Reflexión personal sobre el artículo Sociedad Patriarcal-Cultura de Muerte-Asesinadas por ser Mujeres

Reflexión personal sobre el artículo Sociedad Patriarcal-Cultura de Muerte-Asesinadas por ser Mujeres

En cuanto al maltrato de dirigido hacia la mujer, lamentablemente es un acto que se ha venido desarrollando a lo largo de la historia, no es especifico de esta época y es erróneo decir que en la actualidad los casos se han disparado, lo que realmente pasa es que nos hemos empezado a desprender de ese tabú de no reconocer e ignorar una problemática social que poco a poco nos esta hundiendo en la miseria humana. La tendencia a la divulgación por medios de comunicación a permitido tener mayor alcance y cobertura sobre esta problemática y ha permitido conocer sobre la situación n precaria por la que la mujer y en ciertos casos el hombre atraviesa en esta sociedad marginal que poco o nada hace por romper las cadenas de la tiranía y el despotismo hacia el prójimo; una sociedad que como dice el autor tiende a normalizar actos delictivos y constantemente incentiva a la violencia en todos sus ámbitos hacia los demás. Vivimos en un mundo en donde el que más grita, más pega, más violenta a los demás, tiene un estatus de poder superior e omnipotente ante los demás, en donde la pugna por la supervivencia y la satisfacción de las más absurdas necesites y caprichos, han promovido la competencia social y el pisoteo cruel hacia el “indefenso”.  La mujer ha sido instaurado como símbolo de debilidad y esclavitud, en donde su cuerpo y mente han sido usurpados y utilizados para satisfacer los caprichos oscuros y despiadados de quienes se consideran superiores, como dice el psicoanálisis se tiene a ver a la mujer como un objeto de deseo, un objeto que puede ser usado y desechado, un recipiente que debe acoger lo inhumando de cada persona y en general de una sociedad. La mirada empieza a cambiar en algunas personas, se empieza a ver al prójimo como un sujeto y se deja de lado lo objetal; pero ante este cambio débil y poco normativo, se une un conjunto de leyes que intentan hacer algo por garantizar los derechos, unas leyes que carecen de perspectiva de género y que se dedican más en castigar que en educar, unas leyes que de igual forma dogmatizan el poder e imponen castigos a los demás, que en su finalidad más general y con una mirada más efímera, se repite desde otra perspectiva el maltrato, la violencia y abuso.

Y para finalizar, respondiendo a esas preguntas que el autor manifiesta: ¿Qué es lo que importa; qué es lo valioso?, lo que importa no es querer cambiar al mundo; lo que verdaderamente importa es cambiar primero nosotros y en el camino se nos unirán más.

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