Resumen conferencia de Freud

Psicoanálisis

Primer conferencia:

Según Freud el doctor Breuer empleó por primera vez el método del psicoanálisis, cuando realizó el tratamiento de una muchacha histérica (1880-1882). La paciente tenía 21 años, presentaba perturbaciones físicas y psíquicas. Tenía una parálisis rígida de la pierna y el brazo derecho, con anestesia de los mismos, ocasionalmente afectaba los miembros contrarios. Además perturbaciones del movimiento de los ojos y alteraciones visuales, dificultad para mantener erguida la cabeza, repugnancia a los alimentos, incapacidad de beber. Tenía una disminución en su expresión, pérdida de la capacidad del habla y dificultad para entender su lengua materna, sufría de enajenación, delirio y alteración de la personalidad.

Cuando la patológica se da en una mujer joven, cuyos órganos vitales internos no están afectados, pero ha pasado por violentas conmociones anímicas, y los síntomas se diferencian en sutiles caracteres de las afecciones que parecen corresponder, entonces los médicos no atribuyen gravedad al caso, y afirman que no es una dolencia orgánica, sino de la histeria. El médico pensaba que los histéricos exageraban, engañaban y simulaban.

Breuer observo que la paciente en sus estados de “ausencia” y alteración psíquica murmuraba palabras que parecían ser fragmentos arrancados de un contexto que ocupaba su pensamiento. El repitió esas palabras cuando iniciaba la hipnosis para incitarla a asociar algo con ellas. Y así sucedió, la paciente reprodujo las creaciones psíquicas que le habían dominado en los estados de ausencia y se habían revelado fragmentariamente en las palabras pronunciadas. Se trataban de fantasías tristes y poéticas (sueños diurnos) que tenían como punto de inicio la situación de la muchacha junto al lecho de su padre enfermo. Cuando ella relataba sus fantasías, liberaba las cosas que la oprimía y retomaba su vida psíquica normal. El bienestar duraba varias horas y al día siguiente desaparecía para dar paso a otra ausencia. La alteración que se revelaba en las ausencias era la secuela de la excitación emanada de estas fantasías saturadas de su efecto.

Se observo que se podía conseguir la desaparición temporal de las perturbaciones y hacer cesar ciertos síntomas; siempre que en la hipnosis la paciente recordará, entre las manifestaciones afectivas, con qué motivo y en qué situación había aparecido por primera vez.

La enferma había padecido ardiente sed, y a la vez se sentía imposibilitada para beber. Tomaba en su mano el vaso de agua, y cuando lo tocaba con sus labios la apartaba de sí, como atacada de hidrofobia, esto sucedía además en estado de ausencia. Después de las seis semanas por medio de la hipnosis, comenzó hablar de su institutriz, a la cual no quería, y contó con asco que un día había ingresado a su cuarto y había visto a su repugnante perro beber agua de un vaso. Por miedo a ser tratada como impertinente no contó lo observado. Después de exteriorizar este relato que reprimió, demando agua, bebió sin dificultad y despertó de la hipnosis con el vaso en sus labios. Desde este momento desapareció la perturbación que le impedía tomar agua.

Breuer investigo otros síntomas y confirmó, que casi todos ellos se originaron como residuos o sucesos saturados de efectos, llamados traumas psíquicos. Los síntomas están determinados por escenas cuyos restos en la memoria representan rendimientos arbitrarios o misteriosos de la neurosis. Breuer no había percatado que no siempre era un único suceso el que dejaba tras de sí al síntomas; en general los casos se trataban de numerosos y análogos traumas repetidos, que se unían para producir tal efecto. Esta cadena de recuerdos patógenos tenía entonces que ser reproducida en orden cronológico e inverso, comenzando por los últimos y siendo imprescindible llegar al primer trauma, recorriendo en el orden indicado todos los demás.

Breuer relata que las perturbaciones ópticas de la paciente provenían de una situación junto al lecho de su padre. Ella tenía los ojos llena de lágrima cuando su padre le pregunto ¿qué hora era? y ella se esforzó acercando sus ojos al reloj, cuya esfera parecía de un gran tamaño (macropsia y estrabismo convergente) o se esforzó para reprimir sus lágrimas para que el padre no la viera.

Una noche despertó angustiada con fiebre e impaciente por la espera de un cirujano que venía de Viena. Esa noche tuvo una alucinación, y vio en la pared una serpiente que avanzaba y se disponía a morderla, sus dedos se habían convertido en serpientes, cuyas cabezas eran calaveras (uñas). Ana intento rechazarla pero se sentía paralizada: su brazo derecho, había quedado anestesiado y parético. Cuando la alucinación termino ella intento ponerse a rezar, pero no encontró palabras en su idioma, hasta que recordó una oración en ingles, quedó sin habla. Con el recuerdo de esta escena en una sección de hipnosis ceso por completo su parálisis.

Los histéricos sufren reminiscencias, sus síntomas son residuos y símbolos conmemorativos de sucesos traumáticos. Una comparación con otros símbolos conmemorativo quizás nos permite comprender los síntomas histéricos. Ejemplo: cerca del puente de Londres, existe “The Monument” que fue creado en memoria de un incendio que ocurrió en el año 1666 en ese lugar, el cual destruyó gran parte de la ciudad. Estos monumentos son símbolos conmemorativos, al igual que los síntomas histéricos. Los londinenses se paran frente al monumento a llorar la destrucción de su amada ciudad reconstruida con mayor esplendor. Al igual que los londinenses la conducta de todos los histéricos y neuróticos; no solo recuerdan sucesos dolorosos que han sucedido hace mucho tiempo, sino que siguen experimentando una intensa emoción, le es imposibles liberarse del pasado y descuidan la realidad y el presente. La fijación de la vida psíquica a los traumas patógenos es una de las características de la neurosis.

Todos los traumas de la paciente provenían de la época, en la cual cuido a su padre enfermo, y sus síntomas no se pueden considerar signos conmemorativos de la enfermedad y la muerte. Corresponden a un dolor experimentado por la paciente, y la fijación al recuerdo del fallecimiento de su padre, al ser poco tiempo después de su muerte no puede ser considerado patológico. En este caso quizás se hubiera desarrollado la patología, si la paciente no hubiera experimentado el método catártico.

Breuer destaco que la enferma reprimió, en casi todas las situaciones patógenas, una intensa excitación en lugar de manifestarla mediante signos de afecto, palabras y acciones. En el suceso con el perro, reprimió, por consideración a ella, su asco; y cuidaba a su padre, sin que él notara su angustia y temores. Cuando después reprodujo

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