Neurodesarrollo de las funciones cognoscitivas

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Neurodesarrollo de las funciones cognoscitivas

JULIO ARMANDO PARADA GARCIA.

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Facultad de Psicología. Universidad Nacional Autónoma de México.

Ciudad de México, agosto 2020.

    La mente y el cerebro fueron considerados como unidades distintas e independientes entre sí durante muchos años en los principios de la psicología gracias al dominio de los planteamientos dualistas. Al ser consideradas objetos distintos, fueron estudiados de acuerdo a cada rama de la ciencia, la biología encargada del sistema nervioso y la filosofía encargada del estudio de la mente humana. Sin embargo, gracias a los avances de la ciencia y los nuevos conceptos incorporados a la psicología, se plantea la estrecha relación entre lo físico y lo psíquico, entre lo material y lo esencial, entre el cerebro y la mente.

     La semilla de la neuropsicología  argumenta Reins (2004) se remonta a mitad del siglo XVIII con Pierre Paul Broca, el  cual localiza el centro del lenguaje en el hemisferio izquierdo del cerebro, específicamente en la tercera circunvolución frontal, dando concepto a la afasia, un trastorno del lenguaje ocasionado por lesiones neurológicas. Posteriormente Carl Wernickle en 1874 define condiciones como la encefalopatía, involucrando al síndrome confusional y la amnesia. Otro de los personajes que influyó fue Alexander Luria, que diseñó evaluaciones a individuos con lesiones nerviosas destacando aspectos como el lenguaje, la atención y la memoria con el objetivo de que el especialista especificara el lugar exacto del cerebro afectado. Luria plantea además que todos estos procesos cognitivos no son aspectos invisibles sino son producto de un conjunto celular ubicado en un área específica del cerebro, las cuales van a su vez cambiando según la etapa de desarrollo del individuo.

     La neuropsicología según los aportes de Portellano (2005) forma parte de las neurociencias, incorporada a ésta con la finalidad de unir los conceptos de la neurobiología y los conceptos psicobiológicos, busca entrelazar la relación entre la mente y el comportamiento, es decir, trata de dar una explicación de la manera en que la actividad mental se expresa como una conducta inobservable. ¿Qué mecanismos son responsables del pensamiento humano, el aprendizaje y la emoción, cómo operan esos mecanismos y cuáles son las consecuencias de los ajustes en los estados mentales sobre el comportamiento humano?

      La característica esencial de la Neuropsicología de acuerdo a Portellano (2005) es sin duda su carácter neurocientífico con el objetivo principal de estudiar las funciones mentales superiores como el lenguaje, pensamiento, memoria, percepción, motricidad y funciones ejecutivas. Enfocándose en las manifestaciones del córtex asociativo cerebral así como también se encarga de estudiar las repercusiones del daño cerebral sobre los procesos cognoscitivos. Del mismo modo, este análisis del sistema nervioso colecciona información obtenida de varias disciplinas como la anatomía, la biología, la farmacología, la etología, la fisiología y por supuesto la psicofisiología y la filosofía, así como adopta influencias importantes en de la investigación experimental sobre las actividades cerebrales con el objetivo de conocer a fondo los procesos cognoscitivos y la conducta del ser humano (Kolb y Whishaw, 2006). (1.1)

     Todas las actividades que realiza el ser humano están reguladas y controladas por un mecanismo de integración nombrado sistema nervioso. Tiene como función guiar las actividades sensitivas, motoras, vegetativas, cognitivas y conductuales es del ser humano, gracias al gran alcance que tiene para recibir, difundir y emitir información. El sistema nervioso está dividido y estructurado de manera perfectamente especializada, es de gran importancia para la neuropsicología el papel que desempeña cada una de sus estructuras ya que son la base de los procesos cognoscitivos mencionados previamente.

     El cerebro como sustancia física cuenta con una corteza cerebral conformada por los lóbulos temporal, parietal, occipital y frontal, el cual su función principal es la percepción e interpretación de los mensajes sensoriales provenientes del exterior así como la supervisión y ejecución de los movimientos y la conducta motora, todo éste siendo de carácter asociativo. A esto el modelo de Luria plantea que las áreas sensoriales primarias localizadas en la corteza cerebral (visual, auditiva y somatosensorial) se dirigen a un área cercaba para ser procesadas posteriormente, éstas denominadas área de asociación secundaria. En las áreas secundarias de la corteza cerebral decodifican los mensajes recibidos previamente, realizando un extracto de los elementos sensoriales tales como brillo, movimiento, tono, vibración color, etc. Por último, las áreas terciarias se encargan de los procesos y actividades cognitivas más complejas, ubicadas en la corteza prefrontal y el sistema límbico (Portellano, 2006).

     En este mismo orden de ideas, Rains (2004) señala la siguiente gran división, el diencéfalo, donde destacan el tálamo y el hipotálamo. En el tálamo se encuentran muchos puntos donde las neuronas que conllevan información sensorial de todos los sentidos exceptuando el olfato, llevando la información a la corteza, así como también recibe información desde los ganglios basales, el cerebelo, la corteza motora y de regreso. Es permitente destacar la amígdala como parte de esta estructura ya que se hace cargo de procesos como el aprendizaje y la memoria emocional, y están ubicadas a cada hemisferio del cerebro.. En esta estructura se involucran procesos cognoscitivos como el lenguaje y la memoria. Por otra parte, el hipotálamo se ubica justo por debajo del tálamo, y es parte esencial del denominado sistema límbico. Recibe información de la corteza y del ambiente interno también, así como participa directamente en los procesos de visión ya que recibe proyecciones directas de la retina.  Los puertos de salidas más importantes del hipotálamo son hacia la corteza prefrontal, la amígdala y la médula espinal. Esta estructura se relaciona estrechamente con función endocrina y a su vez con los procesos emocionales y motivacionales.

     Entre las estructuras del cerebro se encuentra el tallo cerebral comprende el mesencéfalo, el metencéfalo y el mielencéfalo, y tiene un papel principal de control neuronal de procesos  sustentadores de la vida así  como está involucrado en el control del sueño, la emoción la atención y la conciencia. Por último, el cerebelo se encarga de los movimientos motores mientras que la médula espinal envía mensajes motores desde el cerebro hacia el resto del cuerpo y controla los reflejos (Rains, 2004). (1.2)

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