PAUTAS DE CRIANZA: EL PATRON ABC ENTENDIENDO LAS CAUSAS Y MANTENEDORES DE LOS PROBLEMAS DE NUESTROS HIJOS. SEGUNDA PARTE

PAUTAS DE CRIANZA: EL PATRON ABC ENTENDIENDO LAS CAUSAS Y MANTENEDORES DE LOS PROBLEMAS DE NUESTROS HIJOS. SEGUNDA PARTE

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Alicia Salamanca S.

Nodo de orientación Psicosocial

En el mes los padres, continuamos hablando sobre normas y pautas de crianza; en el boletín anterior se explicó la forma de observar los problemas y desglosarlos, ahora en este escrito,  el objetivo es que ya realizando una observación exacta de los problemas  de nuestros hijos,  el siguiente paso es analizar  el contexto en el que se desarrollan.

        Es importante mencionar que las conductas problema  y las aceptables cuando ocurren, estas no se desarrollan en el vacío, generalmente tienen lugar en un contexto. Un ejemplo de ello es:

Sebastián  derramó la pintura.  Este enunciado describió lo que sucedió, ¿o no? Tal vez. Para poder entender lo que sucedió realmente, es preciso ver más allá de la descripción de la conducta, es decir las condiciones en medio de las cuales ésta tuvo lugar.  El entorno  en el que ocurre, permite comprobar si ésta era apropiada. La afirmación “Santiago derramó la pintura” puede interpretarse de muchas maneras, dependiendo de si la pintura se derramó en el tapete de la sala o sobre la mesa de dibujo.

        Lo que sigue o la consecuencia de la conducta permite predecir si ésta se repetirá. A una afirmación como: “Santiago derramó la pintura la pintura en el escritorio, puede seguir la siguiente descripción: Su madre le indico que no dejara gotear pintura sobre el piso”, o “su madre le ayudó a extender la pintura sobre el papel”. Es mucho más claro  de lo que se sabe del “derramamiento”, cuando se visualiza a la luz de ese contexto. El entorno y lo que tuvo lugar antes del evento (antecedentes), así como lo que siguió a éste (consecuencias), son necesarias para comprender la conducta en plenitud.

        Si los antecedentes hubieran sido diferentes, es probable que la conducta no resultara inapropiada, con lo cual se habrían producido  mejores consecuencias (este es el patrón ABC).  Cuando es posible describir tanto el entorno en el que ocurrió la conducta  (Antecedentes) como las acciones que le siguieron en dicho contexto (Consecuencias), se cuenta con elementos más objetivos para predecir si dicha conducta se repetirá o no.

        Para entender mejor las conductas es importante que saber  que hay una regla  muy simple que conviene tener en cuenta: es más probable que se repitan las conductas que producen consecuencias placenteras.

        El conocimiento de los antecedentes y las consecuencias, junto con sus efectos combinados sobre la conducta, sirven para controlar el comportamiento de una manera sistemática y exitosa.

        Es importante que antes de iniciar con el problema de comportamiento de su hijo, expondremos un ejemplo de la vida real de cómo utilizar este método.

EL CASO DE VALENTINA

        La mamá de Valentina informa lo siguiente: Valentina es una niña que no sabemos manejar, cada vez que estamos sentados en la mesa, se para y se sienta debajo de la mesa. Nos toca quedarnos junto a ella,” – “Se pone a Jugar y correr, en ocasiones casi toca obligarla a sentarse de nuevo”.

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        Con el objetivo de precisar el problema de Valentina se solicito a sus familiares que realizarán un registro de conducta. Durante una semana durante las comidas, se anoto el tiempo que transcurría desde el inicio de cada comida hasta que Valentina se paraba de la silla. Al terminar la semana, se calculo el promedio sumando las cifras diarias  (Cantidad de observaciones) y dividiéndolas entre 7  (días de la semana). En el caso de las cenas (Los familiares olvidaron  cumplir con el registro  correspondiente el martes) así que se dividieron las puntuaciones entre 6 para ese caso.

Al final de la primera semana, el registro de tiempo que llevaron los padres de Valentina, fue el siguiente:

Cantidad de minutos  que transcurren hasta que Valentina abandona la Silla en las comidas

        La madre de Valentina comentó acerca de este registro: “Fue una semana como cualquier otra, pero me di cuenta que en la cena duraba menos tiempo sentada” –“ No me había dado cuenta de la diferencia tan grande en el desayuno y almuerzo”, me doy cuenta que en la cena  casi siempre está el papá, y es un momento en que podemos hablar más, y es así en el que Valentina se dura menos tiempo sentada en su silla, así mismo en el desayuno y almuerzo dedico mucho más tiempo y atención a Valentina”.

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