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¿Qué pasa con el ser humano cuando su única arma de defensa en medio del cinismo y la ignorancia del mundo, son las ideas y con ello las palabras?


Enviado por   •  15 de Agosto de 2016  •  Trabajo  •  1.627 Palabras (7 Páginas)  •  355 Visitas

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Cuán importante sería el ingenio de un hombre que inventara un arma...en contra de las armas.

¿Qué pasa con el ser humano cuando su única arma de defensa en medio del cinismo y la ignorancia del mundo, son las ideas y con ello las palabras? Quizás desde lo más elemental del ser humano se puede entender cómo, a lo largo de la historia, se ha ido construyendo las bases para una de las formas más antiguas de relación entre los seres humanos: la guerra. Un movimiento  y una forma de conflicto que, indudablemente, ha venido expandiéndose y trayendo consigo una cantidad de consecuencias impredecibles e inauditas.  Es importante entender cuál es el papel de la guerra desde las diferentes perspectivas y cómo cada persona se ve implicada en el actuar y en el desarrollo de la misma.

Las ideas, sin lugar a dudas, son el arma más potente que pueda existir. Nadie esta libre de usarlas y toman más forma y rigidez cuando se convierten en palabras y seguidamente en un ideal que toma fuerza y se hace más sólido cuando se está sumergido en una cultura y en una sociedad.  Tal vez, y muy seguramente, aquellos ideales  se tornan diferentes y la reacción ante los mismos en la sociedad y la vida no es la misma, cuando existen  armas de una magnitud mucho más amplia -- que las palabras y las ideas -- en cuanto a destrucción,  pero que además, paralelamente,  representan la máxima cobardía de quien las usa.

La guerra supone el enfrentamiento organizado de grupos humanos armados que buscan conquistar, bajo la excusa de diferentes fines y propósitos, el poder, la política, el dinero, los recursos y demás. Es sorprendente  percibir cómo ese enfrentamiento “organizado” se ha ido deteriorando con la construcción de la historia, porque aunque es cierto que cuando la guerra comenzaba a consolidarse como una actividad supuestamente fundamental de los seres humanos (s. XIX) el contexto y todo lo que ello implica tenían autoridad para bautizarse de esa manera [organizados]. Actualmente la guerra se ha tomado los tantos rincones del mundo, arrebatando las culturas y destrozando los elementos que hacen parte, por derecho, de una sociedad.  La guerra, desde hace mucho ha dejado de ser un fenómeno organizado que, por el contrario, se ha ido pintando con la sangre de tantos civiles inocentes y ha hecho que la cultura y el pensamiento retrocedan tanto hasta el punto en que ahora hacer la guerra es considerado, ignorantemente, un acto primitivo (1).  ¡Cuán diferente sería la vida si volviéramos a ser primitivos!. Los humanos se jactan por ser los únicos animales civilizados y racionales, pero hay que poner dentro de un gran interrogante el papel  de estas dos grandes virtudes en el pasar de la historia y de la guerra, quien con sus secuaces  han ido  arrasando con los derechos humanos y con los factores socioculturales que son dignos de los mismos.

Qué absurda es la imagen que ha tomado tanto la guerra dentro de la cultura como el enfoque de sus consecuencias y porqué no también de sus causas.  Quizás, al mismo tiempo que el mundo cambia,  también lo hace el hombre y por ende la sociedad en la que vive y la cultura que lo aprehende. Lamentablemente, y dentro de un enfoque paradójico,  ha desaparecido la disciplina y el orden con el que antiguamente se llevaban a cabo las guerras. Ya no existe esa necesidad de avivar en la nación un sentido de pertenencia para que la guerra sea aprobada y plausible porque ahora, retrocediendo culturalmente, la guerra se impone y el precio, que termina siendo bien alto, lo pagan los más inocentes que son los menos involucrados. “Cuando los ricos hacen la guerra, son los pobres los que mueren" decía Jean Paul Sartre; y al parecer, la historia se repite.

Los factores tanto sociales como culturales, y los lazos importantes que pueden ligar sociedades (y países) han pasado a un segundo plano  siendo ignorados y reemplazados por elementos triviales,  hasta el punto inadmisible  de considerar al otro como un enemigo al que hay que suprimir por completo sin importar las consecuencias. Ya decía Maquiavelo en su época: “El fin justifica los medios” y no puede haber una mejor muestra de la incoherencia y de la irracionalidad ilimitada  que tiene el ser humano cuando se mueve dentro del contexto de la guerra. En palabras un poco más sencillas: la guerra ha deteriorado al ser humano hasta un límite tan insensato que, además de los valores y la cultura, el hombre ha abandonado su parte más humana y con ello la capacidad de vivir en convivencia con el prójimo y simplemente ha decidido recurrir a excusas, porque no es otra cosa, para traer la violencia como solución “fácil” y errada a los problemas y al conflicto que es parte casi que inherente de las relaciones humanas.

Es realmente incomprensible y monstruoso el concepto de “derecho a la guerra”. ¿cómo es posible que dentro del marco de  la capacidad y la inteligencia humana exista el derecho al homicidio, al dolor, al sufrimiento y, entre otros, a la devastación en el sentido más amplio posible? ¿Qué es la guerra, sino estos y otros cuantos conceptos más aterradores?

Ninguna guerra tiene justificación humanitaria; que éstas se hagan por poderío económico, por usurpación de límites geográficos, por diferencias políticas o ideológicas, no justifica que se sacrifiquen las vidas de la población civil que generalmente es la más vulnerable. Es tan irracional el comportamiento humano, que ha llegado a convertir las filas militares de los ejércitos clandestinos en un conjunto de sueños echados al olvido porque muchos de los combatientes que le ponen el pecho a la guerra son menores de edad. Es decir, esta guerra la pelean también los niños y los jóvenes que muchas veces, desgraciadamente, con la aprobación de la ley se les permite (o se les obliga) a que su futuro se vaya al olvido, a que se asesinen sus sueños y que, con o en contra de su voluntad, lo único que deba importar sea la guerra y el cumplimiento de un ideal (Que muchas veces ni ellos mismos conocen).

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