PEC PSICOLOGÍA FISIOLÓGICA 2012-2013

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CAPÍTULO 12

1. El trastorno de pánico es un tipo de trastorno de ansiedad que parece tener causas biológicas. Se caracteriza por tener episodios periódicos variables de ansiedad aguda y con síntomas físicos tales como la disnea (dificultad respiratoria), sudor frio, irregularidad de la frecuencia cardiaca, vértigo, debilidad y sensación de irrealidad.

Muchas personas con este trastorno sufren de “anticipación ansiosa” que es el miedo a volver a sufrir otra crisis de pánico, lo que les lleva, en otros casos, a sufrir otro trastorno que consiste en el miedo a estar fuera de un lugar seguro, como el hogar, donde podrían sufrir una crisis de pánico en público (agorafobia).

2. Los trastornos de ansiedad se tratan, a veces, con benzodiacepinas. En los trastornos de ansiedad, una característica común es el aumento de la actividad de la amígdala. En la amígdala hay una alta concentración de receptores GABAa, que es donde actual las benzodiacepinas. Unos investigadores (Paulus y cols.) encontraron que la administración de loracepam (una benzodiacepina) disminuía la activación tanto de la amígdala como de la ínsula en sujetos que estaban viendo caras con expresión de emoción. En cambio, la administración de flumacenil (un antagonista de las benzodiacepinas) produce pánico en pacientes con trastorno de pánico.

3. Jacoboni y Dapretto (2006) sugirieron que la carencia de habilidades sociales que se observa en el autismo puede ser consecuencia de un desarrollo anómalo del sistema de neuronas especulares. Estas neuronas, que se localizan en el área premotora ventral del lóbulo frontal, reciben input del surco temporal superior y de la corteza parietal posterior. Este circuito se activa al ver a otra persona expresar una emoción o realizar una acción con un determinado propósito y la retroalimentación que nos proporciona nos ayuda a entender que es lo que las personas intentan hacer y de comprender sus emociones.

Jacoboni y Dapretto, en un estudio de neuroimagen funcional, hallaron un grado de activación insuficiente del sistema de neuronas motoras especulares en niños con autismo y en un estudio de resonancia magnética estructural, Hadjikhani y cols, observaron que la corteza cerebral relacionada con el sistema de neuronas especulares tenía menos espesor en niños autistas.

Frith, Morton y Leslie (1991) sugirieron que las alteraciones de la interacción social y los otros síntomas del autismo provienen de anomalías cerebrales que impiden a los pacientes establecer una “teoría de la mente”, es decir, no pueden deducir los pensamientos, sentimientos e intenciones de los demás basándose en su expresión emocional, su tono de voz o su conducta.

4. El TDAH puede deberse, según muchos investigadores, a anomalías en una red neural de regiones cerebrales que incluye al estriado (núcleo caudado y putamen)

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