continuo, una cadena de eslabones unidos entre sí, a los que se van añadiendo, a medida que van apareciendo, nuevos problemas, nuevas fórmulas y nuevos sistemas para hacerles frente. Es la unidad que podríamos denominar horizontal.
La conexión, interrelación e interdependencia de los conocimientos psicológicos y de los procedimientos prácticos de intervención que conforman la Psicología del Trabajo, son aspectos fundamentales que se deben tener presente al hablar de la disciplina; ya que el tratamiento dado a cualquiera de los temas abordados desde la misma, no es independiente o ajeno al que reciban los demás, y eso se traduce luego en la práctica de la vida diaria de la organización.
Así, por ejemplo, la política seguida y el grado de acierto en la elección y empleo del proceso y técnicas utilizadas en la selección y organización del personal influirán en los contenidos que deberán incluirse en los programas de formación, en los planes de carrera, en la motivación y satisfacción de los empleados, etc., por no citar, los problemas que pueden derivarse a causa de un error en la selección de personal, por ejemplo, en la salud laboral de los trabajadores. Esto no significa que dentro de la Psicología del Trabajo, al igual que en otras disciplinas, no haya profesionales que se especialicen o deban especializarse en distintas áreas de actividad (selección, formación, comunicación, etc.), pero esta especialización no debe entenderse como un desconocimiento o un mantenerse al margen del resto de procesos que afectan al personal de las organizaciones.
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