Psicología del Aprendizaje - Silencio en clase
Enviado por Dávi Sánchez • 4 de Noviembre de 2015 • Trabajo • 452 Palabras (2 Páginas) • 313 Visitas
Reflexión Individual
¿Qué puedo hacer yo como profesor para solucionar el problema de los comentarios e interrupciones continuas de algunos alumnos que dificultan la dinámica de la clase? ¿Y como compañero de clase?
Como profesor, para acabar con ese complicado problema sería fundamental cambiar el desarrollo de las clases haciéndolas más dinámicas. Puede sonar a utopía el hecho de que los alumnos se sientan importantes en clase y estén en constante empatía con el profesor, lo que provocaría mayor interés y un desarrollo normal de las clases al existir el tan ansiado silencio, pero es posible si adaptamos las sesiones de manera que sean ellos los que sientan interés y pregunten constantemente. ¿Y de qué manera conseguimos esta idealización? Un buen motivo sería cambiando la distribución estratégica de los pupitres, de tal forma de que la nueva colocación sea de forma circular y el profesor sea uno más y sea el encargado de contar el temario. De esta forma, el profesor tiene a todos los alumnos pendientes de él y narrará el contenido de las clases como si fueran historias, a las que los alumnos atenderán en silencio. Esta distribución de los pupitres impide además que los alumnos estén en constante barullo ya que la cercanía con el profesor será mayor y se respetará más. Además, la idea será que las historias que vaya contando el profesor sean debatidas constantemente por los alumnos, creando así un clima de aula ideal, sin interrupciones, y que mejoren la dinámica de la clase.
Como alumno, como compañero actual de resto del Máster de Formación para el Profesorado, pediría simplemente respeto a todos aquellos que no cesan en sus comentarios que interrumpen el devenir de la clase. Ya no somos adolescentes, personas obligadas a venir a clase sin nuestro consentimiento. Somos personas que vamos a clase porque tenemos un sueño, una meta elegida por nosotros y a la que nadie nos ha obligado a optar. Somos personas bastante adultas ya como para saber en qué momento tenemos que permanecer en silencio, sobre todo para poder ayudar a los profesores.
Como profesor, integraría una técnica de modificación de conducta basándome en el condicionamiento operante. Para ello, y cada vez que al final de la clase la actitud mostrada durante toda ella sea positiva, aplicaría técnicas de refuerzos sociales, como sonrisas y frases de apoyo y de felicitación por lo bien que se ha desarrollado toda la sesión. De esta forma, las consecuencias para el sujeto serán positivas al poder mostrar un mayor interés por el silencio de la clase y la falta de interrupciones sin necesidad de dar refuerzos materiales, que no provocarían un desarrollo intrínseco de esta modificación de conducta.
David Sánchez Moyano
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